Impuestos a los refrescos en México: las claves del aumento a las bebidas con azúcar y versiones ‘light’ en 2026
Tras alcanzar un acuerdo con la industria refresquera, el Gobierno adoptará un esquema diferenciado con cargas más altas para los refrescos con azúcar y reducidas para las alternativas ‘cero calorías’
A partir de 2026, México aumentará en casi el doble el impuesto fijado sobre los refrescos con azúcar e impondrá una nueva tasa a las alternativas sin calorías endulzadas con edulcorantes. La medida, aprobada en la Cámara de Diputados y pendiente de turnarse al Senado, llega luego de un largo debate en la Cámara baja y un acuerdo in extremis con la industria refresquera para reducir la severidad del gravamen a cambio de una reformulación de sus productos.
Se trata de la actualización más reciente del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), la base legal de los llamados impuestos ‘saludables’ en México, un conjunto de gravámenes a refrescos, bebidas azucaradas y cigarros, que para el próximo año incluirá nuevas tasas a las apuestas en línea y los videojuegos violentos. En el caso de los refrescos, la legislación nacional los contempla en el IEPS desde 2014 con el propósito de reducir su consumo en el país líder a nivel mundial.
Más impuestos para los refrescos con azúcar, menos para las versiones ‘light’
La propuesta original contemplaba un alza de 87% el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) fijado sobre todos los refrescos, sin importar si contienen azúcar o están endulzados con edulcorantes. Se trataba de un aumento de los 1,64 pesos por litro actuales a 3,08 pesos por litro para 2026. Tras su discusión en la Cámara de Diputados y una negociación con la industria refresquera, el aumento al IEPS para 2026 finalmente se aprobó en San Lázaro con un esquema diferenciado: mientras el impuesto a los refrescos con azúcar se elevará a 3,08 pesos por litro, las bebidas con edulcorantes, comúnmente identificadas como ‘light’ o ‘cero calorías’, serán gravadas con 1,5 pesos por litro.
“Los refresqueros se acercaron a nosotros y nos pidieron la oportunidad de que no hubiera un IEPS tan alto para los refrescos sin azúcar. Ellos querían originalmente que no hubiera un impuesto en general, que solo subiera el impuesto para los refrescos con azúcar”, explicó Eduardo Clark, Subsecretario de Salud en la conferencia mañanera de este viernes.
Además de la reformulación para reducir en 30% el azúcar en sus bebidas, el acuerdo entre la industria refresquera y el Gobierno federal incluye la restricción de publicidad y la inclusión de mensajes orientados a desincentivar el consumo de refresco entre niños y adolescentes. Coca-Cola se comprometió a que para octubre de 2026, al menos el 70% del volumen de bebidas que comercializan en el país contengan la nueva fórmula con menos azúcar. También se pactó una campaña dirigida a reducir el consumo de las presentaciones de mayor tamaño (que en México alcanzan hasta tres litros) y especificar que se trata de productos para compartir y no para el consumo individual.