Una violación en grupo a una menor alcanza al mundo ‘influencer’ mexicano
Ainara Suárez acusa a cinco jóvenes de violarla cuando tenía 16 años y a la ‘youtuber’ Yoseline Hoffman (’YosStop’) de pornografía infantil por difundir esas imágenes en sus redes sociales
La pesadilla de Ainara Suárez comenzó una madrugada de mayo de 2018. Desde entonces, no hay un día en el que se haya podido desprender de esas imágenes en su cabeza, que se repiten además entre los celulares de su familia y miles de desconocidos. Una agresión que la persigue. Suárez tenía 16 años cuando acudió a la fiesta en la casa de unos jóvenes adinerados de la capital mexicana. Y tal como relata en la denuncia que hizo pública el miércoles, cuatro de ellos la violaron con una botella de champán y grabaron y difundieron el vídeo entre sus conocidos. El caso escaló a una polémica mayor cuan...
La pesadilla de Ainara Suárez comenzó una madrugada de mayo de 2018. Desde entonces, no hay un día en el que se haya podido desprender de esas imágenes en su cabeza, que se repiten además entre los celulares de su familia y miles de desconocidos. Una agresión que la persigue. Suárez tenía 16 años cuando acudió a la fiesta en la casa de unos jóvenes adinerados de la capital mexicana. Y tal como relata en la denuncia que hizo pública el miércoles, cuatro de ellos la violaron con una botella de champán y grabaron y difundieron el vídeo entre sus conocidos. El caso escaló a una polémica mayor cuando una youtuber, Yoseline Hoffman (YosStop, JustYoss), se hizo eco de la agresión e insultó ante sus millones de seguidores a la víctima. La escena de una menor de edad completamente desnuda y siendo agredida por este grupo de jóvenes circuló sin piedad por todo tipo de páginas web de pornografía. Y esta semana, Suárez ha denunciado por violación a esos cuatro jóvenes y por pornografía infantil a Hoffman y a otro amigo de los presuntos agresores.
Suárez, según reconoce en la denuncia, no recuerda casi nada de lo que sucedió aquella noche del 25 de mayo de 2018. Lo que pasó ya entrada la madrugada lo vio un día después, cuando el vídeo vejatorio le llegó a través de un mensaje de WhatsApp. Era ella. “Al ver el vídeo me invadieron sentimientos de angustia, miedo y una gran impotencia. Habían hecho con mi cuerpo actos que yo no tenía la capacidad de consentir ni resistir por el estado de ebriedad en el que me encontraba”, relata Suárez en su declaración.
Desde ese momento, arrancó una campaña de acoso en su contra. Los jóvenes, al sentirse amenazados, llegaron a justificar entre sus amigos y por redes sociales que ella había accedido a aquello a cambio de unos cigarros. Suárez tuvo que soportar amenazas de muerte, insultos y vejaciones que ha presentado esta semana como prueba dentro de su denuncia. En ese momento, seguía siendo una adolescente y ni siquiera contó en casa lo que estaba viviendo. Lo haría meses más tarde, después de ir a terapia con un psicólogo.
Los ataques en redes sociales continuaron hasta que, unos días después, hubo una pelea campal en un parque en el sur de la ciudad en la que unas chicas golpearon duramente a Suárez y otras decenas grabaron aquella agresión que se volvió viral. En medio de aquella batalla local entre jóvenes de menos de 18 años que intercambiaban mensajes de odio en las redes sociales más comunes de esa generación (Instagram y Tik Tok), Hoffman —con unos 5,6 millones de suscriptores en su canal de YouTube y vídeos con casi 10 millones de reproducciones— entró al juego.
