Carolina Píparo, candidata de la ultraderecha: “Milei cambió la agenda política argentina para siempre”
La elegida por Javier Milei para pelear por la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral de Argentina, promete una guerra contra la delincuencia, bajar la edad de imputabilidad e importar el modelo carcelario de Bukele
De pie en el acoplado de una camioneta, Carolina Píparo (La Plata, 47 años) administra los dólares falsos con la cara de Javier Milei que le llegan a sus manos y que esperan la firma del candidato presidencial durante una caravana de dos cuadras. Sobria en sus gestos, no se sorprende ni gesticula frente a la coreografía que se despliega ante sus ojos. La de mileistas que sacan fotos y piden las manos del líder y, más tarde, la llegada a la camioneta, en manos d...
De pie en el acoplado de una camioneta, Carolina Píparo (La Plata, 47 años) administra los dólares falsos con la cara de Javier Milei que le llegan a sus manos y que esperan la firma del candidato presidencial durante una caravana de dos cuadras. Sobria en sus gestos, no se sorprende ni gesticula frente a la coreografía que se despliega ante sus ojos. La de mileistas que sacan fotos y piden las manos del líder y, más tarde, la llegada a la camioneta, en manos de un asistente, de una motosierra encendida.
—Motosierra, motosierra —gritan unas 800 personas en el centro de San Martín, un partido del oeste del conurbano bonaerense con frontera con la ciudad de Buenos Aires.
Un Milei inusualmente sonriente alza el artefacto, lo agita, lo hace flamear como una bandera y alguien dispara una pistola roja de juguete con más dólares falsos. La motosierra es la más eficaz alegoría que encontró el líder de la ultraderecha libertaria para mostrar su plan de reducción severa del tamaño y el gasto del Estado y la eliminación, sin sangre, de la casta política. En septiembre, mes en el que apareció la motosierra en actos públicos, diez millones de usuarios usaron la palabra motosierra en las redes, según un informe de la consultora Ad Hoc.
Píparo ha sido la testigo más privilegiada de la performance pública de Milei con el artefacto. “Yo no podría levantarla porque es muy pesada, además no es mi estilo”, dice a EL PAÍS la candidata a gobernadora de Buenos Aires, la provincia que concentra el 37% de los votos del padrón nacional (la provincia de Córdoba, la segunda más grande, llega al 8%) y se ha vuelto prioritaria para Milei para ampliar en octubre su victoria de las primarias de agosto. Diputada nacional, trabajadora social y maestranda en criminología (espera evaluación de su tesis sobre tobilleras duales y violencia de género), Píparo fue la candidata individual más votada de la oposición con el 24% y segunda después del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que consiguió el 36% en su camino hacia la reelección. En la división del trabajo, Milei es la voz de la economía con su promesa de dolarización y Píparo aspira a conducir lo que llama la guerra contra la inseguridad.
En la caravana, Milei captura toda la atención. A su lado, Karina Milei, su hermana y jefa de campaña, tiene una gorra con una frase inspirada en el antiguo testamento. “En una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino de las Fuerzas del Cielo”. Píparo, sin gorra, lleva un conjunto deportivo y no recibe el fervor que recibe el líder. La caravana de San Martín fue noticia: por una semana y hasta el debate presidencial del domingo pasado, Milei no tendría agenda pública.
Este fin de semana un cimbronazo desplazó el misterio del líder libertario. La publicación en historias de Instagram de la vacación del jefe de gabinete de Kicillof, Martín Insaurralde, y su novia, la modelo Sofía Clerici, en Marbella, en el sur de España. Clerici los mostró en el crucero Bandido, cuyo alquiler por 8 horas diarias es de 8.400 euros, y reveló pautas de consumo -carteras Louis Vuitton y Chanel, una pulsera Cartier y un reloj Rolex- que no parecen justificables para quien declaró un patrimonio de 25 mil euros. Intendente de Lomas de Zamora y de larga trayectoria en el peronismo bonaerense, Insaurralde renunció a su cargo de jefe de gabinete y fue denunciado por enriquecimiento ilícito. La renuncia no ha detenido el escándalo que beneficia a toda la oposición y en particular a Milei y Píparo por el impacto de un material audiovisual que confirma sus dichos sobre las vidas opulentas de la casta política. Esas historias de Instagram compiten en eficacia con la propia motosierra.
