Miami se afianza como capital del ‘lifting’ brasileño de glúteos
La cirugía de aumento de nalgas se ha duplicado en la principal ciudad de Florida en los últimos años, mientras nuevas legislaciones buscan limitar los riesgos asociados y la mortalidad
Vienen a Miami desde todos los rincones del país, a la ciudad que se ha establecido como la meca del Brazilian Butt Lift, o BBL, un procedimiento quirúrgico estético de aumento de glúteos. A pesar de problemas que se venían acumulado con los años, incluyendo clínicas que operan en zonas legales grises y la mayor cantidad de muertes por cirugía estética en el país, las últimas estadísticas demuestran que nada mueve a Miami de la cima. Si bien la mortalidad se ha reducido gracias a regulaciones más estrictas y métodos quirúrgicos más precisos, no todo es color de rosa, y una gran parte de la vibrante industria se mantiene en la nebulosa.
Miles de personas se desplazan cada año hasta el sur de Florida para realizarse esta cirugía que consiste en tomar grasa de distintas partes del cuerpo con una liposucción e inyectarla en el trasero. Según las últimas estadísticas, de las casi 30.000 cirugías de aumento de glúteos que se realizaron en Estados Unidos el año pasado, la mitad se llevaron a cabo en la región sureste, que incluye a Florida. Miami, con cientos de cirujanos plásticos y docenas de clínicas, es el epicentro de la vibrante industria de la cirugía cosmética estadounidense, y los BBL son la joya de la corona.
Ha sido el procedimiento quirúrgico estético de más rápido crecimiento en la última década. Si bien la cantidad a nivel nacional se ha mantenido sin cambio en los últimos años, entre 2022 y 2024, en la región Sureste se han duplicado, según cifras de la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS). Los BBL también han sido las cirugías estéticas de mayor tasa de mortalidad. El sur de la Florida lidera en la cantidad de muertes relacionadas con cirugías cosméticas en la nación, y la mayoría de los casos han sido de BBLs. Alarmados, los legisladores estatales han pasado leyes regulando esta práctica y la industria parece haber madurado con un mayor enfoque en la seguridad del paciente, pero el sector todavía opera en un gran vacío regulatorio, y las complicaciones siguen sucediendo, particularmente en el cuidado postoperatorio, según cirujanos y expertos consultados.
El boom de los BBL en Miami precede a la imagen popularizada por las Kardashians. Los expertos señalan que la popularidad se debe en buena parte a la influencia de los ideales estéticos de las grandes diásporas latinoamericanas que viven en la región, al clima caliente y a una cultura de obsesión con la imagen, fascinada por la promesa de la transformación física. Estudios indican que muchos pacientes creen que remodelar su figura aumenta su confianza, y ven en el BBL una forma de lograr un “físico ideal”. Los estudios también señalan el efecto de la comparación social, con la exposición a “imágenes curadas de cuerpos curvilíneos” en redes sociales como un factor importante en la concepción de esas normas.
“Este procedimiento es tan popular porque es muy poderoso: no hay otro que pueda crear estos resultados”, explica el doctor Pat Pazmiño, un cirujano plástico de Miami miembro de la ASPS. “En el pasado, en cirugía plástica, cuando queríamos definir contornos o aumentar el volumen, usábamos implantes. Pero estabas colocando un cuerpo extraño, y los implantes hay que reemplazarlos. En cambio, cuando utilizas el injerto de grasa del propio paciente, puedes crear cualquier contorno, de cualquier tamaño, en muchas zonas donde no se usarían implantes. Y no tienes que reemplazarlo”.
Pazmiño formó parte de un equipo que identificó que la mayoría de las muertes por BBL ocurrían por una complicación llamada embolia pulmonar por grasa (PTE, por sus siglas en inglés), que se produce cuando la grasa ingresa al torrente sanguíneo a través de venas en los músculos glúteos e impide el flujo de sangre hacia los pulmones. Para evitarlo, se debe inyectar la grasa sobre el músculo, evitando penetrarlo, un método que se implementó como ley en el Estado y ha sido ampliamente adoptado en el gremio. Pazmiño también promovió el uso del ultrasonido durante la cirugía para mejorar la visibilidad y evitar pinchar el músculo.
Parecía que se había resuelto el problema, pero las muertes seguían, la mayoría en clínicas de bajo costo que habían ayudado a impulsar la popularidad de Miami como la meca del BBL. “Mujeres de todo EE UU venían a Miami a hacerse BBLs y morían. Esto le estaba dando una pésima imagen a Florida y a Miami”, dice Pazmiño. “Ofrecen precios peligrosamente bajos. Si entras a Google y pones ‘precio BBL Miami’ ves cifras tan bajas como 2.000 o 2.500 dólares en estas clínicas, lo cual es una locura. Porque cuando trabajas con un cirujano certificado por la junta, nuestros precios son cinco o seis veces ese monto”, añade.
En 2023 se pasaron más leyes, pero esta vez en lugar del método, se enfocaron en la práctica. Por ejemplo, el médico tenía que ver al paciente por primera vez al menos 24 horas antes de la cirugía, y solo podía atender a un paciente en cada procedimiento.
