Con una tasa de paro del 22,5% en la Comunidad Valenciana, el presidente de la Generalitat, Fracisco Camps, decidió ayer concentrar sus esfuerzos en el conflicto que mantiene con el Gobierno central a cuenta del plan urbanístico de El Cabanyal.
Cerca de 10.000 personas, según la Policía Local, exigieron ayer en las calles de Dénia que el Ministerio de Fomento y la Consejería de Infraestructuras aparquen su bronca política y comprometan inversiones reales para el tren Gandia-Dénia que La Marina Alta lleva exigiendo 36 años, desde su desaparición en 1974.
El cerebro de la trama urbanística de Llíber, el empresario de Xàbia Miguel Muntaner, pugnó por establecer un imperio inmobiliario en La Marina Alta durante la última década, coleccionó varios expedientes de infracción urbanística y utilizó sus contactos con las agencias británicas para intentar trasladar sus actividades a otros países europeos.
MIGUEL OLIVARES | Valencia
Las federaciones manufactureras reivindican su papel para formar empresarios y canalizar ayudas públicas