Pregunta. ¿Qué deja la revelación del viaje de Insaurralde y por qué dijo que el gobernador es cómplice?
Respuesta. Deja en claro que un país distinto es imposible con los mismos de siempre, deja en claro que Argentina fue destruida por políticos que se aferran como garrapatas a sus privilegios. El jefe de Gabinete es una de las personas de mayor confianza que un gobernador tiene. ¿No sabía cómo vive? ¿A que se dedicó antes Insaurralde? ¿Viene del éxito en la gestión privada? No. Hace muchos años que se dedica a ser funcionario público y Kicillof sabe bien que como funcionario nadie puede llevar esa vida de lujos.
P. Su otro competidor, Néstor Grindetti [el candidato a gobernador del también opositor Juntos por el Cambio], dijo que es un tema de la vida privada, pero que debió haber mostrado empatía con la situación de los bonaerenses.
R. ¿Vida privada? ¿Y publican todo en redes sociales? Para mí es creerse impune, para mí es obsceno.
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Píparo es hija de un ingeniero peronista de quien aprendió a refutar las viejas y nuevas verdades del movimiento nacional justicialista y de una católica que luego se mudó al evangelismo. Se recibió de trabajadora social en la confesional Universidad de El Salvador y trabajaba en el ministerio de Seguridad hasta que un hecho fortuito la convirtió en una persona pública. El 29 de julio de 2010, con 33 años y embarazada de ocho meses, salió de una sucursal bancaria de La Plata con los 20.000 dólares que necesitaba para escriturar una casa. Dos jóvenes de 18 años en moto la encerraron para robarle la cartera y uno de ellos le disparó. La bala entró por el mentón y le perforó un pulmón. Una semana más tarde, después de una cesárea de urgencia, murió Isidoro, su hijo. Los cinco miembros de la banda fueron condenados a prisión perpetua. Para el tribunal, la muerte de Isidoro fue un homicidio y no un aborto, como argumentaron los abogados de los acusados.
Un día después de la caravana en San Martín, en un pequeño oficina sin muebles en Barrancas, en la ciudad de Buenos Aires, Píparo, vestida de negro y con un saco verde manzana, empieza por aquel robo y asesinato.
— Tenía una vida clase media totalmente común, y de repente la inseguridad partió en dos pedazos mi vida. Perdí a mi hijo, perdí el lugar que iba a comprar. Salí bastante enojada con la vida y tardé mucho tiempo en entender esto de ser persona pública sin haberlo elegido. Esperé tres años el juicio, que fue en el 2013, y al poco tiempo sentí la necesidad de involucrarme con otras víctimas y a los cuarenta años, en el 2017, me involucré en política. Primero como activista en una ONG buscando que se hagan leyes para las víctimas y meter el tema en la agenda pública. En 2017 me invitaron a participar de un espacio político que era el Pro [el partido del expresidente Mauricio Macri] y me sumé como diputada provincial.
P. ¿Usted cómo se define ideológicamente?
R. Como una persona común que se involucró en política. No creo en esto de izquierda y derecha. En este país es muy fácil ser de derecha. Si una quiere que los delincuentes estén presos, que el mérito tenga un valor, que el trabajo sea reconocido, entonces es de derecha.
P: ¿Y cuando dejó el catolicismo?
R. A los quince años no quise saber nada con la Iglesia por esta cuestión de la rebeldía, pero sí creo en Dios. Lo que yo creo es en Dios, no sé si creo tanto en las maneras. Me parece que, bueno, justamente, Milei está distanciado del Papa.
P. Más que distanciado, Milei dijo que era cómplice de dictadores. ¿Usted piensa lo mismo?
R. Yo respeto la investidura. Ahora, como católica, me parece que un candidato que ganó una elección a presidente en plena democracia no es comparable con Hitler. Es una comparación errónea, totalmente desacertada. Entonces entiendo el enojo de Javier. Me parece que Milei representa a mucha gente, el Papa representa a mucha gente y en ese sentido no me parece sano ese enfrentamiento.
P. Ambos, Milei y el Papa, están en contra de la ley del aborto. ¿Usted qué posición tiene al respecto?
R. Yo estoy muy de acuerdo con la propuesta de Milei de hacer un plebiscito. Nunca opiné sobre la ley del aborto porque el caso de Isidro, que es mi hijo, se trató sobre si era asesinato o aborto y es un caso testigo en el mundo. Mi opinión va a parecer sesgada. Tampoco tengo ganas de emitirla porque no es lo que estamos votando ni lo que estamos debatiendo. Si vuelve ese debate al Congreso emitiré opinión.
