Lo insólito deja de serlo en tiempos revueltos. Las cajas de ahorros reconocieron ayer por primera vez que la política está interfiriendo -para mal- en su autonomía. En mitad de una crisis financiera sensacional la patronal de las entidades de ahorros reclamó al Gobierno y a los partidos que lleven a cabo "las reformas legales que preserven el principio constitucional de autonomía empresarial" de las cajas.
La huida en masa de la Bolsa y de los mercados de activos financieros, que llevan meses colapsados, ha dado lustre a la deuda pública, como valor refugio en el que guarecer el dinero. Las respuestas a la crisis, con inéditos recortes en los tipos de interés y multimillonarios paquetes de incentivos fiscales, refuerzan aún más su protagonismo.
En plena crisis, aún estamos lejos de recomendaciones como cultivar verduras en la terraza, propias de tiempos de guerra, pero nos acercamos. El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, pidió ayer a los ciudadanos que consuman productos españoles para evitar que se cumpla la previsión de que la caída del consumo.
De la crisis nadie se libra. Tampoco el turismo que cerró el pasado año 2008 con la entrada de 57,4 millones de turistas lo que supone una caída del 2,6% sobre los 59,1 millones del año anterior. Es la primera caída desde la actual serie iniciada en 1995.