El “depredador sexual” de la Embajada de EE UU buscaba a sus víctimas de Ciudad de México por Tinder

El diplomático guardaba 400 vídeos e imágenes de presuntos abusos a una veintena de mujeres inconscientes

Un policía delante de la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de México, donde trabajaba Brian Jeffrey Raymond.Marco Ugarte (AP)

Brian Jeffrey Raymond, ahora extrabajador en la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de México, está detenido en California por coerción y tentativa. Las autoridades sospechan que el funcionario ha drogado y abusado sexualmente de al menos 23 mujeres, tanto en EE UU como en el apartamento que le facilitó la Embajada en el barrio de Polanco, en Ciudad de México. El FBI inició las investigaciones el pasado mayo, cuando una mujer fue auxiliada tras pedir ayuda desnuda gritando desde el balcón de R...

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Brian Jeffrey Raymond, ahora extrabajador en la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de México, está detenido en California por coerción y tentativa. Las autoridades sospechan que el funcionario ha drogado y abusado sexualmente de al menos 23 mujeres, tanto en EE UU como en el apartamento que le facilitó la Embajada en el barrio de Polanco, en Ciudad de México. El FBI inició las investigaciones el pasado mayo, cuando una mujer fue auxiliada tras pedir ayuda desnuda gritando desde el balcón de Raymond. El sospechoso fue detenido, pero gracias a su inmunidad diplomática evitó ser procesado en México. Raymond voló a EE UU un día después de los hechos. Allí, las autoridades estadounidenses que continuaron la investigación encontraron 400 fotografías y vídeos donde presuntamente se ve a Raymond abusar de una veintena de mujeres inconscientes, según el informe criminal del FBI. La juez del Tribunal de Distrito del Sur de California ha calificado al funcionario de “depredador sexual” y le ha negado la fianza, por lo que esperará su juicio en un calabozo federal en San Diego.

Raymond ha sido un trabajador público durante 23 de sus 44 años. Fue trasladado a la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de México en 2018, donde se le facilitó un apartamento. Renunció a su puesto el pasado mayo, tras el incidente que destapó su vida privada. El último día de ese mes, Raymond fue detenido fuera de ese apartamento. El Gobierno de EE UU tiene jurisdicción en las viviendas que son propiedad de la Embajada, así que acudió allí también el Servicio de Seguridad Diplomático y el FBI. El informe de los fiscales detalla que las autoridades mexicanas auxiliaron a una mujer que gritaba desde el balcón del funcionario desnuda. El documento especifica que la mujer, de 29 años, parecía estar profundamente intoxicada, ya que no podía caminar. Fue llevada en ambulancia hasta el hospital, donde los médicos encontraron lesiones vaginales, anales y bucales, además de varios moratones en todo su cuerpo. Raymond admitió haber tenido relaciones sexuales con ella pero insistió en que fueron consentidas. Sin embargo, la mujer no recordaba el encuentro sexual, ni tampoco haber gritado para ser socorrida. Entre sus pocos recuerdos estaba haber conocido a Raymond en Tinder y beber vino con él, como repitieron más tarde otras víctimas.

Por su lado, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de México (SSC) ha informado de que esa noche fueron alertados por radio de los gritos de una mujer y se trasladaron al departamento ubicado en la calle Hipólito Taine, en Polanco. El jefe de Seguridad de la Embajada también estaba allí. La joven fue diagnosticada con una crisis nerviosa por parte de la Cruz Roja, pero pudo prestar declaración ante los oficiales de la SSC. Les contó que se encontraba en compañía de “su amigo de 46 años de edad”, que habían tomado bebidas alcohólicas y que Raymond la había agredido sexualmente. En ese momento, Raymond se identificó como el primer Secretario de la Embajada de los Estados Unidos de América y explicó que habitaba en el lugar, había invitado a la mujer y que lo sucedido había sido con el consentimiento de ella. Debido a su condición, la oficial de la SSC se puso en contacto con la Seguridad Diplomática de la Embajada para informar de lo ocurrido. Esta institución le recalcó a la oficial que Raymond contaba con “un carnet rojo” que lo acredita para no ser molestado en su persona. El personal de la SSC se limitó a acompañar a la víctima a interponer su denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales.

Raymond fue enviado a Estados Unidos al día siguiente. Allí, los agentes federales continuaron la investigación y le incautaron el móvil y la computadora, en las cuales todavía estaban en uso aplicaciones de citas como Bumble y Tinder. Los exámenes forenses descubrieron que Raymond intentó borrar varios archivos, pero las autoridades recuperaron material de 2011 a la fecha. Las imágenes revelan que Raymond presuntamente drogó a varias mujeres, después comprobaba ante la cámara que estuvieran desmayadas levantándoles los párpados y abusaba de ellas mientras las grababa. Las víctimas que aparecen en sus vídeos no recuerdan los hechos.

Una mujer detalló que después de beber con Raymond se despertó con un mensaje de texto de él en el que le preguntaba si tenía resaca. Los fiscales han informado de que la víctima no tenía idea de que había sido agredida sexualmente hasta que los agentes le mostraron los vídeos de Raymond. En el historial de búsqueda del sospechoso se repetían los siguientes términos: “chica negra desmayada”, “sueño profundo”, “Ambien” y “Zopiden mezclado con alcohol”, ambos medicamentos para dormir. Las entrevistas con las otras mujeres que aparecen en los vídeos están todavía en curso.

El abogado de Raymond ha intentado que quede en libertad hasta el juicio alegando vulnerabilidad ante la covid por una condición del corazón y por cuidar de su madre enferma. Sin embargo, la juez Linda López le ha negado la fianza a Raymond, tras comprobar que varios encuentros con sus víctimas se realizaron en plena pandemia y que apenas tiene relación con su familia. Además, la Fiscalía considera que Raymond, que habla español y chino mandarín a la perfección y que ha viajado a más de 60 países, presenta riesgo de fuga.

La magistrada ha calificado al funcionario de “depredador sexual experimentado”, y lo ha puesto a disposición del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, donde espera a su juicio en un calabozo de San Diego. Se enfrenta a penas de 20 años de prisión por el caso documentado en Estados Unidos, pero si declaran más víctimas la sentencia podría ser mayor.

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