El sargazo vuelve a golpear el paraíso turístico del Caribe mexicano

Las playas de Cozumel, Tulum, Xcalak y Mahahual se ven afectados por estas algas que ahuyentan a los turistas y afectan la flora y fauna marítima

Turistas disfrutan de una playa a pesar de la invasión del alga de sargazo, en Playa del Carmen, en el Estado de Quintana Roo.Alonso Cupul (EFE)

Los turistas que estos días de primavera visitan las playas de Tulum, destino de ensueño del Caribe mexicano, se topan con un invasor que amenaza con afectar el ya de por sí golpeado turismo local: cientos de toneladas de sargazo, un alga de color marrón que al descomponerse en las playas suelta un olor fétido que ahuyenta a los visitantes, pero que además ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los turistas que estos días de primavera visitan las playas de Tulum, destino de ensueño del Caribe mexicano, se topan con un invasor que amenaza con afectar el ya de por sí golpeado turismo local: cientos de toneladas de sargazo, un alga de color marrón que al descomponerse en las playas suelta un olor fétido que ahuyenta a los visitantes, pero que además afecta a arrecifes de coral y la fauna y flora marina que vive en el litoral. “La magnitud del sargazo es tal, que no es posible contenerlo”, afirma Esteban Amaro, director de la Red de Monitoreo del Sargazo, un organismo de Cancún que cada día prepara un informe sobre el avance del alga invasora.

El sargazo comienza a afectar el Caribe de México a partir de abril, con la llegada de la primavera y temperaturas más cálidas, y se extiende hasta septiembre. Hasta ahora, además de Tulum, ha afectado a las playas turísticas de Playa del Carmen, Cozumel, Xcalak y Mahahual. “Tenemos un arribo importante. En uno solo pueden llegar millones de metros cúbicos, lo que se traduce en miles de toneladas. Es muy complicado manejarlo”, admite Amaro a EL PAÍS en entrevista telefónica.

Para los empresarios locales la llegada del alga es una pesadilla que año con año les quita el sueño, pero que este 2021 los pone más nerviosos debido a la baja en visitantes que la región caribeña ha experimentado como consecuencia de la pandemia de covid-19, que golpeó con fuerza al turismo mexicano. Son los dueños de negocios costeros, como restaurantes y hoteles, quienes deben invertir para limpiar las costas, un trabajo extenuante y con pocos resultados, dado que el alga llega en enormes cantidades a las playas. “Tiene un efecto negativo no solo en el turismo. Cuando se descompone libera sustancias orgánicas tóxicas que afectan arrecifes de coral y fauna y flora marina que vive en el litoral costero”, explica Amaro.

El sargazo ha estado presente en el Caribe siempre, pero desde 2011 ha llegado de manera masiva a las paradisiacas costas mexicanas. Amaro explica que este fenómeno, estudiado por los científicos, se ha dado debido al calentamiento de las aguas de los océanos, una de las consecuencias del cambio climático. “Altera las corrientes marinas, los vientos, la temperatura del mar, lo que favorece el crecimiento del sargazo”, dice. Además, los químicos vertidos a los ríos por la actividad agropecuaria, la industria y la minería terminan desembocando en el mar, lo que se convierten en nutrientes que el sargazo aprovecha para reproducirse. El mayor arribo del alga invasora se produjo en 2015, pero los biólogos marinos y quienes trabajan monitoreando las costas del Caribe temen que este año se supere aquel récord. “En estos momentos en las Antillas Menores hay una cantidad increíble de sargazo que no se puede manejar. La tendencia siempre es que llega con la primavera, y se va incrementando hasta abril y en mayo hay un pico importante. En el verano aumenta aún más en cantidad y periodicidad”, afirma Amaro.

Las autoridades de Quintana Roo han pedido ya el apoyo de la Marina para hacer frente al fenómeno y se han desplazado embarcaciones para colocar barreras anti sargazo en los lugares más visitados por los turistas, pero la cantidad de algas que llega a las costas es tal, que se hace casi imposible contener al invasor. “Llegan cientos de toneladas por día. Es humanamente imposible recolectarlas. No hay capacidad humana ni técnica para hacerlo en un solo día”, afirma Amaro.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país

Sobre la firma

Más información

Archivado En