El PAN mantiene el pulso en Chihuahua pese a las fuertes divisiones internas
La pugna entre la candidata Maru Campos, imputada por recibir sobornos, y el actual gobernador, Javier Corral, amenaza con descarrilar al partido conservador en una de sus plazas estratégicas
El PAN no está peleando en Chihuahua solo contra el ascenso de Morena, también está luchando contra sí mismo. El partido conservador lleva inmerso desde hace meses en una cruda batalla interna entre su candidata a la gobernatura, Maru Campos, y el actual gobernador, Javier Corral, enfangados en un cruce de acusaciones que se remonta a la época del anterior gobernador, ...
El PAN no está peleando en Chihuahua solo contra el ascenso de Morena, también está luchando contra sí mismo. El partido conservador lleva inmerso desde hace meses en una cruda batalla interna entre su candidata a la gobernatura, Maru Campos, y el actual gobernador, Javier Corral, enfangados en un cruce de acusaciones que se remonta a la época del anterior gobernador, el priista Cesar Duarte, encarcelado en EE UU bajo cargos de corrupción y malversación de fondos públicos. El conflicto entre las dos cabezas estatales del partido ha entrado incluso en el terreno judicial y amenaza con descarrilar las ambiciones del PAN en una de sus plazas estratégicas.
A menos de una semana para las elecciones, el candidato de Morena, Juan Carlos Loera, ha logrado ir limando las primeras ventajas claras de su oponente, que arrancó la campaña como favorita. Hoy, se encuentran prácticamente en empate técnico. Exalcaldesa de la capital del Estado, reelegida hace tres años por una amplia mayoría, sobre Campos pesa desde principios de abril la imputación de un juez estatal por haber recibido sobornos de más de 10 millones de pesos del exgobernador Duarte. Una megatrama de corrupción llamada “nomina secreta” en la que un puñado de políticos del Estado están acusados de recibir dinero de Duarte a cambio de apoyar sus políticas en el congreso estatal.
Desde antes, incluso, de la imputación, Campos se ha defendido señalado una campaña de persecución política en su contra orquestada directamente por el actual gobernador Corral. Un enfrentamiento intestino dentro del partido que arrancaría en el 2016, cuando Campos, aún diputada estatal, se presentó por primera vez a la alcaldía de la capital y Corral acababa de llegar al poder. “El gobernador la requería para que siguiera en la Cámara de diputados y colaborara en mantener la mayoría panista que Corral necesitaba para su mandato”, apunta Arturo García Portillo, coordinador de campaña de Campos.
La pugna ha crecido como una bola de nieve tras la reelección de la alcaldesa en 2018 y su victoria en los comicios internos del partido para elegir al candidato a gobernador derrotando a la apuesta de Corral, el veterano Gustavo Madero. Los argumentos de Campos se concentran en resaltar que los tiempos de la investigación contra ella coinciden sospechosamente con la etapa electoral. El caso de la nómina secreta se había destapado en 2017, cuando el propio Corral hizo públicos una batería de documentos encontrados en una de las casas de Duarte tras una inspección de la policía y prometió una investigación exhaustiva. Eran las vísperas de la reelección de Campos al Ayuntamiento y fue el entorno del PRI quien denunció primero a la candidata ante la Fiscalía estatal, que abrió una investigación.
Desde entonces, la carpeta del Ministerio Público había estado parada. Hasta que apenas unas semanas antes de la celebración de los comicios internos para elegir candidato en el PAN, el gobernador Corral envió una carta al dirigente nacional del partido, Marko Cortés, acusando directamente a Campos de ser parte de la trama corrupta del exgobernador priista. La investigación contra la aún alcaldesa se reactivó poco después, precipitada por la filtración a un medio local de copias certificadas ante notario de los supuestos recibos que probaban los sobornos recibidos por Campos.
Cierre de filas con la candidata
La defensa de la candidata ha emprendido una carrera de recursos basados, por ejemplo, en que el notario que aparece en los recibos negó públicamente haber firmado nada. “Hay toda una serie de elementos que confirman la hipótesis de que se trata de una persecución política fruto de una mezcla entre fobia personal y celos políticos”, añade García Portillo. Desde el entorno de Corral subrayan sin embargo que “no hay nada de político” en la imputación sobre Campos, se remiten al proceso judicial abierto y lamentan el cierre de filas de la dirección nacional del partido con la candidata a gobernadora.
“El PAN no entiende como Corral ha estado fustigando a la candidata del partido desde que era alcaldesa. Creemos que se trata de rencillas personales que no son admisibles”, afirma Héctor Larios, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del partido. Hasta hace poco, Corral era una de los gobernadores mejor valorados y sonaba incluso como posible candidato del PAN para las elecciones presidenciales de 2024. Hoy, su popularidad va cayendo en picada y empieza a correr incluso el rumor de una posible expulsión del partido.
Desde el entorno del aún gobernador elevan la crítica a la cúpula del partido. “Está siendo un enfrentamiento duro y difícil porque el PAN está renunciando a sus principios de combate contra la corrupción. Ahora todo se justifica por la lucha por el poder”. Chihuahua es una plaza estratégica para el partido conservador en el mapa del norte. Hace dos años vio cómo se rompía su hegemonía de tres décadas en Baja California a favor de Morena, que también se encamina a tomar el poder en Sonora. Con su otro territorio histórico, Tamaulipas, también en crisis tras la orden de detención contra el gobernador Cabeza de Vaca, el partido se juega su supervivencia en el norte en Chihuahua.
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