Un maestro de la tragicomedia
Fue durante décadas el rostro de lo que se llamaba "el españolito medio", ese hombre desbordado por la vida o por una sueca despampanante. José Luis López Vázquez pertenecía a esa casta de actores atípicos cuya sola presencia evocaba todo un mundo de frustraciones, miserias y también esperanzas.
Su El Evangelio según Jesucristo levantó ampollas en la sociedad conservadora de su país, hasta el punto de que el Gobierno portugués consideró oportuno impedirle a José Saramago que concurriera con esa novela a un concurso europeo. Fue a principios de 1990, y el escritor que luego (en 1998) ganó el Nobel de Literatura se fue de Portugal a Lanzarote entristecido por la agresión sufrida.
A cada rato habla de "la película" en lugar de "la novela". Enseguida rectifica. No es de extrañar. Han sido 35 años dedicados al cine y 23 filmes rodados. Manuel Gutiérrez Aragón, que ayer obtuvo el Premio Herralde por su primera novela, La vida antes de marzo, se ríe con la confusión y se acuerda de ese personaje de Stanley Kubrick ¿Teléfono rojo?.