La ministra Yasmín Esquivel denuncia una “campaña perversa” y confirma su aspiración a presidir la Suprema Corte
La magistrada cierra filas ante las acusaciones de plagio de su tesis, que considera “mentiras y difamaciones” para influir en la elección del presidente del tribunal
La ministra Yasmín Esquivel ha vuelto a cerrar filas ante las acusaciones de plagio y confirma que no contempla bajarse de la carrera por presidir la Suprema Corte de Justicia. Desde el miércoles, la actual magistrada del máximo tribunal mexicano está siendo objeto de fuertes críticas al publicarse una investigación periodística que destapa que su tesis de fin de licenciatura es, literalmente, idéntica a la de otro estudiante publicada un año a...
La ministra Yasmín Esquivel ha vuelto a cerrar filas ante las acusaciones de plagio y confirma que no contempla bajarse de la carrera por presidir la Suprema Corte de Justicia. Desde el miércoles, la actual magistrada del máximo tribunal mexicano está siendo objeto de fuertes críticas al publicarse una investigación periodística que destapa que su tesis de fin de licenciatura es, literalmente, idéntica a la de otro estudiante publicada un año antes. Esquivel ha negado desde el principio las acusaciones de plagio y este domingo ha insistido en que, de hecho, es el otro estudiante el que ha copiado su trabajo. Mediante un comunicado publicado en sus redes sociales, la ministra ha denunciado a su vez una “campaña perversa” en su contra para influir en la elección del presidente de la Corte.
“Mi tesis es un trabajo original y auténtico” insiste en el comunicado. Esquivel afirma que ella empezó a escribir su tesis dos años antes de publicarla, es decir, en 1985. Por tanto, un año antes de que se publicara el trabajo Edgar Ulises Báez, el otro estudiante. EL PAÍS pudo comprobar como las dos tesis, publicadas con el mismo título, tienen además exactamente el mismo índice, los mismos párrafos de planteamiento del problema, así como las mismas gráficas. Los dos textos son idénticos. Se identifican hasta los mismos errores gramaticales repetidos. La ministra ha anunciado este domingo que ha presentado una denuncia ante “la Fiscalía correspondiente” por el supuesto plagio de su “proyecto de tesis”.
Esquivel considera que las acusaciones son “mentiras y difamaciones”. Parte de una “campaña perversa, que pretende incidir en la opinión pública e incluir en el ánimo de quienes deben tomar la decisión”, en referencia al proceso de elección del futuro presidente del máximo tribunal mexicano. Esquivel confirma en su comunicado que “el próximo 2 de enero buscaré con mi propuesta que, por primera vez en la historia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sea presidida por una mujer”. Esquivel aparece en todas las quinielas como la apuesta de Andrés Manuel López Obrador para dirigir el alto tribunal.
La actual magistrada esgrime en su defensa que no ha habido polémica alguna durante los 40 años de su carrera académica y profesional. Esquivel, de 59 años, ha sido magistrada agraria, presidente del Tribunal Contencioso y Administrativo de Ciudad de México hasta llegar a ser una de las magistradas de la Suprema Corte. La jurista ha insistido también en citar como argumento de autoridad para su defensa tanto a su directora de tesis, Martha Rodríguez, como a otros académicos de la UNAM que en su momento validaron su trabajo investigador. Este diario ha encontrado, sin embargo, otros siete trabajos plagiados, además de cuatro originales, dirigidos por la misma Martha Rodríguez.
Una de las instituciones educativas más prestigiosas de México y América Latina está en el ojo del huracán. La revelación de esta semana ha puesto al descubierto toda una cadena de plagios dentro de la UNAM. La UNAM ha anunciado una investigación sobre el caso específico de la ministra y su servicio de Bibliotecas ya ha certificado un “alto nivel de coincidencias” entre su tesis y la del año anterior, de Edgar Ulises Baéz. El Comité de Integridad Académica y Científicas de la FES Aragón va a ser la instancia encargada de analizar los trabajos y deliberar qué debe hacer la universidad. La sanción puede ir desde un apercibimiento público hasta la más extrema: la revocación del título para la ministra.
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