Ir al contenido

La embajadora de Chile en Nueva Zelanda tensiona la política tras llamar a la autodeterminación de Rapa Nui

La Cancillería de Gabriel Boric reprende a Manahi Pakarati, diplomática de origen rapanui, por hacer un llamado a libre determinación de la Isla de Pascua. La oposición pide su renuncia del cargo, pero el Gobierno se niega a una salida

“Libre determinación para la nación de Rapa Nui”, decía un cartel –traducido al inglés– que fue posteado en Instagram por Manahi Pakarati, embajadora chilena en Nueva Zelanda, el 24 de diciembre. El mensaje desató un revuelo político en Chile a pesar de que la foto fue removida de la red social después de que la Cancillería del Gobierno de Gabriel Boric, liderada por Alberto van Klaveren, tomó contacto con la diplomática para reprochar su llamado de autodeterminación de uno de los pedazos de tierra habitados más aislados del mundo: la Isla de Pascua.

La oposición, sobre todo legisladores, y parte del oficialismo pidieron la renuncia de Pakarati, de origen rapanui, que el 14 de septiembre, en una conversación en el programa Culture 101 de la radio Nueva Zelandia –una entrevista que salió a relucir este lunes, en el diario El Mercurio–, había declarado: “Nuestros ancestros, los jefes, firmaron un tratado en 1988 con Chile. Este tratado decía que mantendríamos nuestras tierras, y los derechos de las islas y los títulos de nuestras jefes, para siempre (…) Pero lo que sucedió es lo que siempre ocurre con los colonizadores: nos dejaron solos por un largo tiempo. También inscribieron toda la isla y la tierra bajo el nombre del Estado de Chile, y nosotros empezamos a luchar contra eso. Estamos recuperando de regreso nuestra tierra desde 1990”.

Entre las voces que apoyan una salida de Pakarati, la primera con ascendencia Rapa Nui en asumir funciones como representante de Chile en Nueva Zelanda, están los presidentes de los partidos de centroizquierda PPD y Socialista, Jaime Quintana y Paulina Vodanovic, respectivamente. “No es compatible ser embajadora de un país y tener una posición tan distante de la política exterior del propio país”, dijo la jefa del PS a radio Universo, mientras que el senador Quintana agregó que “algunos personeros de este Gobierno no aprendieron nunca” de acuerdo con La Tercera. También exdiplomáticos repudiaron las declaraciones, como el excanciller Roberto Ampuero, y algunos pidieron la dimisión de Pakarati.

La controversia, que solo escala con los días, trató de ser zanjada este lunes, en la mañana, por el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, ministro del Interior, quien confirmó que la embajadora fue reprendida por la Cancillería y que “ella misma reconoció su error, y se excusó retirando las imágenes que había publicado en redes sociales”.

Pakari tiene 27 años de carrera en el ministerio de Relaciones Exteriores. Ha sido cónsul de Chile en Nueva Zelandia, diplomática multilateral en la misión permanente del país sudamericano ante Naciones Unidas, en Nueva York, y diplomática bilateral en la Embajada de Chile en México. Antes de su actual cargo, la funcionaria fue designada por el presidente Boric como su jefa de protocolo durante sus primeros dos años de Gobierno. Se hizo conocida porque en la toma de mando del mandatario de izquierda, el 11 de marzo de 2022, apareció con una vestimenta inusual en los actos presidenciales chilenos: un traje de gala rapanui blanco con un tocado de plumas sobre su cabeza.

De momento, el llamado de autodeterminación de la embajadora no ha tenido eco en esta comuna de la región de Valparaíso. La alcaldesa de Rapa Nui o Isla de Pascua, Elizabeth Arévalo Pakarati, ni otras autoridades locales se han pronunciado públicamente al respecto. Una persona que no quiso revelar su identidad afirmó que muchos pascuenses apoyan a la embajadora, pero prefieren no dar su respaldo público por miedo a que el presidente electo José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, de la extrema derecha, le quite subsidios en su Gobierno que empezará en tres meses.

