El Museo Tamayo exhibe una retrospectiva de David Medalla, el artista de la lucha social
Las obras del filipino, marginado en Londres y en su tierra, reflejan la protesta contra la dictadura de Ferdinand Marcos y su apoyó a Allende en Chile
David Medalla intentó promover un cambio en el arte desde los márgenes. Nacido en Filipinas en 1938, el artista migró a Londres, donde no logró un reconocimiento en el ambiente artístico de la capital británica, pero desde donde fundó las bases de un movimiento comprometido con los cambios sociales. Medalla usó su arte para denunciar los desmanes del cleptócrata Ferdinand Marcos, apoyar la causa de ...
David Medalla intentó promover un cambio en el arte desde los márgenes. Nacido en Filipinas en 1938, el artista migró a Londres, donde no logró un reconocimiento en el ambiente artístico de la capital británica, pero desde donde fundó las bases de un movimiento comprometido con los cambios sociales. Medalla usó su arte para denunciar los desmanes del cleptócrata Ferdinand Marcos, apoyar la causa de Salvador Allende en Chile o abrir espacios para artistas incomprendidos en el muy elitista mundo del arte contemporáneo. El Museo Tamayo de Ciudad de México, en colaboración con el Hammer Museum de Los Ángeles, recibe la obra del artista marginal cuyo trabajo abarca los movimientos de arte performático y colaborativo para plantar cara a las rígidas reglas de lo que él definía como creación “institucional”.
A pesar de vivir en Londres, cúspide de los movimientos artísticos en Europa, los británicos lo veían como un creador menor, alejado del canon estético que abría las puertas de museos y galerías. Medalla formó parte del movimiento conocido como Land Art, o el arte de crear desde la naturaleza, usar los paisajes o sus recursos, y marcó un estilo que según Ana Sampietro Brosa, coordinadora de exposiciones del Tamayo y asistente curatorial de la exposición, representó una ruptura en el mundo del arte. “Fue un artista poco conocido, en México casi no se le conoce, pero en la historia del arte ha sido muy influyente. Trabajó mucho en colectivos, impulsó obras no institucionales, porque él se consideraba un artista no institucional”, explica la experta.
La exposición del Tamayo, que estará abierta hasta marzo, parte de un estudio exhaustivo de la obra de Medalla. La muestra curada por Aram Moshayedi reúne un trabajo de investigación de cinco años sobre el autor filipino, su producción y su compromiso político. Medalla era homosexual y parte de su obra explora la sexualidad masculina. La pieza que abre la exposición, titulada Cloud Canyons, muestra una serie de tubos por los que emerge espuma. “Es una escultura que tiene jabón y glicerina y lo que hace es sacar esta espuma como de entre cañones de nubes, que hacen referencia a la sexualidad, porque puede ser también visto como semen. Muchas de las piezas de Medalla tienen ciertos guiños a lo sensual”, explica Sampietro Brosa. Hay en la exhibición dibujos de desnudos masculinos o la imagen que ilustra la exposición: un traje de baño usado por su pareja, Adam Nankervis, mientras tiene una erección. “Es como una burla”, acota la curadora, pero también un gesto a Pieter Mondrian y su arte abstracto, el uso de las líneas, del que Medalla era un gran admirador. De hecho, la obra de 1993 se titula Mondrian in Excelsis.
La muestra, que lleva por nombre En conversación con el cosmos, también hace un recorrido por el trabajo políticamente comprometido del autor filipino. Medalla se opuso abiertamente a la dictadura de Marcos, que machacó Filipinas de 1965 hasta 1986, y organizaba montajes como protestas para denunciar los abusos del dictador. En la exposición se muestran las pancartas creadas por el artista, que reunía publicaciones de periódicos con noticias sobre atropellos a las libertades. Medalla también apoyó el Gobierno chileno de Salvador Allende, que fue derrocado en 1972 por un golpe de Estado. En ese país colaboró con Cecilia Vicuña, una de las grandes artistas latinoamericanas que al igual que él, tampoco logró reconocimiento hasta la vejez. De hecho, llegó a afirmar: “Yo pensaba que me iba a morir como una artista secreta”. De esa experiencia en Chile pueden verse varias obras, entre ellas la de una mujer en una manifestación y con una estrella roja sobre la cabeza y la cita “socialist art through socialist revolution” (arte socialista a través de la revolución socialista). “Era un artista que siempre estaba queriendo el cambio social desde la izquierda”, cuenta Sampietro Brosa.
Era también un inconforme. A Medalla le incomodaba lo elitista que puede ser el mundo del arte, por lo que decidió trabajar por largos años con colectivos de artistas incomprendidos o marginados, como él. Fundó en 1964 la Signals gallery en Londres como un espacio para el arte experimental abierto. “Les dio a los artistas marginales un lugar dentro de la escena del arte británico”, dice Sampietro Brosa. “Él vivió casi toda su vida en Londres, pero nunca le dieron la nacionalidad ni fue considerado artista británico. En la investigación que hizo el curador encontró que la primera pieza que adquirió una colección inglesa fue apenas en 2013. Cuando regresó a Filipinas tampoco lo consideraron artista filipino. Era, entonces, un personaje antisistema, pero que influyó en los movimientos sociales”, explica la experta. “Fue un artista de vanguardia”, añade. Su posición contra lo institucional fue tal que cuando lo invitaron a una bienal en Johanesburgo se sorprendió de que solo participaban artistas por invitación, lo que dejaba a un lado a muchos creadores, por lo que decidió organizar su propia bienal en Londres, “en la que cualquiera que tuviera una propuesta, algo que decir que tuviera sentido en este mundo podía participar”, dice la curadora.
Para Medalla, el resultado final de un trabajo no era lo más importante, como lo ve la mayoría de los artistas, sino que su interés se centraba en el proceso de creación. Hacía mucha investigación previa antes de producir una pieza o un montaje y muchas de sus obras son efímeras y tienen mucho de improvisación. Él las denominó impromptus. “Eran performances que hacía en plazas públicas y que muchas veces tenían que ver con cosas muy sencillas, a veces usando solo carteles”, apunta Sampietro Brosa. Medalla conoció a su pareja, 25 años menor que él, en Nueva York, donde viajó a estudiar literatura. Allá se codeó con personajes del arte como Marcel Duchamp. Junto con Nankervis fundaron un nuevo colectivo artístico, el Mondrian Fan Club, en homenaje al artista que para ellos revolucionó la historia del arte. El filipino sufrió un ictus en 2016, que lo dejó paralizado y postrado en cama. A pesar de eso, él y su compañero siguieron creando. Una parte de la exposición muestra imágenes de Medalla en la cama, con máscaras en el rostro hechas por su compañero. “Son retratos muy fuertes. Es como un guiño de amor y de poder trabajar en conjunto cuando ya estaba inmóvil”, dice la curadora del Tamayo. El artista murió a los 82 años, ya con reconocimiento, pero siempre desafiando el establishment artístico.