Secuestrados tres jóvenes y cuatro activistas LGTB en un centro de rehabilitación de Acapulco
Uno de los desaparecidos es Moisés Sánchez, coordinador de Diversidad Sexual del PRD en Guerrero. Los familiares apuntan a que un comando armado se llevó al grupo
Hace una semana que se perdió el rastro de tres jóvenes y cuatro activistas LGTB+ en Acapulco. Sus familias han protestado este viernes de nuevo para exigir avances a las autoridades de Guerrero en un nuevo caso de desaparición masiva que azota al país. Las informa...
Hace una semana que se perdió el rastro de tres jóvenes y cuatro activistas LGTB+ en Acapulco. Sus familias han protestado este viernes de nuevo para exigir avances a las autoridades de Guerrero en un nuevo caso de desaparición masiva que azota al país. Las informaciones han aparecido a cuentagotas desde que el 1 de septiembre un supuesto comando armado se llevara al grupo de un centro de rehabilitación de la colonia Vista Hermosa, en la capital del Estado. Entre los secuestrados está el coordinador de Diversidad Sexual del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Guerrero, Moisés Sánchez, y al menos, un menor de edad. La Fiscalía de la entidad ha apuntado que “continúa con los operativos de búsqueda y localización”.
Hace menos de un mes que México se estremecía por el secuestro de cinco jóvenes de Lagos de Moreno, en Jalisco, por los grupos del crimen organizado. Esta misma semana son también seis los albañiles arrancados de una vivienda en Veracruz. En el país hay más de 110.000 personas desaparecidas, y cada día nuevas familias se suman al dolor. En sus protestas de esta semana, donde las familias de los desaparecidos cortaron la carretera federal entre Ciudad de México y Acapulco, a la altura de Paso Limonero, han pedido cualquier información de los jóvenes. “Lo quiero vivo, a mi hijo, lo quiero vivo”, dijo en una entrevista en redes la madre de Julio Pérez, que tiene 16 años y estaba anexado en el Centro de Tratamiento y Prevención en Adicciones Renovación Espiritual.
Ese centro se ha convertido en la clave del caso. Hasta donde han dado a conocer las familias, allí estaban en rehabilitación Julio, Erik Chávez, de 23 años, y Andrés Delgado. Alrededor de las tres de la tarde del 1 de septiembre, un comando irrumpió en el anexo y se llevó a los jóvenes. Según las versiones de sus familias, en ese momento, alguien del centro llama a Moisés Sánchez, de 38, Brian Vargas, de 25, y Jesús Arroyo, de 38, para que acudan al lugar a “apoyar” por la llegada de hombres armados. Con ellos, viajaba también María Perla Guzmán.
Los activistas eran “padrinos” de las personas anexadas, es decir, formaban parte del programa de ayuda para jóvenes con adicciones. Ahora, todos ellos están también desaparecidos. María Elena Pérez, tía de Julio, ha señalado al periódico El Universal que desde el centro de rehabilitación le dijeron quienes se los llevaron “iban vestidos con uniformes de la Fiscalía General del Estado”. Sin embargo, la dependencia rechaza que se trate de parte de su personal. No es la primera vez que los grupos criminales atacan a los centros de rehabilitación, en 2020, 24 jóvenes fueron asesinados en un anexo en Guanajuato.
El 31 de agosto, Sánchez y Vargas habían estado en un evento en un hotel de Acapulco en apoyo de Xóchitl Gálvez, según ha dado a conocer el PRD. “La última vez que se les vio fue precisamente después de esa actividad donde se tomaron fotos con la senadora. Al día siguiente Moisés tenía una actividad en la Hacienda de Cabañas, pero no llegó”, señala el comunicado de la Dirección Nacional de Diversidad Sexual del partido político, que ha exigido que se aplique el “protocolo para la investigación de delitos cometidos contra personas con preferencia sexuales distintas por identidad o expresión de género”.
“Moisés es un líder político y activista de la diversidad sexual”, señala la dirección del partido. También la diputada del PRD en el Congreso de Guerrero, Jennyfer García Lucena, ha pedido a la Fiscalía del Estado “no enviar al archivo, ni al olvido” la investigación sobre la desaparición de los jóvenes en Acapulco, “como se ha hecho en otros casos”. “Está más que demostrado que en Guerrero la impunidad campea, las autoridades no investigan los innumerables crímenes. Tal parece que le apuestan al olvido, a que se normalice la cotidianidad de la violencia”, ha apuntado la legisladora local.
La violencia se ha recrudecido en Guerrero. Los crímenes se repiten sin cesar en el Estado, ahora gobernador por la morenista Evelyn Salgado. Solo en Acapulco, en los últimos meses han asesinado al operador político de Marcelo Ebrard, el empresario José Brito, y a su hijo, cuando viajaban hacia la capital, y ejecutaron al periodista Nelson Matus. El comunicador fue el segundo reportero asesinado en Acapulco en este año, después de que sicarios acabaran en mayo con la vida de Gerardo Torres, quien fue cofundador de TV Azteca Guerrero.
Mientras la que fuera en su momento la joya del turismo internacional en México se desangra, la familia de Brian Vargas llora para pedir justicia: “Le suplico a la ciudadanía que si algo saben, algo vieron, cualquier cosa que sepan de Brian, nos lo hagan saber. Por piedad. Le pido a las personas que lo tengan que se toquen el corazón y que piensen en su madre”.
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