Tai Riroroco, asesora jurídica y vocera de la comunidad Indígena Tehigaro, escribió en una carta al director en La Tercera que observan con “preocupación la reacción desproporcionada que ha generado la referencia al derecho de libre determinación”, diferenciando el término del concepto de independencia. “La libre determinación es un derecho reconocido por el derecho internacional, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en el Convenio 169 de la OIT, ratificado y vigente en Chile. Este derecho permite a los pueblos definir sus prioridades de desarrollo, su organización interna y la protección de su cultura, lengua y territorio, sin implicar ruptura del orden constitucional ni secesión del Estado”.

El territorio, a unos a 3.500 kilómetros de distancia de América y en medio del océano Pacífico, forma parte de Chile desde hace 137 años, pero el Estado solo le reconoció derechos civiles y políticos en 1966. Los que demandan mayor autonomía apuntan a un reconocimiento de todos los puntos del acuerdo de voluntades, firmado en septiembre de 1888 entre el capitán Policarpo Toro, representante de Chile –bajo el Gobierno de José Manuel Balmaceda (1840-1891)–, y los jefes indígenas de Rapa Nui, liderados por el entonces rey Atamu Tekene.

Pedro Edmunds, que fue alcalde de la isla durante dos periodos (1994-2008 y 2012-2024), indicó que solo se ha cumplido uno de los cuatro puntos pactados en el pasado. Y uno de los aspectos reclamados es la devolución de tierras ancestrales, sobre todo las administradas por el Estado; y el reconocimiento cultural. “El pueblo rapanui siempre ha estado reclamando una autonomía en su territorio, pero sin dejar de ser chilenos”, dijo en una conversación telefónica con EL PAÍS. Y ratificó que “no queremos subdividir al país, ni separarnos. De hecho, reconocemos que nuestro rey entregó territorio pleno y absolutamente a Chile, le entregó su soberanía, pero no nuestra propiedad y eso es lo que reclamamos”.

Él, sin embargo, cree destempladas las declaraciones de Pakarati y opina que debería renunciar como embajadora: “Ella investida de un cargo que representa a Chile, no a Rapa Nui”.

En el plebiscito de salida de 2022, solo ocho de las 346 comunas chilenas votaron por aprobar una nueva Constitución. Una de estas excepciones fue la Isla de Pascua. El texto, que finalmente fue rechazado por una abrumadora mayoría, proponía que el Estado garantizara el “derecho a la libre determinación y autonomía del pueblo nación polinésico Rapa Nui, asegurando los medios para financiar y promover su desarrollo, protección y bienestar” en virtud del tratado firmado en 1888, por el cual se incorpora a Chile y se reconocía a esta población la “titularidad colectiva de los derechos sobre el territorio con excepción de los derechos sobre tierras individuales de sus miembros”.

Dos meses antes de ser rechazado, la embajadora Pakarati mostró optimismo por el contenido del proyecto. “No somos pueblo originario de Chile, porque no estuvimos en el origen del país. Somos de la Polinesia. Nos asociamos recién en 1888. Y en el proyecto de nueva Constitución por primera vez vamos a ser reconocidos como parte de este país. Somos una nación que firmó un tratado con Chile”, dijo en una entrevista a El Mostrador. Pero aquello no causó revuelo como ahora o, al menos, pasó desapercibidas.

Por ahora, solo se desarrolla una consulta indígena para la elaboración de un estatuto especial para dotar a la isla de un marco jurídico propio, un compromiso adquirido por Boric. El objetivo de este proceso, iniciado en agosto, sería avanzar hacia un proyecto de ley que sea discutido en el Congreso.

Esta comuna es un valuarte turístico para el país. A cinco horas y media de vuelo y geográficamente en la Polinesia, este recóndito lugar –reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad– es conocido en el mundo por los moáis, cerca de 900 enormes estatuas de piedra que representan a los ancestros de este pueblo indígena. Su historia, además, está llena de pasajes curiosos como la ocasión en la que se intentó venderla a la Alemania nazi en 1937, una operación que fue tratada como un secreto de Estado por el Gobierno conservador chileno de Arturo Alessandri (1920-1925 y 1932-1938), según el libro Rapa Nui. Una herida en el océano(Ediciones B) del historiador español Mario Amorós.

Sobre la firma

Más información

Archivado En