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Esteban Düch, comediante venezolano: “A los chilenos les encanta ver cómo un extranjero adopta su cultura”

El humorista radicado en Santiago dice que su rutina está basada en la migración de los venezolanos en Chile. “Cuando todos nos reímos juntos, estamos unidos”, explica.

Esteban Düch comediante venezolano residente en Chile, en la comuna de Independencia, en Santiago, Chile, el 11 de Marzo de 2025.SOFIA YANJARI

Un migrante venezolano es el comediante del momento en Chile. Todas las entradas de la gira de Esteban Düch (Maracaibo, 33 años) por nueve ciudades del país austral se han agotado, al menos, hasta finales de marzo. Y el éxito fue algo repentino o, como dice él, un “efecto colateral” del drama vivido por otro humorista compatriota suyo, el caraqueño George Harris, que fue abucheado en el Festival de Viña del Mar al inicio de su rutina el 24 de febrero.

Mientras se instalaba el debate de si el rechazo a la presentación de Harris obedeció a la xenofobia o a una rutina que no convenció al público predominantemente chileno, los chistes de Düch –grabados meses atrás– se hacían virales en redes sociales. Incursionó en la comedia en la pandemia, luego de quedar desempleado como contador auditor, la carrera que estudió en la Universidad de Zulia y de la que se sentía desencantado. Fue en el Bar Comedy, un popular local del municipio de Providencia, donde conoció a humoristas chilenos y tras ver sus rutinas entendió el humor de ese país. “Mi comedia no viene de las referencias venezolanas propiamente, viene de mi propia experiencia como migrante y de ver a comediantes de distintos países, entre ellos Chile”.

Düch emigró cuando tenía 24 años, apenas cuando terminó sus estudios universitarios. No quiso esperar a la entrega de su título, pues la crisis económica en Venezuela se había profundizado. Primero viajó a Miami, en Estados Unidos, y a los dos meses se fue de aquella ciudad porque pensó que nunca podía surgir. Veía cómo todos sus amigos y conocidos venezolanos solo se dedicaban a empleos de baja calificación, sin poder ejercer sus profesiones. Y, luego de escuchar recomendaciones, se decidió por Chile, sin tener amigos ni familiares en este país sudamericano, porque daba mayores facilidades a los migrantes. Fue en 2014, y la Nación a la que llegó ha cambiado su rostro y también su trato con la inmigración. “Mi comedia se basa en la chilenización de los migrantes venezolanos. Es inevitable que el extranjero que lleva muchos años en un país que es ajeno empiece a ocupar modismos, gustos por los alimentos y costumbres de la Nación que te acoge. Y muchos migrantes se sienten identificados con esas situaciones y ríen, pero también los chilenos, que de alguna u otra manera ya tienen un vínculo con los migrantes. Ellos también ríen, porque a los chilenos les encanta ver cómo un extranjero adopta su cultura. Pero también detestan cuando alguien de afuera viene a imponer lo suyo. Si tú lo ofreces como un regalo, como una ofrenda, sí; pero si tú lo quieres imponer, no, jamás”, dice en una conversación en un centro comercial del municipio santiaguino de Independencia, mientras uno que otro transeúnte se le acerca al reconocerlo para saludarlo.

Trabajó en lo que llama los “típicos empleos de los migrantes” que recién arriban a un país: lavó vajillas, hizo sushi en un bar, fue encargado de barra y repartidor de comida rápida. Y de este último hace mofa en algunos de sus chistes, aunque recuerda que recibió comentarios discriminatorios por su nacionalidad en esa época de algunas clientas. Cuando trabajó en el bar Comedy, llevando las redes sociales en 2021, le dijo a un productor que quería acompañar como telonero a uno de los humoristas chilenos. “Amigo, quiero hacer stand up, ya tengo unos minutos de rutina escritos. ¿Me puedo subir a telonear?”, le consultó, y la respuesta fue “claro… que no. ¡Estás loco! ¿Cómo vas a presentarte acá si nunca has hecho comedia?”. Lo recuerda entre risas, aunque dice que fue doloroso en un principio. Luego se presentó en otros espacios y empezó a exponer sus chistes en redes sociales, como TikTok e Instagram, donde han ganado popularidad. Hoy, su novia, una médico venezolana, dice que “Esteban ya no para casi en Santiago, está de gira por todo Chile”.

El ‘efecto colateral Harris’

Para Düch, quien siguió la presentación de Harris en Viña del Mar, lo que ocurrió fue producto de una mezcla de factores, que no se explican desde un único punto de vista. “Él vino a hacer su comedia, sin entender el contexto donde estaba parado. Y él pensó que lo que él hacía era suficiente para el escenario donde se iba a parar, sin adaptar nada. Pero también es verdad que había un componente de xenofobia, por lo que le decían previamente en redes sociales. También había predisposición ideológica hacia él, pues desde el anuncio que se iba a presentar, que le encuentran los tuits en que hablaba mal del expresidente Salvador Allende. Es decir, todo lo que tenía que salir mal, pues salió mal”, analiza.

Para el comediante, el humor chileno es parecido en algunos aspectos al venezolano. “Se basa, como ellos mismos lo dicen, en huevear [fastidiar] al otro. El humor chileno, el que viene de la calle, donde las duplas de comediantes en la Plaza de Armas hacían reír al público, se cimienta en eso, molestarse entre ellos. Es un hueveo al otro sin ofender, simplemente por el arte de divertirte, lo que nosotros en Venezuela entendíamos como el chalequeo [bromas]”.

Düch dice que su comedia, sin embargo, en ocasiones ha sido criticada por usar el estereotipo del repartidor venezolano, a lo que responde que no lo ve ofensivo. “Yo estoy rompiendo una barrera al hablar de temas que resultan incómodos para muchos. Si lo habla un comediante chileno se puede ver como arribista, pero soy venezolano y viví todo lo que vivimos todos: fui Uber o delivery. Y no es malo, eso más bien me da la libertad de hablar de lo que he hecho y de, incluso, tomar situaciones con humor. Nada mejor para combatir los estereotipos que hacer humor con eso. Cuando hago un video o los shows en vivo y veo que, tantos venezolanos como chilenos, disfrutan de los chistes, ahí nota que está la unión de ambas culturas. Cuando todos nos reímos juntos, estamos unidos”, asegura.

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