La 'guerra del velo' llega a las empresas
Un tribunal de París decidirá si un signo religioso justifica un despido
Ahora tiene 30 años, pero desde que era adolescente lleva un velo islámico estricto, que oculta su cabello, las orejas y el cuello. Esta prenda se encuentra en el origen del despido de Tallila Tahri, una mujer nacida en Argelia que se ha educado en Francia y hasta julio pasado trabajaba en una empresa de mercadotecnia telefónica. La compañía la puso en la calle por la muy precisa razón de "llevar el velo islámico".