Máximo Kirchner: “Milei es un conservador que no trae nada nuevo”

En su primera entrevista con un medio internacional, el hijo de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, diputado y titular del peronismo en Buenos Aires, habla del poder, las internas en su partido, la llegada de la ultraderecha a la Casa Rosada y los problemas judiciales de su familia

Máximo Carlos Kirchner, en su despacho de Buenos Aires, el 22 de mayo.MARIANA NEDELCU

Máximo Kirchner (La Plata, 47 años) no usa whatsapp, no tiene cuenta en redes sociales, no va a restaurantes ni bares y en los últimos 20 años sólo ha salido una vez de la Argentina: visitó China en un viaje oficial. Procura una vida sencilla, la del vecino del barrio porteño de Monserrat abonado a la suscripción más económica de las plataformas. Aunque no parezca posible. Es hijo de dos presidentes.

Cuando en diciembre de 2007, Néstor Kirchner le entregó la banda presidencial a su esp...

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Máximo Kirchner (La Plata, 47 años) no usa whatsapp, no tiene cuenta en redes sociales, no va a restaurantes ni bares y en los últimos 20 años sólo ha salido una vez de la Argentina: visitó China en un viaje oficial. Procura una vida sencilla, la del vecino del barrio porteño de Monserrat abonado a la suscripción más económica de las plataformas. Aunque no parezca posible. Es hijo de dos presidentes.

Cuando en diciembre de 2007, Néstor Kirchner le entregó la banda presidencial a su esposa Cristina Fernández de Kirchner, Máximo tenía 30 años. En diciembre de 2011, 14 meses después de la muerte de su padre, su madre eligió a su hija menor Florencia para que le colocase la banda en la ceremonia que inició el segundo mandato. De esa familia tipo de la patagónica Santa Cruz, Máximo Kirchner es el único que ahora ocupa cargos públicos: es diputado nacional, presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires y jefe de La Cámpora, la agrupación juvenil del kirchnerismo que fundó 18 años atrás. La derrota del peronismo en la última elección presidencial y las desavenencias de Kirchner con el gobernador peronista de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, han abierto el tiempo de las impugnaciones públicas a su liderazgo.

Máximo Carlos Kirchner, durante la entrevista. MARIANA NEDELCU

El miércoles que Javier Milei cantó en el estadio Luna Park durante la presentación de su último libro y que las cotizaciones del dólar escalaron, Kirchner aceptó una extensa entrevista con EL PAÍS en un centro cultural a dos cuadras de la Casa Rosada y la primera sesión profesional de fotos en un cuarto de siglo. Habló, entre otros temas, de las tensiones internas del peronismo, la relación con sus padres, las causas judiciales que enfrenta su familia por presunta corrupción gubernamental, el fenómeno Milei y el reciente conflicto de España con la Argentina.

Pregunta. ¿Por qué tantos años en política y casi no ha dado entrevistas?

Respuesta. Uno accede a notas cuando tiene cosas para decir o cuando hay un reclamo del propio espacio en términos de visibilidad. Tampoco la sobreexposición es buena: conduce a errores. En mi caso, tiene que ver con el modo en que los medios toman a uno. La centralidad de uno es fuerte y es importante que otros compañeros y compañeras aparezcan.

P. ¿Pero la política no es explicar, contar, recibir preguntas incómodas?

R. Sí, es correcto. Pero explicamos en actos y reuniones, no sólo a través de entrevistas. ¿A qué lugar incómodo fue [el expresidente] Mauricio Macri [2015-2019]? No varía de dos canales.

P. ¿Por qué actúa en espejo con Macri?

R. Yo no actúo en espejo. Se han dicho muchas barbaridades sobre uno.

Un colaborador muestra una tapa de la revista Noticias de 2004 titulada “El misterioso hijo del presidente” en la que la foto es en realidad la del gerente de un canal de televisión que se le parecía. Otro colaborador evocará una tapa de Clarín de 2015 titulada “Máximo sería cotitular de dos cuentas secretas”, algo que no se pudo probar.

