López Obrador agita el juego de la sucesión: del “Sheinbaum es de primera” al “todos son amigos”
El presidente ensalza la gestión de la jefa de Gobierno de la capital, pero asegura que hay otros altos funcionarios que también van “muy bien” de cara a la carrera presidencial
La carrera era un secreto a voces hacía meses y Andrés Manuel López Obrador optó por destapar el juego de la sucesión en julio. Quedan casi tres años para las elecciones de 2024, el Gobierno aún no ha llegado a la mitad de su período, pero el presidente juega a subir o rebajar la intensidad del debate y las especulaciones. En este contexto, cualquier mención es interpretada como un guiño, un gesto o una advertencia. Y el ritmo de esta conversación lo marca el propio mandatario. De Claudia Sheinbaum a Marcelo Ebrard, pasando por Ricardo Monreal, las próximas presidenciales ya son un carrusel de...
La carrera era un secreto a voces hacía meses y Andrés Manuel López Obrador optó por destapar el juego de la sucesión en julio. Quedan casi tres años para las elecciones de 2024, el Gobierno aún no ha llegado a la mitad de su período, pero el presidente juega a subir o rebajar la intensidad del debate y las especulaciones. En este contexto, cualquier mención es interpretada como un guiño, un gesto o una advertencia. Y el ritmo de esta conversación lo marca el propio mandatario. De Claudia Sheinbaum a Marcelo Ebrard, pasando por Ricardo Monreal, las próximas presidenciales ya son un carrusel de nombres y ante la desarticulación de la oposición todos los focos iluminan al partido oficialista, Morena.
López Obrador ha hablado este martes de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que el viernes presentará su tercer informe de gestión, publicitado por vallas en las vías públicas y anuncios en internet. Al responder una pregunta sobre su trabajo en la capital, ha jugado a poner notas como en la universidad. Sheinbaum es junto con el secretario de Relaciones Exteriores la dirigente que más suena para los próximos comicios. Ambos se enfrentaron a un vendaval político tras el accidente de la línea 12 del Metro en el que murieron 26 personas en mayo. Pero los dos continúan en la primera línea acaparando las miradas con vistas a 2024.
Acto seguido, el mandatario ha lanzado un guiño al resto de su equipo, consciente en que todo lo que diga va a tener un efecto en los equilibrios internos. “Y hay otros servidores públicos del Gobierno que también tienen MB, casi todos MB. Está muy bien. Pero de Gobiernos independientes, autónomos, soberanos, como el Gobierno de la ciudad, Claudia, de primera: MB”, ha recalcado. López Obrador se ha pronunciado también sobre la fotografía del desayuno entre el canciller y el coordinador de senadores morenistas, Monreal, que el domingo se convirtió en la comidilla de las redes sociales y multiplicó las teorías sobre el encuentro, lo que puede haber detrás e incluso supuestos pactos.
El presidente ha negado que tenga que ver con estrategias políticas cuando ya habían pasado dos días desde aquella instantánea tomada en Zacatecas, que de facto eclipsó la toma de posesión de David Monreal, hermano del senador. Y también ha aprovechado para lanzar un aviso. “No, ellos son amigos. Todos son amigos, todos son compañeros. Todos tenemos un propósito superior, que es la transformación de nuestro país”, ha dicho el mandatario. Lo que puede venir a decir “llévense bien” o “aún no es el momento”.
Los posibles candidatos a una competición interna de Morena daban por hecho que sería López Obrador quien abriera el juego y diera permiso a estos dirigentes para moverse. Aún no lo ha hecho, al menos oficialmente, pero sus últimos mensajes públicos tampoco pueden interpretarse como un “todos quietos”. Hace dos meses, el presidente especuló con varios nombres en una de sus conferencias de prensa matutinas. “Del flanco progresista, liberal, hay muchísimos [posibles sucesores], como Claudia, como Marcelo, como Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, bueno, muchísimos, afortunadamente hay relevo generacional”, manifestó.
Seis figuras políticas. El jefe del Ejecutivo, que es también la principal autoridad moral de su partido, añadió a Sheinbaum y a Ebrard también al representante de México ante Naciones Unidas, el embajador en Estados Unidos, la secretaria de Economía o la de Energía. En esa ocasión excluyó a Monreal, que sin embargó días después destapó sus intenciones de participar en esa disputa. Lo mismo hizo Ebrard, quien afirmó que “todos tienen derecho a moverse”. Y, efectivamente, todos o casi se van moviendo de forma más o menos explícita.
Pese a las dificultades relacionadas con la crisis del Metro, la jefa de Gobierno de la capital ha mejorado su valoración en los últimos meses. Eso recogen varias encuestas e incluso días después del accidente, el pasado mayo, se situaba como favorita en la carrera presidencial, según un estudio de SIMO Consulting para EL PAÍS. Entre la población general, un 23% la prefería como aspirante a la Presidencia de la República frente a un 20% que se optaba por el canciller. Ricardo Monreal era el tercero en la carrera. No obstante, los sondeos reflejan también que un alto porcentaje de votantes no tiene todavía claro su voto en las próximas elecciones presidenciales de 2024.
La pugna por la sucesión está abierta, pero todo, aunque se defina formalmente en una encuesta entre los militantes de Morena, depende del ritmo de juego que le quiera imprimir el presidente y del principio de oportunidad política para convertirlo en el debate central de la actualidad del país. Mientras tanto, todos quietos. O no.
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