"No habrá recuperación hasta que se vuelva a crear empleo". Hace apenas dos meses, en el último gran debate económico que se celebró en el Congreso, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fijó la frontera de esta crisis en el mercado laboral.
El FMI es menos optimista aún que hace unas semanas respecto de la economía alemana y ayer rebajó drásticamente las previsiones de crecimiento para este año y el que viene. En 2010 el producto interior bruto (PIB) de la primera economía europea crecerá, según el informe presentado ayer por el organismo internacional, un 1,2% y no un 1,7% como pronosticaba el FMI a principios de febrero. En 2011 el crecimiento alcanzará el 1,7% y no el 1,9%.
La recesión mundial ya ha quedado atrás. Pero eso no es sinónimo de recuperación. Los riesgos de recaída acechan. Y uno de ellos está en el sistema financiero. "Se requiere más trabajo para restaurar la solvencia en el balance de varios bancos internacionales", reza la carta que firman cinco líderes del G-20, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enviada al resto de miembros.
La crisis inmobiliaria le costará a la banca irlandesa unos 31.800 millones de euros por créditos malos. El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, presentó ayer en el parlamento la segunda fase del plan de reconversión bancaria del país como consecuencia de la crisis financiera.
El proceso para que las cajas de ahorros gallegas se fusionen parece un lodazal. Por ahora lo único cierto es un escueto compromiso de un folio que lleva la firma del director de Caixa Galicia, José Luis Méndez (28 años en el cargo), y del presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso (44 años en la caja de Vigo).