Operación contra el urbanismo salvaje
El alcalde de Estepona (Málaga, 60.328 habitantes), Antonio Barrientos, del PSOE, y otras 24 personas, entre concejales, altos cargos municipales y empresarios, sobre todo de la construcción, fueron detenidos ayer en la última operación policial contra la corrupción urbanística. Dos años y tres meses después de que la Costa del Sol se viera sobresaltada por la Operación Malaya, que se centró en Marbella, ayer le llegó el turno a su localidad vecina.
Hasta ayer, la única imputación judicial que se le conocía al alcalde de Estepona era una presunta calumnia contra un ex concejal del PP por decir que había metido la mano en la caja.Lo que sí resultaba evidente hasta ahora era una estrecha asociación entre el apellido Barrientos y el adjetivo controversia.
Las medidas anticorrupción introducidas en la Ley del Suelo aprobada en mayo de 2007, que afectaban a concejales y alcaldes, no se pueden aplicar por falta de base jurídica para hacerlo.
Mariano Rajoy, concentrado estos días en confirmar su equipo y elegir al secretario general, ha decidido dejar en manos de Ana Pastor el asunto más delicado, donde está encontrando más problemas para llegar a un pacto: el matrimonio homosexual. Ya fue el eje de la discusión hace cuatro años, y la polémica regresa.
Los partidarios de las primarias en el PP celebraron ayer un acto que arrancó con la emisión de un vídeo de unos dos minutos muy crítico con Rajoy.
Sólo una "revelación divina" pudo inducir al perito policial Manuel Escribano a enlazar el 11-M con ETA en su informe sobre el caso ácido bórico. El fiscal empleó esta ironía para cuestionar el rigor científico del, según lo definió, "proyecto de informe" por el que ha acabado en el banquillo, por falsedad, la cúpula de la policía científica.
El auto del juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional por el que ordenó el pasado lunes prisión para 15 de los 20 detenidos por integración en la mafia rusa Tambóvskaya radiografía las entrañas de la red. De entrada, da un perfil muy preciso de su jefe, Gennadi Petrov, cuya trama se asentó en España en 1996.