México firma un contrato con Pfizer para comprar más de 34 millones de vacunas
El canciller Marcelo Ebrard apremia a los reguladores sanitarios para que la vacunación comience en diciembre. La Secretaría de Salud apuesta en cambio por tomar los plazos con cautela
La aprobación de la vacuna de Pfizer y BioNTech en Reino Unido ha revivido las esperanzas en el resto del mundo por encontrar una salida a la pandemia de la covid-19 este año. La Cancillería mexicana ha abierto la puerta para que las primeras dosis se apliquen en el país este mes y ha aprovechado para mandar un mensaje a los reguladores sanitarios para que se acelere su aprobación en el país. “Lo que muchos suponían imposible ahor...
La aprobación de la vacuna de Pfizer y BioNTech en Reino Unido ha revivido las esperanzas en el resto del mundo por encontrar una salida a la pandemia de la covid-19 este año. La Cancillería mexicana ha abierto la puerta para que las primeras dosis se apliquen en el país este mes y ha aprovechado para mandar un mensaje a los reguladores sanitarios para que se acelere su aprobación en el país. “Lo que muchos suponían imposible ahora es una realidad: la vacunación está por iniciar en diciembre 2020”, ha escrito en Twitter Marcelo Ebrard, titular de Exteriores. “En México ya tiene la autoridad regulatoria la solicitud correspondiente”, ha agregado. La Secretaría de Salud ha anunciado horas más tarde la firma de un contrato para adquirir 34,4 millones de dosis, que pueden inmunizar a más de 17 millones de habitantes.
México ya había firmado en octubre pasado un acuerdo de intención de compra con la farmacéutica estadounidense. Aún falta que la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) den su visto bueno para su venta y distribución. El jueves 26 de noviembre Pfizer hizo una solicitud formal para iniciar el trámite. En el proceso han surgido dos visiones encontradas en el Gobierno. La Cancillería, que negocia con los laboratorios, busca la autorización lo antes posible para coronar una estrategia diplomática de varios meses. Las autoridades sanitarias, en cambio, han optado por la cautela mientras alistan los criterios técnicos para la vacunación.
El cálculo del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde la firma de los acuerdos con Pfizer, la china CanSino y la británica AstraZeneca es que las primeras dosis lleguen este mes, con el objetivo de vacunar hasta 2,6 millones de mexicanos. Se espera que se reciban hasta 250.000 dosis de Pfizer en diciembre. Con el escollo todavía de la autorización de su uso, que está cada vez más cerca mientras más países den luz verde a este producto, aún se deben hacer públicos los criterios que seguirá para la vacunación, que iniciará en personal de salud en la primera línea de atención del coronavirus y grupos de riesgo. “Más allá de anunciar fechas con el optimismo que se quiere, se necesita informar de los tiempos y la estrategia”, apunta Mauricio Rodríguez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Urge una vacuna, urge que llegue, urge que la apruebe la autoridad regulatoria, urge que se defina cómo se va a usar, pero todo eso lo están haciendo varios equipos al mismo tiempo”, agrega.
En otro extremo de la mesa de negociaciones está Hacienda, la secretaría encargada de asignar los recursos para la compra de las vacunas y de los insumos necesarios, como jeringas y frascos de solución salina. “La experiencia dice que se pueden poner hasta 10 millones de vacunas por mes, lo cual quiere decir que al inicio del proceso va a ‘morder’ la restricción de que no tenemos vacunas suficientes y hacia el segundo y tercer mes, el reto va a ser cómo nos organizamos para poner todas las vacunas que lleguen al país”, dijo la semana pasada el secretario Arturo Herrera.
Dentro de la logística, queda por resolverse también las condiciones de ultracongelación que necesita la vacuna de Pfizer, que ya ha puesto a disposición de sus clientes unas cajas que permiten el traslado y conservarla por unos días. Este es un punto clave para las autoridades sanitarias, que adelantaron a mediados de noviembre que no se cerraría un trato sin resolver el tema de la ultracongelación, que ha levantado dudas en otros países. Hugo López Gatell, portavoz para la pandemia, dijo la noche del martes que el acuerdo con Pfizer es que la distribución “esté lo más cercano al punto de uso” y que en el futuro se buscará instalar una red propia de ultracongelación.
En el cruce de mensajes entre las dependencias del Gobierno, el presidente ha preferido matizar el optimismo. “Imagínense que yo diga que habría la posibilidad de empezar a vacunar a finales de este mes, no depende de nosotros”, ha dicho López Obrador, casi al mismo tiempo que Ebrard hizo la publicación en sus redes sociales. La lectura de la Cancillería no solo obedece a la urgencia de nueve meses para encontrar una llave para la crisis económica y sanitaria, también busca adelantarse en una pista geopolítica, en la que varios países van a buscar dosis de Pfizer. Estados Unidos, por ejemplo, espera inmunizar hasta 6,4 millones de personas en diciembre, adelantó la semana pasada The Washington Post.
López Obrador ha adelantado que se destinarán 20.000 millones de pesos (unos 1.000 millones de dólares) para comprar las vacunas, que el plan de vacunación se divulgará el martes y que los reguladores mexicanos seguirán los pasos de lo que hagan otros países. “Se está también simplificando todo el proceso de autorización en la Cofepris, que no se nos detenga ahí por burocracia, este es un asunto de urgencia”, ha señalado el mandatario en su rueda de prensa matutina. Mientras se prepara un anuncio que puede marcar el rumbo de los meses y años que vienen, los días y semanas que vienen revelarán el alcance de un plan de vacunación que acapara las miradas de millones de personas. “No quiero generar falsas expectativas en un asunto muy delicado, nos interesa tener la vacuna lo más pronto posible”, ha dicho el presidente.
López Obrador insiste en no utilizar cubrebocas
El presidente ha defendido también su decisión de no utilizar mascarilla ni cubrebocas por recomendación de su equipo de Salud. “Me dice el doctor Hugo López Gatell y el doctor [Jorge] Alcocer [secretario de Salud] que no es indispensable, que hay otras medidas y yo pienso que lo mejor es la sana distancia y cuidarnos todos”, ha dicho el presidente, a nueve meses de la llegada del virus y con más de 1.122.000 casos y 106.765 defunciones por coronavirus, según datos oficiales.
Las declaraciones se han producido días después de que la Organización Mundial de la Salud pidiera a México “que se tomara en serio la pandemia” y minutos después de que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de su mismo partido, escribiera en Twitter: “Para ser parte de la solución: cubrebocas y sana distancia”. “Cada quien es libre”, ha dicho el presidente al ser cuestionado por los mensajes contradictorios. “Si se usa el cubrebocas y de esa manera se siente la persona más segura, adelante, todos a tener el cubrebocas. Si una autoridad así lo recomienda, hay que hacerle caso”.