Chile en el pozo: inepto y despojado
Incapaz de marcar goles, el equipo de Gareca se quedó afuera de la Copa América víctima de sus propias carencias, y se llenó de cara a las clasificatorias
Desde 1917 que Chile no se iba de una Copa América sin siquiera marcar un gol. Y completó —tras el magro empate frente a Canadá— más de 550 minutos sin festejar en partido por los puntos. La leve ilusión despertada tras la llegada de Ricardo Gareca se disipó pronto tras la opaca e improductiva participación de la Roja en Estados Unidos.
Los descargos de la afición y de buena parte de la prensa se centraron en la pésima actuación de los jueces y del VAR en los partidos ante Argentina y Canadá. El colombiano Wilmar Roldán ya había sido recusado por la federación chilena en la Copa del 2021 por su sospechosa actuación en el pleito frente a Paraguay, pero esta vez compartió desaciertos con el VAR, que dejó sin sanción un evidente codazo de Bombito frente a Echeverria —mostrado claramente por las cámaras de la transmisión central— y por la temprana expulsión de Gabriel Suazo que dejó a Chile con un hombre menos durante sesenta minutos.
Actuando por primera vez con el público a favor, Ricardo Gareca sorprendió con cambios que estaban fuera de libreto en los días previos. Buscando más poderío físico, Guillermo Maripán reemplazó a Paulo Díaz, Marcelino Núñez a Erick Pulgar y Gabriel Arias a un lesionado Claudio Bravo, cuya influencia dentro del campo esta vez no pudo hacerse notar. Sin embargo el reproche técnico para Gareca fue, otra vez, la tardanza y la selección de los hombres de recambio para cambiar la suerte de un partido que en todo momento pareció abordable, debido a las evidentes carencias de la selección canadiense.
Perdiendo capital en la credibilidad de los hinchas, Gareca deberá ahora recomponer una estrategia para las clasificatorias, donde Arturo Vidal y Gary Medel recuperan bonos. Marginados por el entrenador, ambos fueron activos comentaristas en redes sociales de la suerte del equipo, y críticos fundamentales de los arbitrajes. Observando las falencias del mediocampo, ambos volverán a ser alternativas porque los tiempos y las urgencias apremian.
Con poco peso directivo ante la Conmebol, cualquier reclamo de Chile ante los evidentes errores arbitrales caerán otra vez en el vacío. Y los liderazgos ganados en el último período quedaran en la duda ante la evidencia: por primera vez desde el 2004 Chile no estará presente en la segunda fase de un torneo que dejó un sabor agrio y amargo. Agrio por las injusticias; amargo por las incapacidades.
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