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FESTIVAL CERVANTINO

“Yo soy el cirujano de la muerte”: Una nueva adaptación de los tormentos de Macbeth deslumbra en el Cervantino

‘Habitación Macbeth’, la versión del argentino Pompeyo Audivert del clásico de Shakespeare, se impone como una de las grandes puestas en escena del festival

Cuenta el actor argentino Pompeyo Audivert que ideó su versión de Macbeth, la infinitamente representada tragedia de Shakespeare, en el silencio de la pandemia, cuando el mundo estaba encerrado en cuatro paredes por medio al contagio. Aquel largo confinamiento causado por la covid-19 le dio el tiempo ideal para pensar una obra que es denuncia del delirio de poder y la violencia de quienes nos gobiernan. Habitación Macbeth ha triunfado en el Festival Internacional Cervantino, con entradas agotadas y un público que ha ovacionado una obra que ha logrado una catarsis colectiva.

La cita ha sido este sábado en el Teatro Cervantes de Guanajuato, uno de los recintos sagrados del arte en este festival, uno de los grandes encuentros culturales del continente. La puesta en escena inicia con las temibles tres brujas que predicen el destino de Macbeth, bañado de gloria tras un triunfo en la guerra y ebrio de poder. En el escenario está Audivert, solo acompañado del músico Claudio Peña, que marca el paso de la obra al ritmo inquietante de un chelo. Audivert interpreta a las brujas, a Macbeth, a la ambiciosa Lady Macbeth, al fiel Banquo, general en el ejército del rey Duncan, en una representación portentosa del actor, director y guionista.

Es solo Audivert con su voz y su cuerpo quien da vida a todo el elenco shakespeariano. El actor reproduce todas las voces en un prodigio de interpretación: cada bruja, los Macbeth y Banquo adquieren vida de la boca del argentino. Como han explicado los organizadores del evento: “El cuerpo del actor se convierte en un habitáculo atravesado por fuerzas, despojado del yo histórico, dispuesto a encarnar presencias y pulsiones donde lo teatral se vuelve fenómeno casi paranormal”. Todo en la obra es fantasmagórico, una recreación oscura y aprehensiva reforzada por un muy bien coordinado juego de luces. El escenario es sencillo, con apenas un espejo, un marco y un taburete, pero Audivert logra recrear el espantoso bosque donde Macbeht habla con las brujas y el palacio donde asesina al rey Ducan.

Los diálogos recreados por Audivert mantienen fidelidad con la obra original, aunque el argentino también incorpora unos guiños de humor que hacen que la obra de dos horas se sienta ligera a pesar de reproducir la tragedia shakespeariana. Vestido solo con una camisa holgada y unos calzones beis, Audivert se mueve con destreza en un escenario, con cada acción marcada por la música del chelo. El actor logra cautivar al público, extasiado en sus butacas antes semejante destreza.

Este nuevo Macbeth es una denuncia de los desvaríos del poder en un momento en el que el mundo se enfrenta a un auge temible de los autoritarismos y los extremismos. “El montaje busca denunciar las inclinaciones criminales del poder. La obra explora cómo nuestra identidad histórica está marcada por una voluntad de poder violenta e ineludible. Y propone una actuación como fenómeno de manifestación, donde Shakespeare se convierte en medio para golpear el espejo de la realidad”, explican desde el festival. “Se trata de una experiencia intensa que desafía las formas tradicionales del teatro”, agregan.

Un desafío que comenzó justamente por las limitaciones causadas por la pandemia. Así lo explicó Audivert en la conferencia de prensa previo al estreno: “Es una aventura teatral que nace cuando recluido en mi casita de Mar del Sur, en ese momento de la cuarentena, aislado, me di cuenta de que el único teatro que quedaba en pie para mí era mi propio cuerpo, y en esas circunstancias decidí pasar a la ofensiva con una vieja fantasía que atravesó toda mi vida de actor, que es la de hacer yo solo una obra de teatro”. De esa manera logró convertir su cuerpo en una suerte de habitáculo de encarnaciones, en una zona mediúnica, como él la ha llamado. “Tomé la obra de Shakespeare, porque me parece que es una obra que tiene características sobrenaturales vinculadas a una identidad desbordada, a una identidad, trastornada, que se da vuelta, que está llena de fantasmagorías, que lo impelen hacer lo que no es, o lo que en el fondo es, volver a su sino de ser”, agregó. El resultado ha sido un prodigio que ha atrapado al público entregado a los tormentos culpables del Macbeth argentino.

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