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La Fiscalía de Iowa asegura que la muerte de un migrante cubano por los disparos de un policía está “legalmente justificada”

Un informe oficial emitido este martes indica que el agente que mató a Feglys Antonio Campos Arriba lo hizo en defensa propia, pero la comunidad hispana local señala inconsistencias en el reporte sobre las heridas del fallecido

La Fiscalía General de Iowa ha emitido la última palabra: la muerte del migrante cubano Feglys Antonio Campos Arriba tras los disparos de un agente de la policía en el parque Washington de la ciudad de Denison está “legalmente justificada”. La investigación del incidente que ha tenido a la comunidad hispana local en vilo ha finalizado sin que los amigos, familiares y colegas de trabajo de Campos hayan visto la justicia que reclaman desde el incidente el pasado 15 de agosto.

Un informe oficial emitido este martes, asegura que la División de Investigación Criminal de Iowa (DCI, por sus siglas en inglés) entrevistó al Sargento Alan Romero, el agente involucrado, y revisó las grabaciones de su cámara corporal, además de las de las cámaras del parque Washington proporcionadas por la Ciudad de Denison y otros informes. De acuerdo con el reporte, Romero llegó al parque y Campos estaba bajo una manta en el borde de una explanada. Mantuvieron una conversación en español, en la que el oficial le dijo que debía abandonar el lugar o sería acusado de allanamiento. “Campos Arriba optó por ser arrestado y se puso de pie, con las manos a la espalda”, dice el comunicado. Luego Romero se dispuso a ponerle las esposas y el cubano “se volvió repentinamente hacia el oficial y comenzó a avanzar hacia él”.

“Romero intentó numerosos métodos de fuerza no letal para lograr su sumisión, incluyendo el uso de una pistola eléctrica y fuerza física, pero después de cada intento, Campos Arriba continuó atacándolo agresivamente, persiguiéndolo fuera del escenario”, dicen las autoridades. También afirman que el cubano “le arrancó un trozo de carne de la oreja a Romero de un mordisco mientras se peleaban”. Luego, el oficial “logró escapar”, pero “fue perseguido” por Campos y se vio obligado a dispararle cuatro veces. No obstante, los amigos de Campos, que reconocieron su cuerpo, aseguraron a EL PAÍS que tenía muchos más disparos de los que la policía admite.

“Campos Arriba falleció a causa de sus heridas”, sostiene el informe. El oficial Romero, por su parte, recibió tratamiento médico y fue dado de alta. “Romero continúa recibiendo tratamiento médico por su lesión, que le causó desfiguración permanente”, aseguran.

Las autoridades de Iowa hacen hincapié en que, para estar justificada, “la fuerza que usa un oficial debe ser razonable”. Así la consideran cuando se trata de “evitar lesiones o riesgos para la vida o seguridad de la persona o de otra persona” o “para resistir una fuerza o amenaza similar”. “El sargento Alan Romero estaba justificado en el uso de fuerza letal contra Feglys Antonio Campos Arriba”, declaran. “Romero había intentado numerosos métodos de fuerza no letal para eliminar la amenaza que representaba Campos Arriba, ninguno de los cuales había tenido éxito”, añadieron. Por tanto, la Fiscalía General de Iowa considera “cerrada” la investigación penal del incidente.

Campos era un cubano de 36 años, que había entrado a Estados Unidos en 2022 a través del programa CBP One. Según la reconstrucción de los hechos que hizo EL PAÍS, Campos perdió su permiso de trabajo hace poco más de dos meses, cuando la Administración de Donald Trump eliminó los beneficios a las personas que llegaron al país bajo esa protección. En su informe, la Fiscalía hizo hincapié en que la “investigación también reveló que Campos Arriba se encontraba en Estados Unidos con una visa de trabajo temporal proveniente de Cuba, la cual había expirado en julio de 2025”.

Dos días antes de su muerte, Campos había sido desalojado del motel Ho Hum donde vivía, a falta de dinero para pagar los $550 dólares mensuales correspondientes. La Fiscalía asegura que los oficiales le comunicaron a Campos “que podía estar en el parque durante el día, pero no podía acampar allí”. No obstante, él les dijo que “debería poder quedarse, ya que era un parque público”. Las autoridades insisten en que coordinaron con la Oficina del Sheriff del Condado de Crawford el intento de transportarlo a un refugio en Omaha, aunque “esos esfuerzos no tuvieron éxito”. Los vecinos también pidieron ayuda a las iglesias locales, y nunca recibieron respuesta.

Hasta hoy, los vecinos, colegas y amigos de Campos han estado haciendo marchas a las afueras de la policía, exigiendo públicamente respuestas a un suceso que ha indignado a la comunidad. No obstante, la versión oficial que acaban de dar las autoridades no los deja satisfechos. “Estoy indignada, desconcertada”, dijo una vecina de Denison en condición de anonimato, por su estatus como inmigrante. “Qué triste que hablen tanta basura de una persona que ya no está aquí, que no pueda dar su versión. No puedo entender esto. Si es como ellos dicen que nos muestren la cámara frontal del policía. Y si no es así, lo que han dicho es pura mentira”.

Otro vecino, Julio Rodríguez, también expresa su rabia ante las noticias, pero sin ninguna dosis de sorpresa. “Yo sabía que esto iba a terminar así. Era evidente que entre los policías iban a ‘taparse’ y que todo se iba a justificar a favor del oficial. Pero lo que no se dice es que el policía se acercó a una persona con discapacidad mental, alguien que claramente podía reaccionar de manera inesperada. Todos sabían que esa condición existía, y aun así mandaron a un oficial sin preparación para tratar con este tipo de situaciones. El resultado era predecible: si había un 99% de posibilidad de que la persona actuara de manera extraña o agresiva por su condición, también había un 99% de posibilidad de que terminara muerto. Nunca se le dio otra opción que morir”.

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