Poca rentabilidad pero con salida al mercado asiático: Lakach, el campo de gas natural que interesa a Slim

El hombre más rico de México se ha reunido con directivos de Pemex para evaluar la viabilidad del yacimiento, descubierto en 2006 y que necesita de una inversión de unos 1.200 millones de dólares

Una plataforma petrolera en el Golfo de México, en una imagen de archivo.Susana Gonzalez (Bloomberg)

Una veta de gas natural a 1.200 metros de profundidad en las aguas del golfo de México ha atraído la mirada del magnate mexicano, Carlos Slim. Esta semana, una comitiva representando al hombre más rico de México se reunió con personal de la paraestatal, Pemex, para evaluar las posibilidades del yacimiento Lakach, según adelantó Reuters. El campo, descubierto en 2006 por la petrolera, ha visto frenado s...

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Una veta de gas natural a 1.200 metros de profundidad en las aguas del golfo de México ha atraído la mirada del magnate mexicano, Carlos Slim. Esta semana, una comitiva representando al hombre más rico de México se reunió con personal de la paraestatal, Pemex, para evaluar las posibilidades del yacimiento Lakach, según adelantó Reuters. El campo, descubierto en 2006 por la petrolera, ha visto frenado su desarrollo en, al menos, dos ocasiones, debido a su poca rentabilidad respecto a los cuantiosos costos de explotación. De acuerdo con las cifras oficiales, la inversión para este yacimiento ronda los 1.192 millones de dólares. Debido a estas millonarias cifras, solo un empresario del calado de Slim podría asumir sus riendas para no dejarlo morir.

Pese a estos intentos fallidos, Pemex —la petrolera más endeuda del mundo, con pasivos por más de 106.000 millones de dólares— insiste en encontrar en Slim o en algún otro privado una fuente de recursos para echar a andar este campo situado a 93 kilómetros al sureste de la Ciudad de Veracruz y cuyas reservas se calculan en 847.000 millones de pies cúbicos. En el momento de su descubrimiento se calificó como el yacimiento de gas no asociado más importante en aguas territoriales del golfo de México.

En noviembre pasado, la promesa de extraer gas natural desde Lakach terminó de forma abrupta con conclusión del contrato entre Pemex y la estadounidense New Fortress Energy (NFE). Un año antes, la compañía estadounidense se había comprometido a invertir en este proyecto unos 1.500 millones de pesos para reactivar la exploración del campo descubierto en 2007 por Pemex, pero que había sido abandonado por la misma paraestatal en 2016 por los altos costos. Durante el lapso que Pemex estuvo al frente de su desarrollo desembolsó unos 1.400 millones de dólares.

A pesar de las continuas turbulencias en el proyecto, Pemex envió en marzo pasado a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) la modificación de su plan en Lakach. En este documento, la petrolera ajustó al alza sus costos de inversión y amplió el horizonte de explotación. Así, el órgano regulador constató que el desembolso para echar a andar esta veta será de 1.192 millones de dólares y calculaba un gasto de operación de 636 millones de dólares en un horizonte de 2022 a 2034. De acuerdo con la CNH, el 82% de la inversión será para actividades de desarrollo, el 8% restante para la intervención de pozos, operaciones y el resto contempla el desmantelamiento de las instalaciones.

Luis Miguel Labardini, socio de Marcos y Asociados, explica que dada la cercana relación cercana entre el magnate mexicano y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no es de extrañarse que el empresario haya sido de los primeros nombres que resuenen al interior de Pemex para buscar una sociedad. “Pemex nunca le ha puesto la inversión que se necesita, lo que pasa es que el precio del gas natural en esa parte del mundo, a un lado de Estados Unidos, donde se obtiene el gas natural más barato, obliga a que estos proyectos, para ser rentables, tengan que ser muy competitivos”, explica.

El experto en temas energéticos abunda en que más allá del autoconsumo, esta veta de gas natural en explotación podría importarse, vía el istmo de Tehuantepec, a Asia, su valor se multiplica. “Seguramente, esto es lo que está viendo Carlos Slim, no en el consumo local, sino en mandarlo al oriente y ahí es un negociazo porque los precios son tres o cuatro veces lo que cuesta aquí”, menciona.

Labardini celebra que el Gobierno se abra a la oportunidad de buscar la forma de reflotar este añejo proyecto de hace casi una década, con tal de no perder la inversión ya hecha de 1.400 millones de dólares y de no desaprovechar un campo tan relevante en reservas de gas natural. “No importa si es Pemex o es un privado el que explota este campo, lo importante es que se explote y la renta económica sea transferida al Estado mexicano. Puede ser Pemex, pero por ahora Pemex ya tiene muchas otras cosas y tiene que concentrar su inversión en los proyectos donde sí es muy competitivo, por ejemplo, en aguas someras”, zanja.

El desembolso del dueño de América Móvil y Grupo Carso en los proyectos energéticos ha venido al alza en el último tramo del Gobierno. A través de sus empresas, Slim ha venido participando en los campos petroleros Zama, Ichalkil y Pokoch. Aunque se buscó a la compañía para conocer más detalles sobre esta reunión y su visión del proyecto, declinaron la petición.

El interés del Gobierno de López Obrador por relanzar una veta de gas natural ocurre con la declinación de producción de gas natural por parte de Pemex y ante la dependencia que México tiene del insumo importado desde Estados Unidos. Si en enero de 2020 Pemex logró el hito de producir 5.000 millones de pies cúbicos diarios, el pasado enero la cifra descendió a 4.780 millones de pies cúbicos por día, según cifras oficiales.

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