El descarrilamiento de un vagón del Tren Maya fue ocasionado por la falta de tornillos de fijación en la vía

Un convoy se salió del carril cuando circulada a 10 kilómetros por hora y se encontraba a 50 metros de detenerse en la estación de Tixkikob por un fallo en el ajuste manual de un aparato que no estaba bien sujeto

Un vagón del Tren Maya se salió de las vías mientras hacia una maniobra en la estación de Tixkokob, Yucatán, el 25 de marzo.Cuartoscuro

El pasado 25 de marzo una nueva mancha volvió a salpicar la reputación del recién estrenado Tren Maya en la Península de Yucatán, el megaproyecto estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador. Al entrar en la estación de Tixkikob, el cuarto vagón de un convoy descarriló y se salió de la vía cuando circulaba a 10 kilómetros por hora y le faltaban apenas 50 metros para detenerse. El incidente, que no registró heridos y que se suma a otras fallas registradas en el tren desde su inauguración parcial el pasado diciembre, ha sido investigado para determinar si el fallo fue ocasionado de forma “intencional”, como insinuó el presidente un día después del accidente. Este martes en la mañanera, la Secretaría de Defensa Nacional y la Secretaría de la Marina han detallado que el incidente fue ocasionado por la falta de fijaciones mecánicas de los tornillos que aseguran el cambio de vía con el riel.

El aparato que controla el sistema de distribución de la trayectoria del tren en la vía tenía que mantenerse en una posición para que el convoy pudiera entrar en la estación por la línea correspondiente. El mecanismo, llamado clams, no estaba sujeto para poder operar. “Se encontró que la sujeción del clam no era la adecuada, no estaba sujeta”, ha admitido el secretario de Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval. Es un sistema que debería estar automatizado, pero Sandoval ha reconocido en rueda de prensa que todavía no está completo el sistema y que de momento en el Tren Maya se hace de forma manual a través de personal de garroteros que van ajustando el aparato. Pasaron tres vagones del tren a las 09.25 de la mañana de aquel lunes en su recorrido de Campeche a Cancún y el último tomó de forma incorrecta el pase del aparato, lo que provocó que se saliera de la vía. Pese a que no hubo heridos, sí que ocasionó daños en el tren que todavía no se han podido cuantificar y están siendo procesados con el seguro y la empresa constructora.

Un día después del descarrilamiento, López Obrador dejó entrever su sospecha de que alguien intencionalmente hubiera provocado el accidente en plena campaña electoral. “Se está haciendo una investigación porque sí está raro, hubo en la estación un error humano, no hubo cambio de vía y se está buscando para ver si fue algo intencional o fue un error de los responsables del manejo de las vías”, dijo a los medios.

Esta incidencia se suma a otras que ha acumulado el proyecto desde su pistoletazo de salida apresurado, con las obras sin completar y entre la controversia por la falta de permisos ambientales para su construcción en una delicada zona de selvas y cuevas. Trece días después del viaje inaugural, suspendió la actividad y tuvo que reembolsar los billetes vendidos. Poco después, cuando se reanudó el servicio, los usuarios reportaron en redes retrasos de hasta dos horas en algunos trayectos y fallas en el aire acondicionado. Los pasajeros tuvieron que ser trasladados a Cancún en autobuses, tras haber esperado alrededor de 6 horas. A principios de febrero, un muro de contención del recorrido del ferrocarril colapsó en el tramo número 6, que une las localidades de Felipe Carrillo Puerto y Chetumal, en el Estado de Quintana Roo. Este suceso sí que dejó a tres obreros heridos.

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