El largo sueño del bombero
JOSÉ MANUEL CALVO | Washington
El bombero Donald Herbert tenía 34 años cuando el techo de la casa de Buffalo (Nueva York) en la que estaba tratando de apagar un incendio se desplomó. Herbert quedó inconsciente y pasó varios minutos sepultado, sin oxígeno. Entró en coma, pero dos meses y medio después pasó a un estado indefinido de consciencia vaga: casi ciego, mudo y prácticamente sin comunicación con el mundo, excepto algún "sí" y algún "no".