P. ¿Cuáles fueron las mayores barbaridades?

R. El famoso “juega a la Play Station” o “no sabe hablar”.

P. Jugaba a la Play.

R. Jugaba en los ochenta con mi viejo, antes de que fuera intendente [de la ciudad patagónica de Río Gallegos]. Ahora una parte de la dirigencia política se tira encima de los gamers tratando de comunicarse con los sectores jóvenes de la sociedad. Lo que era un disvalor ahora es un valor.

P. Milei se hizo conocido en programas de televisión, luego creció en redes, llegó a la presidencia y recién ahora parece preocupado por tener una organización política propia. Usted ha hecho el camino opuesto: ¿está revisando ese estilo?

R. Cuando tantas personas te preguntan por qué no abrís una red social te das cuenta que algo pasa. Si vemos conspiraciones menores en todos los lugares, ¿no podemos ver que los algoritmos están favoreciendo a los negocios del dueño de X o a los gobiernos que pueden facilitar negocios al dueño de X? Hay mucha violencia en las redes. ¿Qué pasa si yo me tentara a responder? Es como ir con un arma en el auto. Es muy riesgoso.

P. El eslógan de su primer acto público, en 2014, era “Irreversible” y habló ante 40 mil personas. ¿Qué pasó con eso que creían irreversible?

R. El clima de la época era que todo se terminaba porque un año más tarde se terminaba el Gobierno. Y acá estamos 10 años más tarde. Y atravesamos el macrismo que fue feroz. Ojalá el desendeudamiento de la Argentina hubiese sido irreversible.

P. ¿Cuál es su caracterización de Milei?

R. Milei es un conservador. Si corremos las luces, apagamos las cámaras y lo bajamos del escenario lo que queda es un viejo conocido. No hay nada nuevo: ajuste, privatizaciones, entrega de recursos y tres flexibilizaciones: la laboral, la impositiva y la ambiental. No es necesario volvernos colonia para salir adelante.

P. ¿Cuál es la responsabilidad de su alianza, el Frente de Todos-Unión por la Patria, en la victoria de Milei?

R. La llegada de Milei no es por un solo motivo. El día que Argentina formaliza su acuerdo con el FMI [en febrero de 2022 y durante la Presidencia de Alberto Fernández] agranda la posibilidad de una derrota por las propias condiciones que impusieron en un contexto de pandemia y de guerra de Rusia con la OTAN. Entre 2003-2015 hubo un desendeudamiento, Macri toma 44.500 millones y el nuevo acuerdo era malo para el país y nos aleja de lo que habíamos prometido en la campaña de 2019 y aparecemos como aceptando los hechos. Yo por eso renuncio a la presidencia del Bloque de Diputados del Gobierno. Los medios y la fuerza propia nos acusaron de estudiantina, de izquierdista. Hoy en Europa se quejan de Milei. Hubieran ayudado un poco más con el FMI.

P. Milei dijo que el kirchnerismo está detrás de Pedro Sánchez. ¿Dónde está parado en relación al conflicto entre ambos presidentes?

R. Muchas veces puede haber roces entre jefes de Estado. En el caso de Milei son mucho más habituales. Fueron con [el presidente de Colombia Gustavo] Petro, con [el mexicano Andrés Manuel] López Obrador, con [el presidente de Brasil Luiz Inácio] Lula [da Silva]. Dicho esto, no deja de ser el presidente de mi país, aunque no coincida en nada o en casi nada. Ahora que el ministro de Transporte de España diga que consume sustancias no es el mejor camino para tener mejores relaciones. Hay muchas más coincidencias de una parte del PSOE con Milei con respecto al FMI que con uno. Entiendo que esté molesto el presidente [de España]. Quizá si su postura durante el debate del acuerdo con el FMI hubiera sido más proactiva en entender la posición argentina Milei no hubiese llegado a la presidencia.

