López Obrador y Sheinbaum cierran filas con Rocha en su segunda visita a Sinaloa desde la captura de El Mayo

El presidente afirma que el gobernador, salpicado por la polémica tras la detención de Zambada y el asesinato del opositor Héctor Cuén, tiene su “apoyo”

Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum y Rubén Rocha Moya en El Rosario, Sinaloa.Mexican Presidency / HANDOUT (EFE)

Los líderes de la llamada Cuarta Transformación han ratificado su respaldo al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, tras la polémica por la captura de Ismael El Mayo Zambada y el asesinato del opositor Héctor Melesio Cuén Ojeda. Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, la presidenta electa, volvieron este fin de semana a territorio sinaloense, en su segunda visita al Estado del noroeste tras la detención de Zambada y la muerte del diputado electo por el Partido Revolucionario Institucional el pasado 25 de julio. “Tiene todo nuestro apoyo el gobernador”, afirmó el presidente.

La agenda oficial de López Obrador y la presidenta electa marcaba una parada en El Rosario, un pequeño municipio de 16.000 habitantes en el sur de Sinaloa, para inaugurar un distrito de riego de la presa Picachos. El espaldarazo a Rocha, sin embargo, dio a la visita una dimensión política diferente. Apenas el pasado 10 de agosto, el presidente y su sucesora estuvieron en otro acto con el gobernador, esa vez, en el medio del escándalo, después de que el abogado de El Mayo publicara una carta en la que aseguraba que había sido secuestrado y traicionado por Joaquín Guzmán López, su ahijado e hijo de El Chapo, tras ser citado a una reunión con Rocha y Cuén horas antes de la captura en Estados Unidos. Tras consultar su respuesta con López Obrador, el gobernador negó cualquier vínculo con el narcotráfico y haber estado presente en el encuentro. Morena, el partido gobernante, refrendó su respaldo con el mandatario estatal.

A un mes de la caída de Zambada, fundador y narco entre narcos del Cartel de Sinaloa, las incógnitas aún planean sobre el caso. Y el asunto se ha complicado en el terreno político. El Mayo adelantó en su carta que Cuén, principal adversario político de Rocha, había sido asesinado en el mismo lugar y el mismo momento en que fue secuestrado, y no en un intento de robo en una gasolinera, como sostenía la Fiscalía de Sinaloa, autónoma pero cercana al gobernador. La versión de los hechos del capo ha ganado fuerza desde que la Fiscalía General de la República (FGR) tomó el caso y encontró múltiples irregularidades en la investigación del homicidio del político.

En un giro inesperado, la FGR adoptó la teoría de Zambada como la principal línea de investigación para esclarecer la captura y el asesinato, y sepultó la versión ofrecida por la Fiscalía de Sinaloa. “La institución federal ha logrado establecer, con precisión, que la información sobre lo ocurrido en una gasolinera en el municipio de Culiacán no es aceptable, ni cuenta con los elementos fidedignos de prueba que permitan tomarla en cuenta, en la forma en que fue planteada”, afirmó. Las autoridades federales dieron la razón a El Mayo en cuanto al lugar y la hora de su secuestro y de la muerte de Cuén. El principal cabo suelto sigue siendo si Rocha estuvo presente en la escena del crimen o si estuvo fuera de Sinaloa ese día, como él sostiene.

“En Sinaloa gobernamos con integridad, con la honorabilidad que nos ha enseñado el presidente Andrés Manuel López Obrador, con la honradez, y luchamos contra la corrupción”, dijo el gobernador en el acto de este domingo. El mandatario estatal fue denunciado ante la FGR esta semana por el opositor Partido Acción Nacional por entorpecer las investigaciones, que forzaron la renuncia de la fiscal estatal, Sara Bruna Quiñónez. Antes del último comunicado de las autoridades federales, Rocha descartó su dimisión y dijo que la denuncia en su contra tenía motivaciones políticas. También aplaudió el trabajo de la FGR para aclarar el asesinato de Cuén, fundador del Partido Sinaloense (PAS) y exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

López Obrador tomó la misma línea para distanciarse de los cuestionamientos tras la caída de El Mayo e ironizó con que sus rivales en la oposición se han portado “muy bien”. “Sólo es debate político, columnas, guerra sucia en los medios de comunicación; en las redes sociales: ‘AMLO presidente’, ‘narcotraficante”, señaló. “El pueblo es mucha pieza, no pasa nada”, agregó. Sheinbaum tendió también la mano al gobernador durante su Gobierno, que toma posesión el próximo 1 de octubre. “Vamos a seguir apoyando a Sinaloa, porque a Rubén Rocha ya le tocaron tres años con el presidente. Pues ahora le van a tocar tres años con la presidenta, y vamos a seguir colaborando en todo lo que requiera Sinaloa”, declaró.

La polémica, sin embargo, sigue latente en Sinaloa. Este fin de semana se registró una fuerte presencia de agentes ministeriales y elementos de las Fuerzas Armadas en Tres Ríos, una exclusiva zona residencial de Culiacán, donde medios locales aseguran que vive Fausto Corrales, hombre de todas las confianzas de Cuén y el testigo que declaró a la Fiscalía estatal que fue asesinado en la gasolinera. La FGR no se pronunció al respecto. Fuentes federales dijeron a EL PAÍS que no se trató de un cateo ni una detención, aunque no ofrecieron más detalles. Corrales es hijo del sucesor de Cuén en el PAS, el también exrector Víctor Antonio Corrales, y conducía la camioneta que intentó ser robada, según las autoridades estatales.

La prensa local se hizo eco de una publicación de Juan Manuel Partida, que se presenta como presidente de la Asociación de Periodistas de Sinaloa y ha lanzado varios ataques contra el gobernador en redes. Partida asegura que Rocha estuvo presente cuando Cuén fue asesinado y que Corrales teme por su vida. Esta versión no ha sido verificada con pruebas y ninguna autoridad se ha posicionado sobre el tema.

La Fiscalía estatal también rompió el silencio tras las duras críticas de la FGR, que señaló errores y omisiones en la escena del crimen y el manejo del cuerpo de la víctima. El vicefiscal de Sinaloa, Dámaso Castro, defendió la actuación de las autoridades de Sinaloa y negó que se autorizara la incineración del cuerpo de Cuén cuando las indagatorias seguían en curso. “Nosotros no lo permitimos, si lo incineraron es un tema que tiene que verse en otra área y en otra instancia”, comentó. También sostuvo que la hipótesis del robo fallido como móvil del asesinato “no fue una versión de la institución”, sino lo que el testigo, Corrales, relató.

En Estados Unidos, está previsto que en los próximos días un tribunal decida si El Mayo continuará su proceso judicial en Texas o en Nueva York, donde se le acusa de tráfico de fentanilo. La Fiscalía ya ha hecho la solicitud de trasladar el caso, pero la defensa del capo se opuso. Parte de lo que está en juego es lo que se podría conocer en un eventual juicio: la causa de Texas ofrece una visión del mundo del narcotráfico de hace más de una década y la de Nueva York, un panorama más actual. La decisión está en manos de la juez. López Obrador, a su vez, anunció sus planes de volver a Sinaloa una vez más a finales de septiembre.

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