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Mauricio Pellegrino demostró ayer en Glasgow que se trata de un futbolista diferente. Dotado de un valor extraordinario. Capaz de lanzar (y marcar) un penalti decisivo, después de lo que sucedió el pasado verano: falló en Milán, en la pasada final de la Liga de Campeones, el penalti fatídico ante el Bayern. El tanto final de Mista supuso, por fin, conjurar el trauma de Milán.
El Slovan Liberec, que ya había eliminado al Celta, se exhibió en Son Moix ante un pobre rival
El Senado concluye que el fútbol está podrido y pide medidas penales
Cansancio físico, bloqueo psicológico u obcecación técnica. O tal vez por un poco de todo eso, Alexéi Shírov perdió ayer la primera partida de cuartos de final ante Viswanathan Anand, que fue implacable.
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