Nuria Diosdado, la mujer que lidera una revolución
La capitana del equipo mexicano de natación artística llega a la cumbre de su carrera con medallas de oro en las Copas del Mundo y pese al desdén de la Conade de Ana Guevara
Será la última zambullida olímpica para Nuria Diosdado (Guadalajara, 33 años). Arte puro verle danzar sobre el agua, arte puro verle liderar a una generación de nadadoras que rompió cualquier tipo de techo. Diosdado es el engranaje dorado de la natación artística en México que quiere dar la campanada histórica en los Juegos Olímpicos de París. Quieren una venganza dulce, elegante y grácil en contra de la Conade de Ana Gabriela Guevara, misma que les hizo pasar todo suplicio para competir.
Diosdado llega a la Villa Olímpica de París con un currículum de envidia: cuatro Juegos Olímpicos competidos (2012, 2016, 2020 y ahora 2024). En su casa se agota el espacio para presumir 18 medallas de oro en los Juegos Centroamericanos, dos campeonatos panamericanos. Las que más atesora son las tres medallas doradas que ganó en las Copas del Mundo en Egipto (en dueto junto a Joana Jiménez) y dos por equipo en Francia (prueba acrobática y técnica). Si quisiese presumir, puede presumir nueve oros en los campeonatos internacionales. En total, posee 37 medallas.
Lo que Nuria Diosdado echa en falta es esa histórica medalla olímpica, subirse al podio y competirle a las grandes potencias como Rusia, China, Francia o España. La tarea es dura, pero siempre posible. “En cada competencia son cosas distintas, estamos concentradas en el desempeño y la ejecución. No queremos pensar en una medalla, ni siquiera hablar de ella. No queremos ni prometer ni hacer falsas expectativas porque todo puede pasar”, comentó la capitana del equipo en mayo.
Diosdado, de sonrisa magnética, se ha hecho tiempo para graduarse en Administración, además de estudiar dos maestrías en Mercadotecnia e Imagen Pública. Es una de las deportistas que pertenece y representa al Ejército mexicano. La nadadora tiene el rango de sargento. No es la única. A ella le acompaña su mancuerna en el dueto, la sargento Joana Jiménez; además de Luisa Rodríguez, Pamela Toscano, Marla Arellano, Daniela Estrada, Itzamary González, Regina Alférez y Jessica Sobrino. El apoyo de las Fuerzas Armadas ha acompañado al equipo de nadadoras para tener un apoyo económico extra.
Estos dos últimos años han sido insostenibles para las nadadoras mexicanas por un conflicto gratuito entre la Conade y la World Aquatics, el organismo internacional de los deportes acuáticos. La Fiscalía mexicana acusó al presidente de la federación mexicana de natación, Kiril Todorov, de malversación de más de 155 millones de pesos. El caos reinaba en la institución porque los deportistas quedaban a la deriva. La World Aquatics impulsó un comité regulador para poder resolver temas básicos.
Ana Guevara, máxima comisionada del deporte, argumentó que no podían otorgar recursos públicos a un ente extranjero y privado porque violaría la legislación mexicana. Ese dinero era básicamente para mantener las becas deportivas a los nadadores. Los mejores talentos de clavados y de natación artística se quedaron huérfanos de ese apoyo. Diosdado y sus compañeras recurrieron a sus patrocinadores privados para seguir en competencia. El apoyo más fuerte que encontraron fue en la fundación del magnate Carlos Slim. El empresario financió el viaje de las mexicanas en el Mundial de Egipto. Otras alternativas que buscaron fueron la venta de toallas y trajes de baño conmemorativos y algunas vendieron recipientes de comida. Sin miedo al juicio público, sus ventas fueron un éxito. Amigos, familiares y aficionados apoyaron hasta agotar sus mercancías. Las sirenas mexicanas respondieron con dos oros: por equipos, un hito histórico; y en dueto gracias a Diosdado y Jiménez.
Sin becas, pero con la gloria en la maleta, regresaron a México para ser atacadas por Ana Guevara. Menospreció su trabajo, les llamó deudoras y que a ella no le importaba que vendieran todo tipo de cosas para financiarse. “Yo no las mandé a vender calzones” o “son unas mentirosas porque tienen entrenadores, comen, duermen, se les apoyó en todo” fueron las frases de la comisionada que golpearon los logros de las mexicanas. Aunque no las derrotaron, ni desmotivaron.
La mayoría de nadadores mexicanos demandó a la Conade por el tema de sus becas. Un juez en Ciudad de México les dio la razón a todos los deportistas y exigió a las autoridades devolverles las becas. “Nuestra lucha [frente a la Conade] motiva a deportistas que sienten que no hay nada que hacer y nosotras fuimos ese estandarte y somos un equipo que lucha”, contó Diosdado al diario Reforma.
Diosdado y sus compañeras han evitado hablar más de la guerra contra la Conade, se dedicaron en los últimos años a responder con elegancia y logros. “Este ciclo olímpico es para mí el mejor de mi carrera. Llego con una plenitud, seguridad, autoconfianza de quién soy y quién quiero ser, de cómo me quiero ver tanto dentro como fuera del agua”, dijo la lideresa mexicana a Reforma. Sus compañeras quieren que el último vals acuático en unos Juegos Olímpicos sea memorable para su capitana.
Apúntese gratis a la newsletter de EL PAÍS México y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país.