Tres aviones españoles participaron en una operación conjunta de trece naciones aliadas
Misiles de crucero lanzados masivamente desde aviones y barcos alcanzaron ayer múltiples objetivos militares en Serbia, Kosovo y Montenegro, cumpliendo la amenaza que la OTAN había hecho a Slobodan Milosevic por no aceptar una solución pacífica de la crisis de Kosovo. En la primera acción ofensiva de la Alianza Atlántica contra un Estado soberano en sus 50 años de historia, los misiles alcanzaron aeropuertos, factorías de armas e instalaciones militares en los alrededores de Belgrado, de Pristina y de otras ciudades del país. Dos F-18 españoles tomaron parte en la operación, así como también aviones de Alemania, que, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, participa en una acción de guerra. Rusia, como señal de protesta, suspendió su cooperación con la OTAN.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió ayer en sesión de emergencia a petición de Rusia, que busca una declaración de condena al ataque de la OTAN sobre Yugoslavia. China unió su posición a la de Rusia y calificó de "inaceptable" el bombardeo. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, admitió que "en ciertos momentos el uso de la fuerza puede ser legítimo", pero consideró que "el Consejo de Segruidad de la ONU debería estar implicado" cuando se trata de una acción militar contra un país soberano.Rusia anunció, en protesta por el ataque de la OTAN, la suspensión de sus relaciones de cooperación con la Alianza Atlántica y advirtió de que se reserva "el derecho a tomar medidas militares si el conflicto se extiende" y amenaza su seguridad.
Por seis votos contra uno, los jueces lores del comité de apelación sobre la inmunidad de Augusto Pinochet dictaminaron ayer que el ex dictador chileno puede ser sometido a un proceso de extradición a España si el ministro del Interior británico, Jack Straw, así lo decide. El más alto tribunal del Reino Unido, sin embargo, recortó en gran medida las acusaciones presentadas contra Pinochet por el juez español Baltasar Garzón, al excluir de los cargos los delitos cometidos antes de finales de 1988, cuando Londres ratificó la convención internacional contra la tortura. El fallo sobre Pinochet, que entregó el poder en enero de 1990, fue celebrado por sus detractores y por sus partidarios.