P. Alberto Fernández ha planteado que hubo obstrucciones a su presidencia de su parte y de Cristina Kirchner

R. ¿Cuál es la obstrucción? Esto es puntual.

P. Lo impugnaron, lo limaron.

R. Pero son cosas distintas. Había una mirada diferente sobre distintas cosas. El problema de fondo era el acuerdo con el FMI. Uno no le puede caer en todo a Alberto. Trato de ser justo.

P. Usted fue muy explícito con algunos temas como, por ejemplo, cómo debían ser las listas para las elecciones de medio término, pero nunca presentaron un programa económico. Pareció ser una posición más reactiva a lo que hacía o lo que dejaba de hacer el ministro de Economía de entonces, Martín Guzmán.

R. Nosotros queríamos corregir. Algunas cosas estábamos de acuerdo y otras no.

P. ¿La Argentina debe romper con el FMI?

R. Sería una decisión del FMI romper con la Argentina. Estamos proponiendo algo racional, algo que se pueda cumplir. Nadie quiere romper con el FMI. Lo que estamos pidiendo es tiempo para poder reorganizar un país después de un período que fue sometido a un endeudamiento descabellado. No tenemos la salida chauvinista de no pagar. Nuestra fuerza le pagó al FMI y los años sin el FMI en la Argentina muestran que bajó la pobreza. Es una cuestión pragmática y racional.

P. Milei ganó prometiendo un ajuste mayor al que pedía al FMI y consiguió votos en sectores medios y bajos que solían votar al peronismo. ¿Cómo lo explica?

R. La sociedad sabe que todo Gobierno tiene limitaciones, pero si te comprometes a dar peleas las tenés que dar. Por otro lado, la distribución del ingreso cayó, se distribuyó menos entre más trabajadores. Eso, para el peronismo, es letal. Si un trabajador formal está en los límites de la línea de pobreza, va a querer votar otra cosa. No quiere vivir mal.

P. En su carta de renuncia a la jefatura del bloque de Diputados del peronismo en 2022 dijo que la idea de izquierda y derecha ya no alcanza para entender lo que pasa en Argentina. ¿Qué idea la reemplaza?

R. Me encantaría saber cuáles son esas nuevas categorías. Pero sí hay sectores de la sociedad que ya no se ubican en derecha o izquierda. Estamos en una sociedad intervenida por medios digitales y diferentes instrumentos de ocio e información que van a crear nuevos sujetos sociales porque están cambiando las relaciones laborales.

P. ¿Qué tiene el peronismo para ofrecerle a la sociedad?

R. Lo más novedoso que tenemos para ofrecer a la sociedad es que se pueda acceder a la vivienda propia. Hemos pasado del sueño de la casa propia al sueño del alquiler propio.

P. Pero los planes de vivienda no son una novedad.

R. Andá a ver cómo está la gente. Hay una mirada sobre lo nuevo y lo viejo que es capciosa y caprichosa. Vivienda y desendeudamiento son muy importantes. Desendeudamiento es el continente donde podés desarrollar el país. Con ese desendeudamiento vas a poder discutir otros temas, como la educación o el sistema de salud público y privado que planteó Cristina.

P. El discurso de Milei contra la casta funcionó, al menos electoralmente. ¿Cómo tiene que regenerarse la política para no ser vista como un grupo privilegiado?

R. Yo no me puedo hacer cargo de todos los dirigentes y de cómo desarrollan sus vidas.

R. Un aliado suyo muy importante, Martín Insaurralde, apareció en la campaña electoral en un crucero en el mediterráneo como parte de un viaje costosísimo.

P. Renunció a su candidatura y a la jefatura de gabinete y fue lo correcto. A mí me molestó y me agarró militando, yendo todos los días al Congreso, con mis hijos a 3.000 kilómetros [en referencia a la distancia con Río Gallegos, Santa Cruz].

