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Isabel Celaá con Rubén Puelles / LUIS ALBERTO GARCÍA
Ayer fue el día de san Ignacio, patrón de Guipúzcoa y Vizcaya, día festivo en estos territorios y jornada marcada por la persistencia del terrorismo. Centenares de personas exigieron ayer a mediodía el final de ETA, en la misma jornada que se señala como la del nacimiento oficial de la organización hace cincuenta años.
Los ertzainas y los sindicatos policiales se concentraron el 1 de abril de 2004 frente a la comisaría de Gernika para denunciar el "acoso laboral" que se estaba produciendo por diferentes mandos policiales.
Los cinco directivos del periódico Egunkaria que serán juzgados por integración en ETA aseguraron ayer que no son "culpables de pertenecer" a la banda terrorista, aunque sí lo son "de impulsar el euskera, la cultura vasca y los medios de comunicación" en esta lengua.
El PNV expresó ayer a través de su presidente, Iñigo Urkullu, una de las condenas más contundentes expresadas por este partido contra ETA, al negar a su actividad cualquier tipo de justificación política.
Azpeitia, en el día grande de sus fiestas, mantuvo ayer la tradición con su acento popular y religioso en la despedida de julio. La tradicional procesión y el encierro posterior -que trata de hacerse un hueco en el programa- fueron los aspectos más significativos en una jornada con nutrida concurrencia.
"Tráfico denso pero sin problemas destacables". Así resumía ayer la Ertzaintza la operación de tráfico más importante del verano.
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