López Obrador condena la quema de un muñeco de Norma Piña: “Hay formas de protestar sin llegar a esos extremos”
El presidente asegura, ante los reclamos contra sus seguidores: “En la marcha pasada también quemaron unas figuras, cuando salió la mía, nadie se quejó”
Andrés Manuel López Obrador reprobó la quema de un muñeco de Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte, al terminar la marcha por el aniversario de la expropiación petrolera el pasado fin de semana. “No debe llevarse a cabo este tipo de actos, hay otras formas de protestar sin llegar a esos extremos”, dijo el presidente de México, en su conferencia ...
Andrés Manuel López Obrador reprobó la quema de un muñeco de Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte, al terminar la marcha por el aniversario de la expropiación petrolera el pasado fin de semana. “No debe llevarse a cabo este tipo de actos, hay otras formas de protestar sin llegar a esos extremos”, dijo el presidente de México, en su conferencia de prensa de este lunes. El mandatario, sin embargo, aseguró que él ha sufrido ataques similares y minimizó los reclamos contra sus seguidores tras el ataque. “Son muy hipócritas. No estoy muy seguro, pero en la marcha pasada que hicieron los reaccionarios hace poco también quemaron unas figuras, pero cuando salió mi figura, nadie se quejó, eso es mucho de los conservadores”, agregó. López Obrador, que encabezó el sábado la concentración en el Zócalo de la capital, también negó que hubiera acarreados en la manifestación convocada por su Gobierno.
“Son nuestros adversarios, no nuestros enemigos”, dijo López Obrador para reprender a los seguidores de su movimiento. Las imágenes de los asistentes a la marcha quemando una figura de cartón de la presidenta de la Corte al grito de “Fuera Piña” desataron las críticas tras el acto. En las últimas semanas, el Ejecutivo no ha reparado en críticas contra Piña y el Poder Judicial, que tendrá la última palabra sobre la constitucionalidad del llamado plan B de López Obrador, su reforma electoral. “Apenas llegó se desató una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”, dijo el mandatario el pasado 1 de marzo. “La señora presidenta de la corte, para hablar en plata, está ahí por mí”, aseguró el pasado 8 de febrero, aunque después se quejó de que sus palabras fueron sacadas de contexto. Piña se convirtió en la primera mexicana al frente del Alto Tribunal en enero pasado.
Los críticos de López Obrador insisten en que sus declaraciones han ido demasiado lejos y afirman que han detonado episodios de violencia como la quema del muñeco de Piña. “La violencia verbal del presidente salta de la mañanera a las calles”, reprochó la politóloga Denise Dresser en redes sociales. Un argumento similar se ha esgrimido en las relaciones entre el presidente y los medios de comunicación: mientras el mandatario lanza ataques contra los reporteros desde la tribuna presidencial, México ha ligado cuatro años consecutivos como el más peligroso para los periodistas, según Reporteros Sin Fronteras. “La condena tiene que ser unánime, porque de lo contrario lo que se expresará es un permiso para violentarla”, expresó Patricia Mercado, senadora del opositor Movimiento Ciudadano. Antes, la oposición ha denunciado amenazas de muerte contra Piña de parte de seguidores del presidente. Reacia a las redes sociales, la ministra presidenta no se ha pronunciado sobre los ataques.
La quema de la figura de Piña también abrió el debate sobre si los ataques tenían un componente machista. Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa de López Obrador, escribió un mensaje de apoyo a la ministra el domingo. “Mi apoyo a todas las mujeres de la política ante la vejación a su imagen”, señaló en tono conciliador. Gutiérrez Müller también reclamó que ella ha sido víctima de ataques misóginos y contra su familia. El presidente, por su parte, fue ambivalente. Reprobó y expresó su condena, pero dijo que eran expresiones “muy minoritarias”, al considerar que la difusión de las imágenes es un nuevo intento para desprestigiarlo.
“Ellos nos ven como enemigos a destruir, no como adversarios a vencer, y nosotros no podemos actuar de la misma manera, hay que ser respetuosos. Somos un movimiento pacífico”, sostuvo. En el choque entre ambos poderes, López Obrador también ha sido crítico con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que tiene pendiente resolver sobre la permanencia de Edmundo Jacobo como secretario del Instituto General Electoral (INE) tras la aprobación del plan B.
Pese a que no se ha decidido sobre las impugnaciones a la reforma electoral, el mandatario ha anticipado que el fallo no será favorable y lo ha achacado a una reacción de los grupos “conservadores” de mantener sus privilegios. El bando contrario salió a las calles el pasado 26 de febrero y también ocupó la plancha del Zócalo en una marcha en defensa del INE y en contra de la iniciativa presidencial. “La fuerza de la sociedad es la mayor presión. Creemos que los ministros actuarán en consecuencia y harán valer la Constitución”, dijo Marko Cortés, presidente del opositor Partido Acción Nacional, en una entrevista con EL PAÍS. “Nosotros no tenemos plan B, nuestro plan es que se declare inconstitucional”, agregó.
En la pugna entre la oposición y el Gobierno por demostrar músculo en las calles, el presidente negó que Morena, su partido, haya impuesto cuotas de “acarreo” para el acto que lideró. “No es un grupo de acarreados como los que lleva el bloque conservador”, agregó. En juego están las reglas que regirán las elecciones de 2024, en las que se elegirá a un nuevo presidente. En medio de los extremos de un tablero político cada vez más polarizado, la decisión final sobre el futuro de la reforma electoral está en manos de la Suprema Corte.
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