P. Insaurralde era parte de su dispositivo en la provincia de Buenos Aires. ¿No tiene una responsabilidad política?

R. Claro que siento responsabilidad política. El mayor peso que siento es el de Alberto Fernández. Nosotros le propusimos una cosa a la sociedad y los hechos y resultados son los que son. Cada uno se hace cargo de esos actos individuales. En mi caso, acompañé a [el ministro de Economía Sergio] Massa a China, y era la primera vez que salía del país en 20 años.

P. ¿Nunca le dio curiosidad o tuvo ganas salir de la Argentina?

R. No sé si es un valor o disvalor. Se dio de esa manera. Antes de Néstor y Cristina los viajes de las familias presidenciales eran conocidos por todos. Había que mostrar que había cosas que debían cambiar. Muchos argentinos y argentinas no salen del país. En mi caso, me gusta recorrer mi país por tierra.

P. ¿En la provincia de Buenos Aires se puede financiar la política sin la industria del juego? ¿Qué tan importantes son esos aportes?

R. Esas relaciones vienen de la época de [los gobernadores Felipe] Solá, [Daniel] Scioli y [María Eugenia] Vidal, pero se puede financiar la política sin esos aportes.

P. ¿Y por qué ustedes no pudieron cortar con eso?

R. Yo hasta el momento no vi ninguna denuncia en ese sentido. La administración del gobernador Kicillof ha sido más que prolija en la Provincia. Podés poner la industria del juego, a los medios de comunicación y los otros miles de actores que andan dando vueltas. Hay que hacer una ley de financiamiento de la política a nivel nacional. Nosotros creemos que el Estado tiene que tener un rol en el financiamiento porque le genera independencia a la política. Los sectores del poder económico no nos quieren y siempre han estado más cerca de Macri y el Gobierno de Milei.

P. Pero se han publicado sus reuniones con esos representantes de poder económico.

R. Sí, hemos tenido. Los vínculos con los sectores de poder los tenés. Desde que impulsé la ley del Impuesto a las grandes fortunas y mi voto contra el acuerdo con el FMI, eso se redujo casi a cero.

P. Usted impulsó esa ley y tuvo que pagar. ¿Cómo se lleva con tener dinero? ¿Le genera incomodidad?

R. Normal. Nunca me faltó nada de chico. Cuando Néstor asumió como intendente tenía propiedades en alquiler. No somos personas de una vida ostentosa. En mi caso, vivo muy simple.

P. Acaban de procesar por abuso sexual a Fernando Espinoza [intendente de La Mataza, el municipio más importante de la Provincia de Buenos Aires]. ¿Cree que tiene que pedir licencia, renunciar? ¿Qué tan grave ve el hecho?

R. La versión que leí de Fernando es que la fiscalía le pidió dos veces sobreseimiento. El procesamiento no significa su condena. Tendrá que dar su respuesta a la justicia.

P. ¿Es una decisión individual? ¿No pesa que forma parte del peronismo bonaerense que usted conduce?

R. Obviamente, pero que sea el presidente del PJ no me transforma en el emperador del PJ. Deberá reunirse el Consejo, discutir y hablar con él. Él dice que es mentira. No soy ni juez ni fiscal ni conozco la causa. El feminismo vino a corregir y cambiar muchas prácticas y nosotros le prestamos mucha atención. En nuestra organización, compañeros han pasado por protocolos por el trato no debido a compañeras. Es una conversación profunda. Fijate que me preguntas primero por Espinoza que por el atentado contra Cristina.

P. ¿Cómo cambió su vida desde el atentado?

R. Yo dejé de tener custodia desde 2016, 2017 y se las dejé a mis hijos y cuando volvimos al Gobierno no quise tener. Los compañeros cuidan a uno en los actos. El atentado contra Cristina está incentivado.

P. ¿Incentivado por quién?

R. Un discurso mediático dominante. No hay dos personas que se levantan y dicen “se la vamos a dar tal”. Si yo me subo a una tarima y empiezo a decir que hay que suprimir a tal y lo repito y lo repito ¿no crees que una persona puede dar un paso más? Primero le llueven piedras a su despacho de vicepresidenta y casi le pegan. Luego incentivan a ir a su casa [donde se produjo el intento de asesinato]. Es muy raro todo lo que sucedió.