P. ¿Cuáles fueron las razones de su salida del Pro?
R. En 2019 se perdió la elección y el espacio se desperfiló absolutamente. El radicalismo tuvo sus líderes, mientras que en el Pro se peleaban mientras no había ningún líder. En la provincia no tuvimos ningún líder político durante dos años. Para el candidato a intendente de La Plata [se refiere a Julio Garro] yo fui una competencia directa porque mi lugar natural era, se suponía, pelear por la intendencia, y él siempre me quiso fuera del espacio. Yo entendí que no iba a estar en esa lista, que hicieron cinco tipos en una oficina. En ese momento vino el liberal José Luis Espert —sus ideas económicas me parecen muy buenas— y, la verdad, me entusiasmó el hecho de ser diputada nacional por la provincia de Buenos Aires. Además, en el Pro empezó a haber muchos desacuerdos en la pandemia y se partió. Éramos muy poquitos los que representábamos a parte de la sociedad que ya no estaba de acuerdo con el encierro y ese fue un quiebre político. Queríamos más libertad.
P. ¿Qué la atrajo políticamente de Milei?
R. Me definí por el liberalismo en 2021 y creo en las ideas de la libertad. Espert se fue a Juntos por el Cambio, un espacio al que yo no quería volver. Javier, primero, es un buen tipo. Conmigo fue un gran hombre porque en todo este proceso él y Karina y todo el espacio me acompañó mucho. Me respeta porque sabe que no vamos a votar exactamente igual en todo. Él es la persona más importante de la política argentina. Mucho más allá del resultado electoral, es el hombre que cambió la agenda política argentina para siempre.
P. Usted, al menos en el discurso, parece menos radical que Milei. No habla de casta política, por ejemplo.
R. Prefiero hablar de sistema, pero entiendo perfectamente el concepto de casta y estoy muy de acuerdo. La casta son todos los políticos, empresarios y sindicalistas que se aferran a ese modelo que sólo le conviene a ellos con la mitad del país pobre. En el caso de los políticos, el político argentino es muy sabelotodo. Yo no le creo nada a una persona que dice saberlo todo. La política, para mí, es algo que en silencio arregla la vida de las personas y les da estabilidad. La política tiene que dar, justamente, previsibilidad, estabilidad, normas claras. Yo creo en el proyecto de Javier y él me apoya aún en las diferencias. Milei, más allá de este enojo que hay en gran parte del periodismo por el resultado de la elección…
P. ¿A qué atribuye ese enojo?
R. En el fondo es un enojo con la gente. Yo no puedo estar enojada con la gente que votó a Kicillof. Kicillof es la no gestión misma, no se destacó en nada y no tiene nada que ver con la transparencia que nosotros perseguimos. Hubo una campaña muy contraria a nosotros con esta cuestión de “la derecha o los derechos”. El otro día me decía una mamá que en una escuela le habían dicho a su hijo de 16 años que si venía Milei perdían los derechos, perdían el trabajo. Y el hijo le dijo: “Yo quiero votar a Milei, pero no quiero que te quedes sin trabajo”.
P. ¿Qué es lo que cree que la puede singularizar en relación al resto de los candidatos?
R. Mi propuesta novedosa es trabajar todo el día para que la gente viva mejor. Y la seguridad, que será el centro de mi gestión. Es lo que me pide la gente. Si venís a una reunión con vecinos, lo vas a ver.
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En el norte del conurbano bonaerense, San Isidro asiste a la caída de una dinastía familiar que gobernó durante 40 años uno de los municipios más ricos del país y asociado, esquemáticamente, en sus zonas residenciales, a cierto conservadurismo, la gran pregnancia de la Iglesia católica y la popularidad del rugby. La familia Posse aportó dos intendentes —primero Melchor de 1983 y 1999 y luego su hijo Gustavo desde ese año en adelante—, pero la continuidad quedó trunca con la derrota de Macarena, hija de Gustavo, en las primarias contra Ramón Lanusse.
En la Sociedad de Fomento 9 de Julio, en Boulogne de San Isidro, funciona el centro de Jubilados El Despertar, histórico enclave del possismo. Unos 60 jubilados esperan a Píparo en una pequeña aula rectangular con una bandera argentina, un mástil, un mapa político y un pizarrón con una frase escrita con grandes letras: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Iluminada con tubos fríos, en los estantes a la vista se apilan los juegos de mesa para los momentos de recreación: El juego de la vida, Titanic y otros.
