Noboa presiona a la vicepresidenta Verónica Abad para que se vaya por su propio pie: “Va a salir solita”
El presidente de Ecuador se resiste a entregar el poder a la ‘número dos’ del Gobierno que asegura que no le permiten salir de Israel ni por vacaciones y que el servicio de inteligencia actúa en su contra
Daniel Noboa parece tener claro el futuro de la vicepresidenta Verónica Abad, a la que se resiste a entregar el poder cuando él se postule a las elecciones de 2025, como manda la Constitución ecuatoriana. “Ella se va a salir solita”, dijo el mandatario con un tono seguro, de quien conoce algo que nadie más sabe. “Al final todo cae por su propio peso”, agregó Noboa en una entrevista radial la semana pasada. Pero el remate de su breve intervención sobre el tema es lo que causa más dudas. “Nosotros tomaremos las medidas que la Constitución nos permita. Ahí lo dejo con intriga”, dijo Noboa, con una sonrisa, sin más.
“¿Y ahora qué sigue? ¿Qué va a intentar el presidente?”, reaccionó después Abad desde Israel, a donde fue enviada como embajadora de la paz para tratar de ayuda a resolver el conflicto con Palestina. “Es una amenaza directa”, dice con preocupación la vicepresidenta, quien volvió a repetir que teme por su vida y responsabiliza a Noboa, al Ministerio de Gobierno y el Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) por una persecución en su contra. “He recibido amenazas por las funciones que provocan este destierro, enviar a mi hijo a La Roca, me han amenazado con hacerle daño en prisión”, siguió. Y reiteró que no se va a caer sola. “Yo no he dicho, jamás, que voy a renunciar”, dejó claro Abad, aunque en este conflicto esté en desventaja. Según la mandataria, ni siquiera le han autorizado cinco días de vacaciones que solicitó para tratar asuntos familiares y de salud. “Me tienen secuestrada en este país”, sentenció.
El Gobierno ha intentado en cinco ocasiones apartar a Abad del cargo para que no asuma el poder en enero, cuando Noboa tenga que dejar la Presidencia para dedicarse a la campaña. Así está estipulado en las normas ecuatorianas para que un funcionario público no sea candidato al mismo tiempo y no tenga poder o influya en los comicios. Para Abad, el primer intento fallido fue enviarla a Israel en menos de diez días, cuando el procedimiento normal es que el cuerpo diplomático tiene un mes para trasladarse al país donde le asignan su misión. El segundo intento fue cuando detuvieron al hijo de la vicepresidenta por el presunto delito de oferta de tráfico de influencias en la Vicepresidencia, en el caso que se denominó Nene. Sebastián Barreiro, a pesar de estar bajo investigación, fue puesto en la cárcel de máxima seguridad La Roca, una prisión destinada a los cabecillas de las bandas criminales.
El tercer revés del Gobierno lo tuvo desde sus antiguos aliados, los legisladores de las bancadas mayoritarias en el Congreso, que esta vez fallaron en contra de las intenciones del presidente y no autorizaron que Abad sea enjuiciada penalmente, tras un intento de la Fiscalía de vincularla en el caso Nene. “¿Tiene un hijo y al novio procesado y va a decir que no está involucrada?”, dijo Noboa, quien reclamó que la “salvó” el “viejo Ecuador”, que se refiere a todos los partidos, excepto al que él pertenece. El cuarto intento por no permitir el ascenso de Abad a la Presidencia fue a través de la respuesta del procurador del Estado sobre un pedido que hizo el mandatario de no pedir licencia para la campaña, porque se trata de un Gobierno de transición. A lo que el funcionario respondió que la pregunta corresponde a cambios constitucionales y se abstuvo de dar una resolución.
Un quinto intento ha sido a través de una denuncia que realizó un funcionario público al Tribunal Electoral para sancionar a Abad por campaña anticipada en el 2022, cuando participó para la Alcaldía de la ciudad de Cuenca. Ahora Abad se prepara para el siguiente paso incierto que pueda dar el Gobierno. Cree que se están usando las estructuras públicas como el Centro de Inteligencia Estratégica para buscar la forma de hacerla caer. “¿Qué hace el CIES? Se está usando como brazo gubernamental para perseguir a quienes no piensan como ellos?, afirma la vicepresidenta. “Eso no es caer sola. Es un Estado que quiere quitar del camino a una funcionaria que es electa por voluntad popular”, añadió.
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