P. Uno de los pocos reproches -quizá el único- que dejó caer sobre su padre es que pudo haber estado más presente, que la política lo llevaba todo. ¿A Cristina que le reprocha?

R. ¿A ella? Nada. Yo sigo extrañando a mi viejo y extraño lo bueno. No extraño lo malo. Listo, caso cerrado. Las vacaciones, Racing [Club de Avellaneda, su equipo de fútbol]. Fui muy feliz.

P. ¿Siente la presión de sostener la dinastía?

R. ¿Dinastía? No veo a la política desde el protagonismo personal. Ver a tus padres cómo gobernaron el país y ver los que siguieron te da mucha tranquilidad. Fueron lo mejor de 1983 a la fecha desde lo conceptual y lo material para un pueblo. Pensando hacia adelante, lo mejor que puede pasar es que más gente se meta en política.

P. Vivió toda su vida entre la política y el poder. Mucha gente fantasea con, por caso, tener una vida en el campo ¿Cuál es la suya?

R. Estar con mis hijos más tiempo, volver a ver a la popular de Racing.

P. ¿Y algo por fuera de la política? Alguna vez dijo que es un periodista frustrado.

R. Me gusta leer y escribir. Son miradas, conceptos, situaciones. Uno escribe. Y preparo mucho lo que voy a decir en un acto.

P. Usted y su madre han puesto el lawfare y el llamado partido judicial en el centro de los problemas de Argentina. Uno de los primeros actos de defensa fue en los tribunales federales de Comodoro Py y Milei ha postulado a una suerte de representante de Comodoro Py como candidato a la Corte Suprema de Justicia. ¿Cree que Ariel Lijo debe ser integrante de la Corte Suprema?

R. Primero, soy diputado y no soy senador [los pliegos pasan por el Senado]. Segundo, voy a decir que lo que hicieron con Cristina no está bien. Hubiera sido mucho mejor que fuera juzgada por personas que no jugaban al fútbol en la quinta de Mauricio Macri. Mi mirada es muy personal y crítica, incluso uno atraviesa procesos judiciales.

P. Pero es dirigente y autoridad partidaria.

R. Se discutirá al interior de la fuerza política. Habrá síntesis o no habrá síntesis. No sé si un juez más o uno menos cambia algo.

P. Pero dijo que [Horacio] Rosatti [el presidente de la Corte Suprema de Justicia] gobernaba Argentina. No es menor la conformación de la Corte.

R. Hay un problema de fondo. Se usó el partido judicial para saldar la política. Querían suprimir a una fuerza política. Hay personas de la fuerza que se han pronunciado, veo que la Cámara de Comercio de los Estados Unidos se ha pronunciado en contra. Cuando me pregunten de la fuerza política lo diré.

P. Existe un debate abierto sobre la renovación del peronismo después de haber perdido la elección. A la luz de la mala experiencia de Frente de Todos- Unión por la Patria, ¿cómo debe ser esa competencia interna?

R. El debate y la discusión después de una derrota es lógica. Lo que no tenemos que ponernos es ansiosos. La tarea es que no avancen sobre derechos de la sociedad. Es muy temprano como para tomar decisiones que nos aten y que nos quiten capacidad creativa.

P. Usted convocó a una elección interna.

R. Porque hay elección del PJ nacional y tengo en la provincia el 40% del padrón nacional. Cuando me tuve que hacer cargo dije que quería que alguien me sucediera a través del voto. Votemos y dejemos esta cantinela.

P. ¿Cuáles son sus coincidencias y diferencias con el gobernador Kicillof?

R. Coincidencias, muchísimas. Por eso no se entienden las novelas y culebrones que se arman detrás. Axel dio una pelea con los fondos buitres muy importante. En las cosas que importan a los argentinos y argentinas las coincidencias están a la vista.