La candidata a gobernadora se sienta y se presenta:
—Soy Carolina Píparo. Una tragedia partió mi vida en dos.
Viste jeans, una campera que hace juego con sus botas y una camisa blanca.
—Juntos por el Cambio es un espacio que se autodestruyó. Javier y yo somos los únicos que podemos ganarle al kirchnerismo. El kirchnerismo es todo lo que está mal en la política argentina. Nosotros estamos a dos puntos de ganarle a Kicillof. Dos puntos nada más.
Los jubilados escuchan serios. Un par en sillas de ruedas, otros con bastones. El primero que habla tiene una propuesta:
—Si Milei se calmara un poco, ayudaría mucho. Hay mucha gente asustada por la manera de actuar.
— Más allá de lo que se ve en la tele contesta Píparo—, Javier no es una persona omnipotente. Su tema es la economía y luego se ha rodeado de gente que sabe. Javier está muy enojado por las cosas que dicen en los medios.
Un asistente al conversatorio cuenta en voz baja que ya no lee medios tradicionales: a la medianoche googlea Milei para saber qué dijo durante el día.
—Yo trabajé 30 años liquidando sueldos en el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria). Vi a todos prometer cosas que luego no cumple—dice una de las jubiladas.
—Yo en la provincia voy a reducir de 19 a 9 ministerios —adelanta Píparo—. Somos un país y una provincia pobre. No podemos tener un estado gigante.
Dos señoras se van de la mano, pero no parece una señal de protesta.
Píparo presenta a Rodolfo “Pipo” Paolucci, candidato a intendente de San Isidro por la Libertad Avanza. Gerente de Ventas de una bodega, 52 años, ponderado en el mundo del rugby, tiene 10 meses en la vida política y consiguió el 17% en las elecciones primarias. Ante la escasa expectativa que despertaba Milei en la derecha sanisidrense al menos cinco personas rechazaron esa candidatura y alguno ya mostró su arrepentimiento.
—Yo no soy político —dice Paolucci, de campera y remera negra del líder libertario—. Yo manejo una bodega. Lo primero que voy a hacer es ver los números de los empleados y sacar a los que no trabajan.
—En la municipalidad hay 7.000 empleados de planta y 3.000 contratados. ¿A cuantos vas a echar? Hay muchas familias detrás —le pregunta uno de los presentes.
—No vamos a despedir a nadie —se adelanta el candidato a intendente.
—No vamos a sacar los empleados públicos ni los planes sociales: buscamos a crear nuevas fuentes de trabajo —complementa Píparo.
—Necesitamos 200 efectivos que entren a La Cava (la villa miseria más conocida del partido) —dice María Feldtmann de Maurette, concejal que se presenta a su reelección.
— En Boulogne estamos teniendo una ola de asaltos y no hay patrullas —cuenta una jubilada.
— Hay que achicar las villas y poner más patrullas —pide otro de los participantes—. ¿Tiene previsto drones para la seguridad, Carolina?
—Sí, está previsto.
Una pareja, del ala más radical de la Libertad Avanza, monopoliza el final del conversatorio.
— Vivo a 8 cuadras de La Cava. Aparecen de todos lados. No nos dan respiro. En Europa se los desparrama para que no estén conectados entre ellos. Acá caminan por arriba de los techos, están en todos lados.
Sin nombrarlas, habla de las personas que delinquen.
— Nosotros queremos aislar a los delincuentes —contesta Píparo. Acá se ha demonizado al rol policial y eso lo ha hecho el kirchnerismo.
Píparo acepta selfies y camina a una esquina para que le tomen retratos. La entrevista continúa.
P. Nahuel Sotelo, diputado de La Libertad Avanza, viajó a El Salvador para tomar algunas ideas de la política de seguridad de Bukele. ¿Cuál de esas ideas o políticas son trasladables a la la provincia de Buenos Aires?
R. A mí me parece interesante el poco tiempo en el que Bukele construyó cárceles. Hacen falta cárceles en Argentina. Las cárceles están superpobladas. Se supone que este Gobierno es más afín a los derechos humanos. Ahora, visitemos una cárcel de Argentina. No hay ningún derecho humano básico.
