Colombia: hora de escapar

Petro debe escapar de aquellos que quieren ver desaparecer a los opositores como si la vida fuera un juego de ajedrez

Seguidores de Rodolfo Hernández reaccionan a los resultados de la elección.CHELO CAMACHO

Es hora de escapar. Pero no de hacer maletas así como muchos vienen anunciando desde hace meses, convirtiendo el sistema democrático colombiano en una especie de chantaje al país entero.

¿O acaso es muy demócrata ir de arriba a abajo diciendo “voy a cerrar mis empresas, voy a despedir a mis empleados y me voy a llevar mi plata a otra parte si gana tal candidato”? Sí, es cierto, cada cual puede hacer con su dinero y con su vida lo que se le venga en gana, pero convertir eso en un elemento de presión para evitar que gane equis o ye persona una elección no parece ser el talante de alguien ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Es hora de escapar. Pero no de hacer maletas así como muchos vienen anunciando desde hace meses, convirtiendo el sistema democrático colombiano en una especie de chantaje al país entero.

¿O acaso es muy demócrata ir de arriba a abajo diciendo “voy a cerrar mis empresas, voy a despedir a mis empleados y me voy a llevar mi plata a otra parte si gana tal candidato”? Sí, es cierto, cada cual puede hacer con su dinero y con su vida lo que se le venga en gana, pero convertir eso en un elemento de presión para evitar que gane equis o ye persona una elección no parece ser el talante de alguien que se diga respetuoso de la democracia.

Escapemos, más bien, de ese derrotismo que este domingo dejó a muchos con caras largas porque no ganó el candidato que querían. Escapemos para recordar que Colombia desde hace casi 100 años no elegía un gobierno con un talante de izquierda. Ha pasado casi un siglo (noventa y dos años para ser exactos) desde el inicio de aquella hegemonía liberal que le garantizó a los colombianos las prestaciones sociales para los trabajadores, las vacaciones obligatorias, la libertad de cultos y hasta soñó con una reforma agraria que hoy sigue siendo un gran pendiente para el país.

Es hora de escapar del círculo interminable que hace décadas tiene a nuestro país atrapado entre la violencia y la pobreza que se multiplican año tras año. Escapemos del círculo vicioso que nos hace todos los días contar muertos como si se tratara de accidentes inevitables. Escapemos de esa burbuja que hace que muchas veces no nos demos cuenta que aquel que está a nuestro lado puede estar llevando en silencio una vida llena de dificultades.

¿Es Gustavo Petro la persona llamada a romper ese ciclo? No me atrevería a decir que sí, pero tampoco puedo negarlo de tajo. En las elecciones de este domingo, sin duda, Colombia escapó de uno de sus grandes temores históricos: votar por la izquierda.

Tuvieron que darse el proceso de paz con las FARC y un gobierno de derecha bastante regular para que más de once millones de colombianos se atrevieran a dar el salto. Ahora Petro y su equipo de trabajo deben demostrar que no llegaron al poder para convertirse en un mero espejo de los errores del conservadurismo, pero agitando una bandera de otro color. ¿Qué significa eso?

Petro y los suyos deben escapar de ese fantasma temido por todos y es que su Gobierno se convierta en una réplica del régimen venezolano, con todas sus desgracias. Petro debe escapar de algunos de sus más cercanos asesores que para todo el país (incluyendo a los seguidores del Pacto Histórico) representan a esa vieja política que se ha dedicado por décadas a robarnos las esperanzas y sin jamás recibir el merecido castigo. Petro debe escapar del fantasma que muchos ven en él y demostrar que puede hacer un gobierno responsable con Colombia y los colombianos. Petro debe escapar de aquellos que quieren ver desaparecer a los opositores como si la vida fuera un juego de ajedrez.

Colombia: es hora de escapar de los viejos temores, pero también de las nuevas venganzas. Es hora de escapar para aprender a convivir con las diferencias. Escapemos de nuestros miedos y abramos un compás de espera: en el planeta entero ha habido gobiernos de izquierda malos, pero también los ha habido buenos. Esperemos antes de escapar.

Archivado En