El Gobierno de Trump lanza un operativo migratorio en Nueva Orleans
Agentes llegan a la ciudad demócrata para una operación denominada ‘Catahoula Crunch’, la cual ha sido celebrada por el gobernador republicano de Luisiana
Las autoridades migratorias han iniciado este miércoles un operativo en Nueva Orleans, Luisiana, como parte de la ofensiva del Gobierno de Donald Trump contra la inmigración. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha anunciado que la operación denominada Catahoula Crunch busca arrestar a “inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales que andan libres gracias a las políticas de ciudad santuario” de la ciudad.
En el anuncio del operativo, Tricia McLaughlin, portavoz del DHS, afirmó que los agentes perseguirán a “los peores de los peores delincuentes extranjeros ilegales”. La nota de prensa incluye una lista de 10 personas que, según el departamento, han sido liberadas de las cárceles locales debido a las políticas santuario de la ciudad. El Departamento de Justicia incluye a Nueva Orleans en su lista de Estados y ciudades que considera jurisdicciones santuario, donde existen políticas estatales o locales que limitan la cooperación con las autoridades migratorias.
“Es absurdo que estos monstruos hayan sido liberados de nuevo en las calles de Nueva Orleans para COMETER MÁS DELITOS y crear más víctimas. Los objetivos de Catahoula Crunch incluyen criminales violentos que fueron liberados después de ser arrestados por invasión de domicilio, robo a mano armada, robo de vehículo y violación“, aseguró McLaughlin en el comunicado. En declaraciones a la CNN, la funcionaria añadió que las autoridades buscan arrestar unas 5.000 personas “o más”.
Nueva Orleans es una especie de oasis demócrata en un Estado republicano. El gobernador de Luisiana, el republicano Jeff Landry, ha celebrado el lanzamiento del operativo y ha pedido también el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional en la región, mientras las autoridades locales de Nueva Orleans llevan días alertando a los residentes. El presidente Trump dijo el martes que aprobaría la solicitud del gobernador para el despliegue de tropas en el Estado en las “próximas dos semanas”, sin dar más detalles.
En los últimos meses, la Administración federal ha impulsado operativos migratorios de este tipo en otras ciudades demócratas como Los Ángeles, Chicago y Charlotte, en Carolina del Norte. En todos ellos, la gran mayoría de los detenidos no tenían antecedentes criminales, y algunos incluso eran ciudadanos estadounidenses. Esta semana también se llevará a cabo otro operativo en las ciudades de Minneapolis y St. Paul (Minnesota) dirigido a los migrantes somalíes, a quien Trump tilda de “basura”.
La nueva alcaldesa de Nueva Orleans, Helena Moreno, una demócrata de origen mexicano y quien asumirá el cargo en enero, expresó preocupación sobre “violaciones del debido proceso y posibles abusos” cometidos por las autoridades migratorias en los grandes operativos similares en otras ciudades. “Quiero que nuestra comunidad conozca y esté informada sobre las protecciones que ofrece la ley”, dijo en un comunicado antes de que la operación empezara.
No está claro cuántas agencias participarán en el operativo, pero en otras ciudades han colaborado una docena, incluyendo la Patrulla Fronteriza, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Administración para el Control de Drogas (DEA). La cifra de agentes podría superar los 250, según estimados basados en los despliegues en otras ciudades. Tampoco se sabe cuánto durará la operación en Nueva Orleans, aunque previamente el Gobierno ha hablado de varios meses.
Los operativos en las diversas ciudades han estado encabezados por la Patrulla Fronteriza y dirigidos por Gregory Bovino, quien ha sido fuertemente criticado por impulsar tácticas agresivas contra los migrantes y quienes protestan contra las redadas. Hace unas semanas, en Chicago, el agente fue grabado lanzando una botella de gas lacrimógeno contra una multitud de manifestantes, incluso después de que una jueza federal hubiese prohibido su uso para aplacar las protestas que surgieron en respuesta a las detenciones realizadas por los agentes.
El Gobierno de Trump ha bautizado estos operativos con nombres cargados de simbolismo y trasfondo irónico, como parte del sello de la narrativa antiinmigrante de su Administración. La operación en Nueva Orleans se llama Catahoula Crunch, un juego de palabras que se puede referir a la parroquia y el lago Catahoula de Luisiana, o a una raza de perro típica de la región, el catahoula. (Crunch significa aplastar). Los nombres han sido criticados por su connotación ofensiva.
Trump ha asegurado que Nueva Orleans “tiene un problema de criminalidad”, como ha dicho sobre otras ciudades a donde ha enviado agentes migratorios. Sin embargo, las estadísticas demuestran lo contrario: en mayo pasado, el Departamento de Policía de Nueva Orleans informó de una disminución general del 20% en los incidentes de delitos violentos denunciados en comparación con el mismo periodo de 2024.
La economía de Nueva Orleans depende en gran medida del turismo, y el operativo de redadas migratorias podría afectar la fuerza laboral de la industria, particularmente de servicios, donde los migrantes ocupan una porción importante. La consiguiente escasez de mano de obra podría crear un ambiente perjudicial para la ciudad de cara a la temporada alta a comienzos de año, cuando se realizan los principales festivales, incluyendo el famoso Mardi Gras.
La ciudad está sumida en una crisis económica, con un déficit fiscal estimado en más de 220 millones de dólares. La alcaldesa saliente, LaToya Cantrell, fue acusada en agosto de cargos federales, incluyendo obstrucción de la justicia y hacer declaraciones falsas, de los que se ha declarado no culpable.
La comunidad migrante de Nueva Orleans, en su mayoría hondureña, lleva semanas preparándose para la llegada de los agentes. Abogados migratorios y organizaciones defensoras de migrantes han hecho un llamamiento para que las personas permanezcan en casa. Ha habido protestas, y algunos negocios han colocado rótulos que indican que los agentes no son bienvenidos en sus locales.