P. Usted está a favor de la baja en la imputabilidad a los 14 años.
R. Sí, a delito de adulto, pena de adulto. Ahora, me parece que se pueden hacer muchísimas cosas antes de caerle con todo el Código Penal encima. En la provincia de Buenos Aires hay chicos de doce años que están en institutos de menores porque son peligrosos.
P. Su ministro designado para Seguridad —Salvador Baratta, ex subjefe de la Policía bonaerense— acaba de anunciar “una guerra contra la inseguridad”. ¿En que consiste esa guerra?
R. Una guerra contra la inseguridad es una política criminal. La inseguridad en la provincia de Buenos Aires es la prioridad número uno. La provincia es muy pobre porque ha sido devastada por la política. Ahora, como gobernadora, bueno, mis potestades son la salud, la seguridad y la educación. En seguridad tiene que haber más cárceles, tiene que haber más institutos de menores, porque es la excusa de los jueces para dejarlos libres, tiene que haber mejores comisarías, tiene que haber una Fuerza absolutamente respaldada por el poder Ejecutivo.
P. Baratta, y no sé si tiene su validación, dijo que él necesitaba doscientas personas para terminar con el narcotráfico.
R. Él estuvo mucho tiempo infiltrado en bandas narcos. Él se refiere, también, a investigar y no dijo solamente doscientos, dijo el grupo Halcón, grupos especializados y una policía especializada en narcotráfico. Durante el gobierno de Macri, el mensaje contra la delincuencia y el narco fue distinto, pero se quedó en lo declamativo. Nadie salió a controlar las fronteras, que es donde entra gran parte de la droga. Hay que ir a fondo. El sueldo de policía tiene que ser digno. Tiene que entrenar la Policía, tiene que entrenar para tirar, tiene que seguir especializándose.
P. ¿Patricia Bullrich [la candidata presidencial de Juntos por el Cambio] fue una buena ministra de Seguridad?
R. Yo creo que ella sí respaldó a las Fuerzas. Y en ese sentido me parece que sí hubo un mensaje distinto. Pero la lucha contra las mafias quedó en lo declamativo. No hay ningún mafioso preso. Yo a los mafiosos los quiero presos. No un ratito, para siempre. El kirchnerismo, en cambio, es un espacio político que siempre se ha caracterizado por el aval y la defensa férrea del delincuente. Me parece importante decir el delincuente es delincuente y la pobreza y la delincuencia no vienen de la mano.
P. ¿No cree que hay una correlación entre desigualdad social y delito?
R. Lo que digo es que ser pobre no significa ser delincuente. No va quedar una moto sin revisar en la provincia de Buenos Aires. Porque las motos hoy hacen que nosotros nos sobresaltemos todo el tiempo. Le preguntás a cualquier persona y lo primero que me va a pedir es combatir el delito del motochorro, que es el principal terror de la provincia.
P. En su testimonio ante la justicia, en 2010, se ha preguntado por la crueldad de la persona que le disparó a usted desde una moto. ¿A qué conclusión llegó con la perspectiva de todo el tiempo que pasó?
R. No tengo una respuesta. Yo pensé que cuando llegara el juicio iba a tener una respuesta. Una respuesta del tipo: “Estaba drogado’”. Pero no tuve ninguna respuesta. Lo que te trae el tiempo es vivir el dolor de otra manera. Nunca le voy a encontrar justificación. Tampoco creo en esa cuestión del perdón: no soy quien para perdonar a nombre de mi hijo.
P. En 2026, su ex marido y padre de sus hijos va a juicio por tentativa de homicidio por un episodio de 2021[según el fiscal, tuvo intención de matar a dos jóvenes que confundió con motochorros y luego intentó ocultar lo que había ocurrido]. ¿En qué cree que se equivocó su ex marido?
R. Es mi ex marido, pero es mi mejor amigo. Es el mejor papá para mis hijos. No estoy imputada y me parece bien que hablen sus abogados y que él pueda hablar. Para mí fue un accidente, pero bueno, la Justicia determinará lo que considere. Las pericias dijeron que fue un choque a 26 kilómetros por hora. Pongan el auto a 26 kilómetros y diganme si puede ser una tentativa de homicidio. Lamento obviamente que haya terminado una persona con cuatro puntos, la otra persona está ilesa. Con el diario del lunes, por supuesto, creo no tendríamos que haber seguido, pero a la vez llamamos y llamamos a la Policía…
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