Problemático, gruñón y genial
En el caso de Gérard Depardieu (Châteauroux, 1947), la equidistancia entre el relumbrón artístico y el caos personal adquiere tintes de leyenda. La extraodinaria bestia cinematográfica es, con más de 150 películas a sus espaldas, uno de los grandes de la interpretación. También el dueño de una vida abrupta y caótica en el ámbito privado, una vida que ayer llegó al simbólico número de 60 primaveras.