En busca del Santo Grial de la música
La palabra es sencilla: Organum. Está muy cerca de otra: Melos. Ambas conviven en el margen inferior izquierdo del pergamino número 229 del Antifonario de León. Mientras copiaba la parte más imponderable de los sonidos mozárabes allá por el siglo X, el abad Totmundo apenas imaginaba que la posterior imposición papal del Canto Gregoriano, cuyo sistema tonal permitió la evolución hacia la armonía, sumiría en el olvido el significado de los símbolos caligrafiados en este legendario manuscrito.