El acuerdo para acabar con el cierre del Gobierno pone en riesgo la sanidad de 24 millones de personas
Los republicanos solo se comprometen a una votación en diciembre para continuar los subsidios a los seguros médicos
Por casi 40 días, los demócratas mantuvieron un pulso con la Administración de Donald Trump, negándose a ceder ante las presiones del presidente para reabrir el Gobierno federal. Las consecuencias del cierre gubernamental más largo de la historia de Estados Unidos no fueron pequeñas: despidos masivos de trabajadores federales, caos en los principales aeropuertos del país, la interrupción del programa de cupones de alimentos del que dependen uno de cada ocho estadounidenses… Los demócratas se mantuvieron firmes porque estaba en juego el acceso a la asistencia médica de millones de personas, que pueden costearse un seguro gracias a los subsidios federales que vencen a finales de año y cuya renovación mantuvo a los dos partidos enfrentados durante más de un mes. Ahora, con un acuerdo a la vista para acabar con la clausura de la Administración, el acceso a una asistencia sanitaria asequible vuelve a peligrar.
El domingo pasado, siete senadores demócratas cambiaron de bando y, junto a otro senador independiente, facilitaron el acuerdo que se votará esta semana en el Congreso y que luego pasará al escritorio de Trump para acabar con el cierre parcial del Gobierno. Además del legislador independiente Angus King (Maine), los senadores Tim Kaine (Virginia), Dick Durbin (Illinois), John Fetterman (Pensilvania), Jeanne Shaheen (New Hampshire), Catherine Cortez Masto (Nevada) y Jacky Rosen (Nevada) cedieron en la condición que desde su partido se consideraba innegociable. Los republicanos, a cambio del apoyo, solo se comprometen a celebrar una votación sobre los subsidios en diciembre; una vaga promesa que no convence.
“El cierre del Gobierno puede estar llegando a su fin, pero la lucha para contener los costos de atención médica debe continuar”, declaró Anthony Wright, director ejecutivo de Families USA, una organización de defensa de los derechos de salud, en un comunicado este lunes. Los millones de estadounidenses que compran su propio seguro de salud ahora “corren el riesgo de enfrentar primas que se disparen o de perder su cobertura por completo. Nos decepciona profundamente que este acuerdo incluya únicamente la promesa de una votación futura sobre la extensión de los créditos fiscales para las primas”, añadió.
Los subsidios que vencen a finales de año forman parte Ley de Atención Médica Asequible (ACA, por las siglas en inglés), conocida como Obamacare, porque fue durante la presidencia del líder demócrata cuando se aprobó. La Administración de Barack Obama ideó la norma para que millones de personas que no tenían acceso a la sanidad pudieran costearse un seguro médico, al que acceden a través de un mercado que ofrece precios más bajos. Los subsidios que reciben para comprar los seguros se aprobaron durante la pandemia y es probable que desaparezcan a partir de enero, ya que para conseguir el respaldo necesario para aprobar los presupuestos, el Gobierno no ha necesitado ceder en ese terreno.
En un país donde los precios de la asistencia médica son tan desorbitados que convierten la sanidad en un lujo, unos 24 millones de personas tienen seguro a través del Obamacare, un número que se ha duplicado desde que se aumentaron los subsidios en 2021.
Estos créditos fiscales benefician a las personas de bajos y medianos ingresos que no reciben seguro médico a través de un empleador u otro programa gubernamental. Trabajadores de restaurantes y comercios minoristas, propietarios y empleados de pequeños negocios, barberos, peluqueras, y trabajadores temporales de Uber, ganaderos, agricultores, músicos y artistas, agentes inmobiliarios, dentistas … Son trabajadores cuyos ingresos no son tan bajos como para poder acceder al programa Medicaid, reservado para los más pobres, pero quienes no se pueden permitir pagar un seguro, por lo que dependen de los subsidios. Estos garantizan que las primas no superen el 8% de sus sueldos.
Sin estas ayudas, ese porcentaje podría dispararse hasta el 25% de sus salarios. Como un ejemplo, para alguien que paga 400 dólares al mes, la prima se podría incrementar hasta los 1.400 dólares mensuales. Los expertos calculan que unos cuatro millones de personas se quedarán sin seguro médico por no poder pagarlo.
El presidente Trump ya intentó infructuosamente derogar la ley durante su primer mandato. El pasado fin de semana reiteró su intención de eliminar los subsidios, publicando en su red social Truth que eran una “ganancia inesperada para las compañías de seguros de salud y un DESASTRE para el pueblo estadounidense”.
Factura política
Queda por ver cómo afectará la pérdida de los subsidios en las elecciones de mitad de mandato de 2026. Este año, 18,7 millones (77%) del total de 24,3 millones de inscritos en el mercado de la ACA viven en Estados que el presidente Trump ganó en las elecciones de 2024.
El apoyo público sigue siendo alto para extender los créditos fiscales de la ACA, con tres cuartas partes (74%) de la población a favor de continuarlos, según una encuesta reciente de KFF, una organización independiente de investigación sobre la salud.
De acuerdo con el mismo sondeo, más de la mitad (55%) de quienes contratan su propio seguro médico, la mayoría a través de los mercados de la ACA, afirman que los demócratas deberían rechazar un presupuesto que no incluya una prórroga para los subsidios. De cara a las elecciones del próximo año, la encuesta muestra indicios de que los votantes dan ventaja al Partido Demócrata en temas relacionados con los costos de la atención médica. Al preguntarles qué partido consideran más confiable para gestionar mejor el futuro de la ACA, un mayor porcentaje de votantes se inclina por el Partido Demócrata (43%) que por el Partido Republicano (32%).