Vida&Artes
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Quizá nunca se había ido tan lejos al justificar un asesinato machista en los medios de comunicación. Y eso, en un país tan sensibilizado como España en la lucha contra la violencia que sufren las mujeres: cuesta en torno a 70 vidas y genera más de 134.000 denuncias al año.
Apenas 100 días de Gobierno y una sola consigna repetida hasta la saciedad -recortar, recortar y recortar- han bastado al presidente catalán Artur Mas (CiU) para poner en ebullición el sistema sanitario catalán. Varios miles de trabajadores de los grandes hospitales de Barcelona y Tarragona salieron ayer y el miércoles a la calle.
Para reducir gastos o ahorrar en sanidad hay medidas polémicas, como el copago, que propuso el presidente de la comunidad murciana, Ramón Luis Valcárcel, en marzo. Pidió que los ciudadanos se hagan cargo de parte de la factura sanitaria. El asunto tiene precedentes, también de otros signos políticos.
Si la pena de muerte en Estados Unidos llega a tener un punto y final no será porque genere un debate social ni porque sea obvio que semejante castigo viola derechos humanos y es impropio de países civilizados. La máxima pena acabará muriendo en los tribunales, tras largas y costosas demandas y argumentaciones jurídicas.
La batalla de la radio se ha decantado del lado de la SER. La cadena del grupo PRISA ha sumado en el último trimestre 440.000 oyentes a los tenía a finales del año pasado, con lo que su audiencia media se sitúa en 4.695.000 personas, según los datos de la primera oleada del Estudio General de Medios (EGM), difundida ayer.
La Cátedra Unesco de Comunicación de la Universidad de Málaga ha concedido el Premio Internacional a la Libertad de Prensa a los cinco medios que publicaron los documentos secretos de la diplomacia estadounidense filtrados por Wikileaks: EL PAÍS, The Guardian, The New York Times, Le Monde y Der Spiegel.