“Muchos de estos cirujanos en las clínicas de bajo presupuesto se reunían con los pacientes por primera vez pocos minutos antes del procedimiento. No es posible establecer una relación médico-paciente sólida en un período de tiempo tan breve”, indicó Pazmiño. La ley estatal también ha establecido que los cirujanos no pueden delegar la parte de liposucción del procedimiento ni la parte de injerto de grasa en otros, ni pueden abandonar el quirófano durante la cirugía.
No existe un sistema nacional que haga seguimiento de los resultados de los casos de BBL, pero las medidas parecen haber producido un cambio significativo en el mercado del sur de Florida, con cirujanos, pacientes y legisladores “hiperconscientes” del problema de seguridad, dice Pazmiño. “La buena noticia es que el número de muertes por PTE ha disminuido de forma notable en el año transcurrido desde la aprobación de la ley en 2023. La mala noticia es que los pacientes siguen muriendo por BBL, pero por otras causas, como infecciones, shock hemorrágico por sangrado, perforación de órganos abdominales y cuidados de recuperación posoperatoria inadecuados. Dimos un gran paso adelante, pero nuestro trabajo no ha terminado”, apunta.
Las regulaciones existentes no requieren que la cirugía se haga en un hospital o un centro de cirugía ambulatoria, donde el paciente podría pasar la noche en observación, y muchas se realizan en consultorios en centros comerciales que no ofrecen cuidado postoperatorio.
La competencia es intensa en el concurrido mercado de los BBL de Miami, y se ha volcado a las redes sociales. Decenas de centros de cirugía cosmética buscan captar clientes con descuentos navideños o por Halloween, con paquetes o combos de cirugías simultáneas, y planes de pago a plazos. Un BBL solo, por ejemplo, puede costar 4.500 dólares, y una abdominoplastia 3.500, pero la combinación se cotiza en 8.500. La combinación puede incluir más procedimientos, para “ahorrar tiempo y dinero”, dicen los anuncios.
Los cirujanos explican los beneficios y las decisiones en videos en TikTok, Facebook o Instagram, y las clínicas publican fotos de antes y después, entrevistas con pacientes y consejos para obtener el resultado deseado. Las imágenes de los pacientes en ropa interior o semidesnudos muestran las áreas donde trabajará el cirujano con líneas discontinuas pintadas con marcadores, y después del procedimiento, a veces tan recientes que se observan hematomas en la piel, acompañados de hashtags como #BBLMiami, o #transformaciontotal.
Los interesados buscan recomendaciones en grupos de Facebook sobre qué doctor utilizar o dónde pasar el postoperatorio, que sea un lugar “legítimo, con personas certificadas”.
El cuidado postoperatorio es una de las áreas menos reguladas de la industria. Existe toda una red de servicios de cuidado al paciente recién operado que orbita alrededor de los BBL, en particular para quienes vienen de fuera del Estado. Videos en redes sociales muestran cómo algunos trasladan a los paciente recién operados acostados boca abajo en la parte trasera de un automóvil sobre paños absorbentes desechables y envueltos en compresas, desde la clínica a un hotel. Otros ofrecen cuidado a pie de cama, para ayudarlos a cambiarse las compresas, vestirse o bañarse. Otros ofrecen masajes “moldeadores” para ayudar a “esculpir” la silueta deseada. En el Aeropuerto de Miami y los hoteles cercanos es común encontrarse a personas recién operadas con fajas de compresión entalladas alrededor de la cintura, los muslos y el trasero.
Esta preocupación fue lo que llevó a Valerie Fiorentino, residente de Filadelfia, a cancelar sus planes de hacerse un BBL en Miami. “Terminé escuchando demasiadas historias aterradoras sobre complicaciones y sobre no recibir la atención adecuada después de la cirugía. Oí de chicas que reservaron quedarse en casas de recuperación con la intención de estar bajo el cuidado de una enfermera registrada y, en realidad, les mintieron y no les dieron el tratamiento correcto en cuanto a la coagulación sanguínea y las infecciones”, apunta.
El doctor Michael Salzhauer, conocido en redes sociales, donde tiene millones de seguidores, como Dr. Miami, asegura que “el cuidado posterior es tan importante como la cirugía, especialmente en términos de seguridad” y que muchos no prevén “cuánta atención médica y cuidado van a necesitar” después de estos procedimientos. Salzhauer ha creado un equipo de enfermeras que asegura ha formado durante años, que vigilan a sus pacientes las 24 horas durante días en un hotel a pocos metros de su clínica en el afluente barrio de Bal Harbor, al norte de Miami Beach. “Si no se cuida adecuadamente —si no se limpian, si no se les toman los signos vitales, si los medicamentos no se administran a las horas correctas— hay muchas cosas que pueden salir mal”, dice el cirujano, que estima que la mitad de las muertes por cirugía plástica en el sur de Florida ocurren después de la operación.
“La gente debe saber que es una operación seria. Es una cirugía. No es como ir a cortarse el pelo. Tienen que pensar en todos los detalles médicos, el cuidado posterior y todo eso, para que el resultado sea bueno y no haya problemas”, agrega.
El doctor Pazmiño, por su parte, resalta la importancia de que las personas se aseguren de que los atienda un cirujano certificado, pero agrega que “hay que ser un poco más específico, porque eso es como decirle a alguien, cuando se sube a un carro, que maneje con cuidado”. El paciente debería preguntarle al médico si un hospital le permitiría realizar la cirugía, para asegurarse que está realmente certificado por una junta legítima. El Departamento de Salud de Florida no respondió a una solicitud de comentario.