López Obrador eleva a 12 las víctimas de la masacre de San Miguel Totolapan, en Guerrero
La cifra aumenta de cinco, último recuento de la Fiscalía estatal. El presidente señala que “todavía no se tiene toda la información” de lo ocurrido, pero que el caso apunta a una pelea entre bandas criminales
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha elevado a 12 el número de víctimas de la última masacre de Guerrero, perpetrada en los últimos días en la zona colindante entre la Tierra Caliente y la sierra de Tlacotepec, que los grupos criminales Los Tlacos y La Familia Michoacana pelean desde hace más de un año. La última cifra oficial era de cinco, que divulgó la tarde del lunes la Fiscalía estatal. La masacre se conoció gracias a vídeos colgados en redes sociales, donde un grupo de hombres...
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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha elevado a 12 el número de víctimas de la última masacre de Guerrero, perpetrada en los últimos días en la zona colindante entre la Tierra Caliente y la sierra de Tlacotepec, que los grupos criminales Los Tlacos y La Familia Michoacana pelean desde hace más de un año. La última cifra oficial era de cinco, que divulgó la tarde del lunes la Fiscalía estatal. La masacre se conoció gracias a vídeos colgados en redes sociales, donde un grupo de hombres armados apila, tirotea y quema a los muertos.
“Hay ya un operativo en la región, desde ayer”, ha dicho López Obrador este miércoles, en su habitual conferencia de prensa matutina. “Son hechos que sucedieron en la sierra, en la Tierra Caliente de Guerrero. Se presume -falta tener toda la información- que fue un enfrentamiento entre bandas de la delincuencia. Hasta ahora hay comprobados 12 muertos, esto de acuerdo al reporte de las 23.00, ya estando elementos de la Guardia Nacional en el sitio. En el transcurso del día daremos a conocer lo que sucedió. Todavía no se tiene toda la información”, ha añadido.
Los vídeos de la masacre recuerdan a los de otra, perpetrada en enero en la misma sierra, donde hombres armados apilaban los cuerpos de los muertos, al menos cinco, y luego les prendían fuego. De hecho, esta nueva masacre puede leerse como una represalia de la anterior. La de enero habría sido perpetrada por integrantes de La Familia Michoacana y las víctimas habrían sido parte de Los Tlacos. En la de estos días, habría sucedido lo contrario.
La suposición de quiénes son, ahora y entonces, víctimas y perpetradores nace de la verborrea que inunda los vídeos. En el de enero, todo eran insultos contra Los Tlacos y su presunto líder, Onésimo Marquina, alias Necho, y vivas a La Familia. En el de estos días, lo contrario. Los hombres que graban los cadáveres de sus enemigos lanzan proclamas a favor de Necho y se burlan de los líderes de La Familia, los hermanos Johny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias El Pez y La Fresa, respectivamente.
La Fiscalía estatal confirmó ayer que el lugar de los hechos fue un paraje de San Miguel Totolapan, cercano ya a la cabecera municipal de Heliodoro Castillo, Tlacotepec. Se trata de la comunidad de Las Tunas, lugar que, como informó la semana pasada EL PAÍS, fue parte de las negociaciones de paz llevadas a cabo entre los dos grupos criminales, patrocinadas por los obispos del Estado. Aunque los obispos se juntaron con los líderes de La Familia y consiguieron que estos hablaran por teléfono con el de Los Tlacos, el intento fracasó.
“La Familia quería que Necho les cediera Las Tunas”, explicaba una fuente consultada sobre las conversaciones. El municipio de Heliodoro Castillo es la base de Los Tlacos, mientras que San Miguel Totolapan es parte del dominio de La Familia. El desacuerdo se extendió a otras cuestiones. “Tampoco se pusieron de acuerdo en el reparto de Iguala, porque La Familia quiere la mitad, que ahora mismo es de Los Tlacos con otros grupos. Y lo mismo ocurrió con Taxco. Necho aceptaba ceder el municipio y además se comprometía a no meterse en la pelea por Morelos”, explicaba esta misma fuente.
Guerrero vive momentos difíciles. En los últimos años, la extorsión y la violencia se han apoderado de buena parte de las regiones del Estado. Las crisis continuas en Acapulco, la capital, Chilpancingo, y pueblos turísticos como Taxco, a cuenta de las extorsiones de los grupos criminales sobre el transporte público, dan una idea de la complejidad de la situación. La violencia de los grupos criminales en estos y otros territorios, como la frontera entre la sierra y Tierra Caliente, someten a la población a una situación de terror. Guerrero es además un estado montañoso y llegar a zonas como esta es difícil, siquiera para el Ejército y la Guardia Nacional, que mantienen un enorme despliegue en todo el país.
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