“Pemex necesita mantenimiento y nosotros, que nos paguen”: la petrolera adeuda casi 60.000 millones de pesos a proveedores y contratistas
Los pequeños y medianos empresarios advierten de que el bono emitido para saldar pasivos solo benefició a los grandes acreedores
Aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presume en sus redes sociales la inauguración de su obra emblema, la refinería Dos Bocas, en Tabasco, con la que promete restaurar la soberanía energética del país y devolver a la petrolera estatal su grandeza, una diáspora de cientos de pequeñas y medianas empresas afincadas en el golfo de México aún esperan que Pemex salde sus cuentas por más de 59.454 millones de pesos, [2.934 millones de dólares] que adeuda a mayo de 2022, según reconoce ...
Aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presume en sus redes sociales la inauguración de su obra emblema, la refinería Dos Bocas, en Tabasco, con la que promete restaurar la soberanía energética del país y devolver a la petrolera estatal su grandeza, una diáspora de cientos de pequeñas y medianas empresas afincadas en el golfo de México aún esperan que Pemex salde sus cuentas por más de 59.454 millones de pesos, [2.934 millones de dólares] que adeuda a mayo de 2022, según reconoce la petrolera en su portal de transparencia.
Marisol González Cales, presidenta en Minatitlán, Veracruz, de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) señala que el lastre de facturas sin pagar de Pemex tiene más de cinco años, sin embargo, este año los proveedores y contratistas están en una situación más apremiante debido a la escalada de la inflación y la subida de tasas de interés. “Pemex tiene la necesidad de mantenimiento, nosotros también tenemos la necesidad de trabajar y de que nos paguen, las cadenas no las están cuidando, se trata de darle continuidad a todos los prestadores de servicios”, comenta.
El impago, advierte la también vicepresidenta de la región Golfo de Canacintra, no solo abarca al negocio de la exploración y perforación, también afecta a la refinación. “En la terminal marítima de Pajaritos no quieren pagar, hay documentos donde te dieron un trabajo por una emergencia de 300.000 o 400.000 pesos, es un trabajo realizado de más de un año que no te quieren pagar. Son adeudos de esta Administración, dijeron que el dinero estaba, que se iba a pagar, se facturó y no lo están abonando y están lesionando la economía de los locales”, refiere.
Emmanuel Peña Sánchez, presidente de la delegación Coatzacoalcos de Canacintra, señala que la petrolera tiene un desfase en pagos, a mayo de este año, de al menos seis meses e insiste en que, a pesar de los mecanismos que ha lanzado, como la reciente colocación de un bono para proveedores, esta operación solo benefició a los grandes acreedores, no a las pequeñas y medianas empresas que generan el 80% de los trabajos en la región y que tienen su casa en garantía.
“El Gobierno se está financiando de los capitales de trabajo de las empresas, la realidad es que te están pagando a 10 y 11 meses, eso conlleva que nadie paga impuestos, los bancos se van en contra de las financieras de las empresas, caes en moratoria, te mandan a buró de crédito y encima traes auditorías del SAT, del IMSS, no pagas el 2% de la nómina, por eso el desastre financiero. Todo esto está generando una carambola de muchas bandas”, lamenta.
A finales de mayo pasado, Pemex anunció una operación de bonos de intercambio de deuda comercial por deuda financiera, el cual estaba pensado para ofrecer a sus proveedores y contratistas una alternativa para agilizar la obtención de liquidez. La petrolera ideó un proceso por el cual los proveedores con montos superiores a cinco millones de dólares en facturas podían entrar voluntariamente en un programa de reconocimiento de obligaciones y pago de facturas elegibles. El bono tuvo un plazo de vencimiento a 2029. Sin embargo, la transacción quedó debajo de las expectativas del objetivo meta, ya que esperaba cubrir pasivos por un monto de 2.000 millones de dólares, pero solo logró recaudar 1.500 millones de dólares.
La emisión del bono permitió que Pemex cerrará el quinto mes del año con una deuda total con proveedores y contratistas por 59.454 millones de pesos, de acuerdo con datos de la petrolera a 3 de junio de este año, una reducción de 37% de un mes a otro. Sin embargo, analistas del sector energético coinciden en que el desaire por 500 millones de dólares da cuenta de la incertidumbre y la percepción de riesgo que aún genera Pemex para los inversionistas.
Sergio Chagoya, socio del despacho Santamarina + Steta, califica la emisión del bono como un paliativo para sanear las finanzas de Pemex, pero no una solución de fondo. “Es una medida temporal que funciona, pero la parte de fondo es realmente ocuparte a lo que es tu área de expertise, lo que es redituable, con independencia de la carga ideológica y política que debe tener. De qué nos sirve que digamos que refinamos el crudo en México cuando no tenemos ni siquiera los rendimientos, pudiendo beneficiarnos de estos esquemas que la reforma energética permite con la asociación de otras petroleras, de otros grupos de inversión podríamos tener generación de mayores ingresos, que le permitan ir amortizando los pasivos y obtener mejores condiciones de financiamiento. Los inversionistas siguen viendo el riesgo Pemex muy grande mientras no haya un cambio grande de estrategia. A pesar de que el Gobierno le pone recursos a la petrolera, esos recursos no están bien dirigidos”, menciona.
Fluvio Ruiz, exconsejero de Pemex, lamenta que los excedentes por el alza de los precios del crudo se estén destinando en su totalidad a subsidiar las gasolinas y no a subsanar estos adeudos. “El bono es un instrumento para paliar un poco, pero sin duda todavía va a requerir de algún apoyo gubernamental importante. Desafortunadamente, se está yendo todo en subsidiar las gasolinas, lo que me parece un grave error, los niveles a los que se está llegando, según los datos de hacienda, son de 400.000 millones de dólares, superior al costo de Dos Bocas, se está destinando demasiado dinero en el consumo de gasolinas. Podrían destinar parte de la recaudación suplementaria para adelantar pagos”, concluye.
Luis Miguel Labardini, especialista del despacho Marcos y Asociados, matiza que pese a que no se colocó el 100% de lo esperado en el bono, estos 1.500 millones de dólares colocados le permiten a Pemex hacer un borrón y cuenta nueva y regularizar su relación con sus contratistas. “Fue una estrategia muy responsable por parte de Pemex, de decir, en lugar de colocar el bono y usarlo para gastos generales, que van a entrar en una caja negra, este bono va a estar dedicado a pagarle a los contratistas, esa es la gran virtud del bono. Pemex va a tener una caja más sana este año”, zanja.
La falta de pago a proveedores y contratistas de Pemex —la petrolera más endeudada del mundo, con una deuda financiera de unos 108.000 millones de dólares— es un problema que se ha venido agudizando en los últimos años. Entre los factores adversos que han golpeado a la cadena de suministro de la paraestatal, coinciden analistas, figuran la política de austeridad de este Gobierno, la falta de liquidez de la petrolera y una mala gestión de los recursos extraordinarios obtenidos por el alto precio de la mezcla mexicana de exportación.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país