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El ex director general de Marina Mercante José Luis López-Sors se sentará en el banquillo de los acusados en el juicio por la catástrofe del Prestige que se celebrará en principio en 2010. Casi siete años después de la gigantesca marea negra que tiñó de fuel la costa desde la desembocadura del Miño hasta el Canal de la Mancha, ha vuelto a producirse un sobresalto.
Jacobo Piñeiro Rial / GABRIEL TIZÓN
"Yo ya no sé si la decisión del jurado fue por homofobia, por racismo o por ignorancia", declaraba ayer Marta Pérez Triviño, madre de uno de los dos jóvenes que Jacobo Piñeiro Rial, en la foto, acuchilló contumazmente (57 puñaladas) en Vigo, en 2006. Un jurado popular absolvió al acusado por entender que actuó en legítima defensa y bajo el miedo insuperable a ser muerto o violado.
Otra sentencia de un juzgado viene a añadir más inseguridad jurídica al empantanado sector de la acuicultura en Galicia. La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en un fallo conocido ayer, anula la declaración de impacto ambiental que la Xunta de Manuel Fraga emitió para autorizar la construcción de la piscifactoría de Rinlo, en Ribadeo, en 2005.
Fue después de aplaudir al conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, por su apoyo a las empresas con una línea de créditos que pretende movilizar 400 millones de euros hasta final de año. Como anfitrión, el presidente de la Confederación de Empresarios, Antonio Fontenla, presentaba un estudio sobre la evolución de los emprendedores entre 2005 y 2008.
La madrugada del 13 de julio de 2006, un joven de Cangas, Jacobo Piñeiro Rial, de 28 años, mató con un cuchillo a Isaac Pérez Triviño, de 27 años, y a Julio Anderson Luciano, de 32, en el piso de las víctimas, en la calle Oporto de Vigo. Los dos fueron apuñalados 57 veces en total, en dos tandas, y en la segunda después de haber sido atados.
No somos culpables y no podemos hacer nada para frenar el cambio climático. A sus 90 años, el químico y ambientalista británico James Lovelock (Hertfordshire, 1919) no irradia precisamente optimismo y esperanza de futuro para las personas, que no para la Tierra, Gaia, ese ente que se autorregula para procurarse unas buenas condiciones para sí misma.
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