El Gobierno mexicano rifa el avión presidencial, pero sigue buscando comprador
El sorteo simbólico de la aeronave, anunciado por López Obrador en febrero, se celebra sin que aún haya dueño para el Boeing 787-8
La historia de la rifa del avión presidencial parece haber terminado. Este martes, los Niños Gritones de la Lotería Nacional han cantado los cien números ganadores del sorteo que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador hace siete meses. En total, se repartirán 2.000 millones de pesos en premios, el equivalente, según el Gobierno, al valor del Boeing 787-8 del que el mandatario prometió deshacerse para terminar con los lujos de administraciones pasadas...
La historia de la rifa del avión presidencial parece haber terminado. Este martes, los Niños Gritones de la Lotería Nacional han cantado los cien números ganadores del sorteo que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador hace siete meses. En total, se repartirán 2.000 millones de pesos en premios, el equivalente, según el Gobierno, al valor del Boeing 787-8 del que el mandatario prometió deshacerse para terminar con los lujos de administraciones pasadas. El sorteo ha concluido, aunque la aeronave continúa estacionado en un hangar y en venta.
El sorteo se celebró ante la falta de un comprador para el avión presidencial. El mandatario había puesto en venta la aeronave cuando llegó al Palacio Nacional, en 2018. Era un gesto: “¿Cómo se va a desplazar un presidente en un avión de lujo habiendo más de 60 millones de ciudadanos en la pobreza?”. Al principio, la confusión hizo creer que lo que estaba en juego en el concurso era el Boeing 787-8 adquirido por 218 millones de dólares durante la Administración de Felipe Calderón y estrenado por su sucesor, Enrique Peña Nieto. Pero la rifa es simbólica porque no es la aeronave que se ha sorteado este martes, sino 100 premios de 20 millones de pesos cada uno (unos 945.000 dólares).
Tras el campanzo inicial, en el escenario, los trabajadores han rellenado siete esferas con bolas de colores numeradas del uno al nueve, salvo la esfera correspondiente a la unidad de millón, ya que los número disponibles llegaban hasta el 5.999.999. Los Niños Gritones, vestidos de blanco, con sombrero y máscara de protección, han subido y han empezado su labor. “Número cinco, tres, cuatro, nueve, uno, seis, unooo”, ha cantado la niña que anunció al primer ganador del Sorteo Especial número 235. Las butacas enfrente suyo estaban casi vacías, con personas dispersas y tapadas por el cubrebocas para cumplir con las medidas de prevención contra la covid-19. Después de anunal primer afortunado, la niña ha devuelto los números a las esferas doradas, que han vuelto a girar para seguir con la rifa.
López Obrador prometió que los fondos recaudados con la venta de seis millones de cachitos, como se llama en México a los billetes de lotería, se iban a utilizar para comprar equipamiento médico. “Antes de la pandemia, él tuvo la visión de que todo esto tenía que ser a favor del sector de salud”, ha dicho el director general de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto, al inaugurar el sorteo este martes. “Estamos acabando con un símbolo de la desigualdad, de la corrupción, de los lujos, de los excesos de un Gobierno neoliberal”, ha añadido Prieto, que desde febrero ha aparecido cada cierto tiempo en las conferencias matutinas del Gobierno para actualizar los datos sobre las ventas de boletos. La última, este lunes.
En julio, Lotería Nacional había entregado solo un cuarto de los seis millones de cachitos emitidos. En las primeras semanas de agosto, había vendido cerca del 34% del total. El Gobierno intensificó, entonces, la promoción del sorteo. La Lotería Nacional habilitó la compra de billetes “desde la comodidad de su casa” y con envíos a Estados Unidos; López Obrador se subió por primera vez a la aeronave y grabó un vídeo para incentivar a los ciudadanos a “hacer historia” con la compra de cachitos; algunas instituciones alentaron la rifa entre sus empleados y diferentes funcionarios la promocionaron en redes sociales.
Y el pasado 7 de septiembre, apenas un mes después, ya se había vendido casi el 64% de los billetes. En la mañanera de este martes el presidente insistió una vez más: “Todavía se pueden comprar cachitos”. Había tiempo hasta las dos de la tarde. Según los últimos datos de la Lotería Nacional, se vendieron cerca del 70% del total de boletos disponibles.
“Es un día histórico”, ha festejado en el acto la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, que ha retomado las palabras de Prieto y ha evocado la presidencia de Lázaron Cárdenas, en los años 30, cuando, según dijo, “la gente acudía a dar sus gallinas y sus argollas de matrimonio para ver la transformación del país”. “Estoy emocionada de ver al pueblo formado con su billete de 500 pesos para adquirir un cachito”, ha completado.
Además de “el pueblo”, empresarios y dirigentes sociales han adquirido boletos, según el Gobierno. El primero, el 0.000.000, lo compró el presidente. Además, 951 hospitales públicos recibieron 1.051 boletos de la rifa cada uno financiados por el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, que se encarga de subastar los bienes confiscados a criminales para destinarlo a políticas sociales y financia, también, los premios que se entregarán en el sorteo, de acuerdo con las palabras del presidente.
Es decir: el Gobierno ha comprado un millón de billetes para que los hospitales tengan la posibilidad de obtener un premio que se financiará con los mismos recursos del Gobierno. “Si son afortunados, si ganan un premio, los trabajadores de ese hospital van a decidir en qué utilizar los 20 millones”, promocionó entonces López Obrador. Este martes, la secretaria de Gobernación ha agregado que cada insumo adquirido con el dinero de los premios llevará una placa “con la mención del sorteo y la cooperación del pueblo de México”.
Los Niños Gritones han seguido cantando números ganadores durante casi tres horas: “Número cinco, cuatro, cero, siete, seis, cero, cuatrooo”. Silencio en el salón casi vacío y de nuevo a empezar: “Número cuatro, dos, tres, uno, uno, cero, treees”. Los 16 niños y niñas sobre el escenario han rotado tras gritar 25 números y hasta anunciar a los 100 ganadores. No ha habido más sobresaltos que algún número mal dicho y al final, el centenar de ganadores ha quedado plasmado en pantallas negras al fondo del escenario.
Los premios de los cachitos afortunados que no hayan sido comprados —los ganadores pueden consultarse en la página web de la Lotería Nacional— serán donados al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), según las autoridades. La próxima semana el Ejecutivo presentará un informe del “dinero obtenido” con la rifa, según afirmó López Obrador este lunes, y, próximamente, se hará una licitación pública para la compra de equipos médicos. Esta parte del espectáculo ha terminado. No se ha resuleto, sin embargo, la venta de la aeronave, pero se ha convertido en un gesto más de la política de símbolos del presidente.