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Soldados rusos patrullan las calles de Tsjinvali / AP
Georgia acusó ayer a Rusia de haber violado el alto el fuego con el despliegue de sus tropas y las de sus aliados surosetios por varias zonas del interior del país, especialmente en la ciudad de Gori, la segunda urbe georgiana y la más dañada por la guerra que ya dura seis días, a sólo 30 kilómetros de la frontera con el enclave separatista de Osetia del Sur.
En un intento de restaurar su debilitada autoridad en una región estratégica del mundo, el presidente de Estados Unidos, George Bush, anunció ayer un vasto esfuerzo humanitario en Georgia, dirigido y ejecutado por el Pentágono, al mismo tiempo que una iniciativa diplomática orientada a forzar a Rusia a retirar sus tropas.
Los dirigentes de las repúblicas bálticas, especialmente de Lituana, así como los de Polonia y Ucrania, han volcado todo su apoyo en favor de Georgia en el conflicto con Rusia y buscan la manera de castigar "la agresión" por parte del Kremlin contra "un pequeño país de Europa".
La Unión Europea decidió ayer enviar observadores para supervisar la aplicación del todavía frágil acuerdo de paz entre Rusia y Georgia, auspiciado por Francia.
Un soldado ruso abraza a una mujer en un refugio de la ciudad de Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur, asaltada la semana pasada por el Ejército georgiano y que fue destruida durante los combates.
La imagen del cuerpo semidesnudo de una joven prostituta africana, sucio y abandonado en el suelo de una celda del cuartel de policía de Parma (en el norte de Italia) ha conmocionado al país.
Uno de cada cinco dólares que Estados Unidos ha gastado en Irak desde 2003 a 2007 se ha destinado a pagar contratos con empresas privadas que ofrecen distintos servicios al Pentágono, según un informe de la Oficina de Presupuestos del Congreso publicado en su página web.
Siria y Líbano acordaron ayer restablecer relaciones diplomáticas plenas y pusieron fin al enfriamiento surgido hace tres años tras el asesinato del primer ministro libanés Rafik Hariri y del que parte de la clase política libanesa acusa a sus vecinos sirios.
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