Describió, en un vídeo de su canal de esta plataforma, lo que consideraba que era una “generación patética” y a Suárez como una “puta” por haber consentido aquella agresión —unas declaraciones que también constan en la denuncia—, además de acusarla de querer llamar la atención y de mentirosa por denunciar la violación en sus redes. En ese mismo vídeo que ya ha sido eliminado de la plataforma, Hoffman afirmaba tener en su móvil guardado el archivo con las imágenes de la violación de Suárez. “Solo el hecho de almacenar o reproducir ese contenido ya es constitutivo de delito de pornografía infantil. Y ella misma muestra ante la cámara la pantalla de su teléfono con el vídeo de la violación”, señala una de las abogadas del despacho Schütte & Delsol Gojon Abogados, Karina Martínez, que ha atraído el caso de manera gratuita, pro bono.
El comentario de esta youtuber en su canal hizo que la pesadilla de Suárez se disparara. “La vieja se dejó meter una botella de Moët por la vagina por tres cajetillas de cigarros. Entonces esta vieja se hizo muy popular por ser así de puta”, señaló Hoffman, según recoge la demanda. El daño estaba hecho. El vídeo de la presunta violación de aquella noche se distribuyó por los más variados canales y llegó a las páginas porno. La victimización y el ataque hacia Suárez tomaba un nuevo impulso, amparado en el anonimato de las redes sociales, y, por si aquella supuesta violación no había sido suficiente, desde ese momento tuvo que cargar con el estigma y el acoso de miles de desconocidos.
Hoffman ha respondido a través de sus cuentas de redes a la acusación en su contra: “Han querido involucrarme en un delito que jamás cometí. Pero confío plenamente en la verdad y en el sentido común. Como he comentado en muchos de mis vídeos, las denuncias deben fungir como herramienta de empoderamiento ciudadano. Desafortunadamente me encuentro involucrada en un asunto ajeno a mí. Pero espero que todo se aclare y se resuelva pronto”.
“Las víctimas no hablan cuando quieren, sino cuando pueden”, explica Samantha Cerisola, de la organización feminista FemxFem que ha acompañado a Suárez durante estos años. Algunas de las críticas hacia la joven han ido dirigidas, como sucede habitualmente, hacia el hecho de que no denunció la violación en el momento en que sucedió. “Es muy difícil para una víctima de abuso que se exprese, que lo cuente, a veces ni siquiera son conscientes en ese momento de lo que les sucedió. Y si es difícil contarlo a tus seres queridos, porque evidentemente está ahí la carga moral, es muy difícil acercarse a una autoridad judicial”, añade Cerisola.
En México 4 de cada 10 mujeres adultas sufrieron algún tipo de violencia sexual durante los últimos seis meses de 2019, según un informe de la organización México Evalúa con los últimos datos disponibles. El estudio explica que esto incluye acoso sexual, hostigamiento sexual, abuso sexual, intento de violación y violación. Es decir, más de seis millones de mujeres fueron víctimas de alguno de estos delitos en seis meses. Pero la cifra negra, sobre los casos que no llegan a denunciarse, es de más de un 99%. Entre julio y diciembre de 2019 se abrieron 2.364 carpetas de investigación a nivel nacional por el delito de violación, mientras que la Encuesta de Seguridad Pública (del Instituto Nacional de Estadística) estima que 363.768 mujeres fueron víctimas de este delito durante el mismo periodo. De manera que la gran mayoría o no se denuncia o ni siquiera se abre un caso en la Fiscalía.
Por eso, la denuncia de Suárez se ha convertido en una muestra inusual para la realidad que sufren miles de mexicanas en el país. Cerisola explica: “Representa que ya no vamos a estar calladas. Se acabó la impunidad y el silencio de las víctimas. Gracias a mujeres como ella, que se atreven a hablar, se pone un alto muy fuerte a estos casos. Las cosas han cambiado”.
Los acusados en su momento eran también menores de edad, por lo que la pena por el delito de violación debe decidirla un juez de menores. Para Hoffman, que está acusada de pornografía infantil, los cargos que enfrenta van desde 7 a 14 años de prisión, aunque debido al tipo delito, se podría llegar a un acuerdo y evitar el juicio. El caso, no obstante, ha saltado de los tribunales al mundo influencer mexicano, con sus vídeos virales, sus ataques anónimos y opiniones infundadas. Y Suárez revive estos días la pesadilla que la acompaña desde aquella noche de mayo de 2018.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país