Harfuch vincula la masacre de Querétaro con el asesinato de tres personas la semana anterior
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana insiste en la teoría de la confrontación entre bandas rivales. Criminales armados asesinaron el sábado a diez personas en el local, ubicado en el centro de la ciudad
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, ha informado este martes de que la masacre del bar Cantaritos de Querétaro, perpetrada el fin de semana, está relacionada con otra, ocurrida el 7 de noviembre, también en la ciudad. La del sábado acabó con diez muertos y la anterior, con tres. Harfuch ha señalado igualmente que la masacre del sábado, que dejó además 13 heridos, es el tercer evento de este tipo en Querétaro, “que tiene que ver con Guanajuato”. Harfuch no ha informado sobre cuál sería el tercer evento. El funcionario ha insistido en que estos ataques son producto de la confrontación entre bandas criminales.
El secretario de Seguridad tampoco ha dado detalles del segundo ataque. Notas de medios locales señalan, sin embargo, que se trata del que sufrió la sucursal queretana del restaurante Mr. Barbas, en la colonia Centro Sur de la ciudad. Mr. Barbas abrió originalmente en Celaya, en Guanajuato. En julio, esa sede sufrió un ataque armado y dos personas murieron. Sus dueños anunciaron el cierre del local de Celaya y el traslado al estado vecino. Hace unos días, las autoridades locales anunciaron la detención de cuatro personas relacionadas con el último ataque, en Querétaro.
Aunque Harfuch y el Gobierno en general evitan dar nombres de grupos delictivos, Celaya es el área de expansión natural del Cartel de Santa Rosa de Lima. Expertos en las dinámicas criminales en la región consultados estos días, caso de David Saucedo, señala que este grupo había gestionado la economía criminal en Querétaro durante los últimos años, la venta de droga al menudeo, el huachicol o robo de combustible, etcétera. La detención de integrantes del grupo en los últimos años lo habría debilitado, situación que habría aprovechado el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), para tratar de arrebatarles el negocio.
En ese contexto habrían ocurrido los ataques de noviembre en Querétaro. Las autoridades informaban el lunes de que el ataque del fin de semana estaba dirigido contra un presunto operador del CJNG en la entidad, Fernando González, alias La Flaca, asesinado durante el tiroteo. Este martes, Harfuch ha dicho que los atacantes tenían en la mira a otro cliente del bar, además de La Flaca, presunto compinche de este. La magnitud del ataque, su virulencia, empuja a pensar en la importancia de los objetivos. Pero el mismo Saucedo señala que, en realidad, la falta evidente de escoltas de La Flaca, además de su corta edad, 31 años, apunta en dirección contraria.
El ataque del fin de semana ocurrió muy cerca del centro histórico de Querétaro, ciudad de poco menos de dos millones y medio de habitantes, cuya población ha aumentado un 30% en los últimos 15 años. Situaciones así han sido extrañas en la entidad, mucho más habituales en los estados vecinos de Guanajuato y Michoacán. Las autoridades manejan la teoría del contagio, el virus de la violencia guanajuatense que se extiende a Querétaro, contra el que hay que luchar. Bajo esa teoría, Querétaro no produce violencia, solo la importa, pero a decir de Saucedo y otros expertos consultados, la delincuencia estaba en el estado, solo que no había tenido motivos para pelear. Hasta ahora.