P. ¿Y las diferencias?

R. Hay diferencias lógicas. Pero no es una interna como la de la década de 1980 [en la que el peronismo dirimió, por primera y única vez, su candidatura presidencial en elecciones primarias]. La conductora es la misma y es Cristina. Podemos tener miradas de cómo se lleva el día a día, pero me paro sobre las coincidencias, no sobre las diferencias que no son dramáticas.

P. Si no son dramáticas. ¿por qué no las explicita?

R. ¿A Milei desde dónde se lo enfrenta? Él [Kicillof] puede tener una mirada y yo puedo tener otra.

P. Kicillof propone un frente más amplio

R. Hicimos el Frente de Todos. Tenemos que buscar mayor amplitud y con la gente. Y cómo va a funcionar. Está bien explorar afuera del peronismo, todos lo hacemos. Algunos lo hacen superficialmente, otros lo hacemos habitualmente.

P. El fin de semana pasado hizo un acto importante y usted no asistió.

R. Hacía un tiempo que no hablaba con el gobernador. Hablan mis compañeros con él. Hay momentos en que hablas menos o más, no es dramático. Son momentos políticos que se atraviesan y nada más. ¿Alguien duda donde uno estuvo siempre? Todos tenemos que tener la mayor de las tranquilidades. La provincia es una de las principales víctimas de Milei. El gobernador tiene un desafío enorme por delante y lo tenemos que ayudar todos.

P. Usted quería a Kicillof como candidato a presidente en 2023. ¿Lo quiere como candidato en 2027?

R. ¿Por qué voy a cambiar? Es un más que posible candidato a presidente como puede ser [el senador] Wado [Eduardo de Pedro], hay que ver qué define [Sergio] Massa y quién surge también. En el 2000, Néstor no estaba en el radar de nadie, en un lugar de 300.000 habitantes a 500 kilómetros de [las islas] Malvinas.

P. ¿Cristina Kirchner sigue siendo la conductora del peronismo?

R. La relación de Cristina es con la sociedad y a partir de ahí tiene una suerte de ascendencia o conducción sobre el peronismo. La sociedad escucha a Cristina, salvo un 25% muy anti, muy gorila [como se conoce despectivamente a los antiperonistas], muy pro dictadura. La potencia de la voz de Cristina nadie la tiene. El problema que tiene Cristina es que es mina, es mujer. Se las cobraron todas. En cinco años la condenaron. Macri hace 20 años que tiene la causa del correo. ¿Hablan de impunidad? Les cuesta reconocer la capacidad de una mujer. Si se enoja, es bruja y no una mujer de carácter. Le dicen la señora, ¿le dicen señor a algún dirigente? Todos los que vinieron después de ella son grandes críticos de ella: Macri, Alberto y Milei. ¿Cuándo se sientan ahí? Papa, no pasa nada. Argentina no hubiese vivido los años que vivió si ella no se hubiese parado de esa manera. Incluso con la muerte de Néstor, que no es un elemento menor, o atravesar la enfermedad de su hija [la ex presidenta hizo público un parte de salud con el diagnóstico de estrés postraumático].

P. ¿Cómo está su hermana?

R. A mí me costó mucho entender la enfermedad, tal vez por mi exceso de racionalidad. Aún hoy hago un esfuerzo por comprenderla. La presión y odio que descargaron sobre ella fue un elemento de extorsión. Eso no se hace, no se le hace a nadie. Me hubiese gustado ayudarla más. La muerte de mi viejo la rompe.

P. Usted, en el velatorio, se paró al lado del cajón y pasó horas sin quebrarse.

R. Cristina dijo “firmes” y ahí estuvimos.

P. Le pueden decir firme u otras cosas y…

R. Cuando te dicen firme es firme. Ella quería transmitir esa firmeza. Y enseguida querían instalar que ella no se podía reelegir, como sucedió. Hace un tiempo me encontré un 27 de octubre, pero muchos años más tarde, haciendo el duelo en el aniversario de su muerte. Te das cuenta y te cae todo.

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