López Obrador se desplaza por tierra a Acapulco para hacer balance de daños tras el paso del huracán ‘Otis’

Junto al presidente viajan el secretario de Sedena, de la Marina, de Seguridad y la coordinadora de Protección Civil para evaluar el impacto del temporal, que ha dejado un rastro devastador en Guerrero

La carretera que conecta Acapulco y Chilpancingo, dañada por el huracán Otis, este 25 de octubre.SCT (EFE)

Andrés Manuel López Obrador se ha echado a la carretera y trata de recorrer por tierra este miércoles la distancia entre la Ciudad de México y el puerto de Acapulco para hacer balance de daños tras el paso del huracán Otis. El vehículo en el que viaja el presidente se ha topado por el camino con cortes y deslaves que hacen casi imposible el avance. El temporal aterrizó en el Estado de Guerrero poco después de la medianoche y ha dejado una es...

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Andrés Manuel López Obrador se ha echado a la carretera y trata de recorrer por tierra este miércoles la distancia entre la Ciudad de México y el puerto de Acapulco para hacer balance de daños tras el paso del huracán Otis. El vehículo en el que viaja el presidente se ha topado por el camino con cortes y deslaves que hacen casi imposible el avance. El temporal aterrizó en el Estado de Guerrero poco después de la medianoche y ha dejado una estela de caminos intransitables—entre ellos la autopista del Sol—, amplias zonas completamente incomunicadas, apagones eléctricos, calles anegadas de agua, edificios arrasados por el vendaval y vuelos cancelados. Al menos 27 personas han muerto y hay otras cuatro desaparecidas, según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, aunque el número podría aumentar en las próximas horas.

El temporal tocó tierra sobre las 00.45 en Acapulco como huracán de categoría 5, el máximo nivel de la escala Saffir-Simpson, provocando vientos sostenidos de 260 kilómetros por hora y olas de hasta 10 metros de altura. A pesar de que durante la mañana Otis se ha degradado a tormenta tropical, ha hecho estragos en la Costa Grande de Guerrero a su paso.

Interceptado en su vehículo de camino a Acapulco por el medio Central de Noticias MX, López Obrador ha asegurado que el Ejército trabajará con “maquinaria” de “comunicaciones y transportes” para reabrir lo antes posible la autopista del Sol, que conecta la capital del país con la ciudad guerrerense. El presidente ha afirmado que la circulación sí es posible a través de la carretera federal.

Personal del Ejército se traslada a Acapulco, este miércoles.José Luis de la Cruz (EFE)

El Gobierno activó desde el martes el Plan DN-III-E, un operativo militar que busca auxiliar a la población en casos de desastre. Al presidente, en su viaje por tierra, le acompañan el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crecencio Sandoval, el secretario de la Marina, Rafael Ojeda Durán, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa.

López Obrador viaja hacia Acapulco porque ha sido la ciudad que peor parada ha salido tras el impacto de Otis. La estampa tras el temporal la resume la imagen del centro comercial Galerías Diana, en segunda línea de playa, que parece la escena de un bombardeo: el huracán ha arrancado de cuajo las paredes y el techo de su parte superior. Los cortes de internet y luz han afectado a más de medio millón de personas, de acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que por la mañana había logrado restablecer el suministro al 40% de los usuarios afectados.

La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, ha escrito esta mañana en su cuenta de X (antes Twitter): “Desde las primeras horas nos hemos reunido con representantes de los tres niveles de Gobierno para evaluar los daños causados por el impacto del huracán Otis durante la madrugada de hoy. Como desde el primer momento, mantenemos comunicación permanente con las y los alcaldes de los municipios de Acapulco, Costa Chica y Costa Grande, donde ya se brinda atención a quienes lo requieren”.

A las cuatro de la tarde, Otis se ha vuelto a debilitar. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) lo ha calificado como una “baja presión remanente”, a su paso por Michoacán, 260 kilómetros al noroeste de Acapulco, con vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora y rachas de 75 kilómetros por hora. A pesar de la pérdida de intensidad, el organismo todavía pronostica lluvias torrenciales sobre Guerrrero, intensas en Michoacán y Puebla y muy fuertes en el Estado de México, Morelos y Oaxaca.

Conagua alerta de que las potentes lluvias pueden generar derrumbes y deslizamientos de tierra, desbordamiento de ríos y más inundaciones. “Se exhorta a la población, a los turistas y a la navegación marítima, a atender los avisos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), seguir las recomendaciones de Protección Civil y a extremar precauciones ante las lluvias, viento y oleaje elevado”, ha avisado el organismo.

Mientras tanto, Guerrero y los Estados limítrofes continúan en alerta. Los vecinos y los equipos de rescate se afanan en achicar agua y tratar de salvar sus pertenencias de la inundación. Las autoridades habilitan refugios y tratan de establecer contacto con las zonas afectadas que continúan incomunicadas. Los actos de solidaridad hacia los guerrerenses también se extienden fuera de sus fronteras, como las 100 toneladas de alimentos no perecederos que el Gobierno de Michoacán se prepara para enviar; o los 15 centros de apoyo a los damnificados que ha habilitado Quintana Roo.

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