La gran fiesta del cine
Fue una noche de amigos, felicidad y optimismo, en la que el número de premios se repartió entre los dos grandes títulos favoritos, aunque con un claro vencedor, Celda 211, esa incursión en el cruel mundo carcelario dirigida por Daniel Monzón, que se alzó con ocho premios Goya, entre ellos el de mejor película, director, guión adaptado y actor protagonista.
La pareja real del cine español, Javier Bardem y Penélope Cruz, los oscarizados, los más bellos y también de los más talentosos estaban allí sentados. Y dieron premios. Por de pronto, Bardem se gustó, imitó a Malamadre y le entregó a su amigo Luis Tosar el Goya a la mejor interpretación masculina.
Sostuvo Andreu que Antonio Resines le había dicho antes de la gala "hagas lo que hagas te van a poner a parir". Y gracias a tan sabio consejo, o quizás por los años de tablas y experiencia al frente de su programa nocturno, Buenafuente pisó con seguridad el escenario, lanzó chistes impecables y sacó adelante ese caramelo envenenado, más por la inmisericorde mirada de la profesión que por la repercusión mediática
La pareja Álex de la Iglesia y Andreu Buenafuente arrasaron. Si la ceremonia ayer se convirtió en una fiesta, fue gracias al talento aunado del presidente de la Academia y al showman, que supo entender lo importante que es el buenrollismo y el humor para que la gente disfrutara en televisión tanto como en el patio de butacas.
INÉS MUÑOZ MARTÍNEZ-MORA | Madrid
Anoche en los 'goya' se vio de todo, desde la tendencia en estado puro a lo más clásico
JUAN ÁNGEL VELA DEL CAMPO