Cuba liberará a más de 550 presos tras la intermediación del Vaticano
La Habana dio a conocer la decisión después de que Washington anunciara que retira a Cuba de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aseguró este martes que su Gobierno liberará a 553 presos tras las conversaciones que ha sostenido con el Vaticano. El anuncio se produce pocas horas después de que el Gobierno de Joe Biden diera a conocer que eliminará a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, en la que aparece junto a países como Corea del Norte, Irán y Siria.
La noticia del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) no hace, sin embargo, mención a que la excarcelación de los presos tenga un vínculo directo con la decisión que hace la Administración demócrata a solo seis días de que Biden abandone la Casa Blanca.
Durante los primeros días de enero, según la nota oficial, Miguel Díaz-Canel dirigió una carta al papa Francisco, en la que comunicó “la decisión de beneficiar con el otorgamiento de libertad a 553 personas sancionadas en debido proceso por delitos diversos contemplados en la ley”. Aunque no especificaron si entre los excarcelados estarán los presos políticos, muchos de ellos detenidos durante las protestas masivas de julio de 2021, el Gobierno cubano aclara que las liberaciones se realizarán “sobre la base de un análisis cuidadoso a partir de las distintas modalidades que contempla la legislación, y como parte de la naturaleza justa y humanitaria de los sistemas penal y penitenciario de Cuba”.
También aseguraron que “estas personas recibirán sus respectivos beneficios gradualmente” y recordaron que, entre los años 2023 y 2024, el Gobierno ha puesto en libertad a más de 10.000 personas sancionadas “con distintas modalidades de beneficio previstas en la ley”.
No es la primera vez que el Gobierno cubano anuncia la liberación de miles de reclusos tras negociaciones en las que media El Vaticano. Cuando Juan Pablo II visitó la isla en 1998, Fidel Castro excarceló a unas 200 personas. En 2003, 75 disidentes detenidos durante la cacería conocida como La Primavera Negra fueron puestos en libertad tras conversaciones con Roma. En vísperas de la visita de Benedicto XVI en 2011 a Cuba fueron liberados miles de prisioneros, y cerca de 3500 ante la llegada del Papa Francisco en 2015.
Aunque la información del Minrex se despega del anuncio de la Casa Blanca, e incluso hace hincapié en que esta decisión llega amparada en “el espíritu del Jubileo Ordinario de 2025 declarado por Su Santidad”, Díaz-Canel agradeció en la red social X “a todos los que contribuyeron a la decisión anunciada hoy por Estados Unidos de excluir a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo en la que nunca debió estar”.
El mandatario cubano, quien cataloga la decisión del estadounidense como “correcta”, insiste en que tiene un “alcance limitado”, mientras no eliminen el embargo económico y las restricciones que Donald Trump decretó en 2017 y que frenaron el restablecimiento de relaciones impulsado por Barack Obama.
Al anunciar su decisión de sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, la Casa Blanca adelantaba que era posible que el país caribeño liberara “muchas decenas” de presos políticos y dijo que Estados Unidos flexibilizará ciertas presiones económicas sobre la isla.
La decisión de dejar salir de las cárceles a cientos de presos cubanos es agridulce en un país que hace solo cuatro años encarceló a más de 1500 presos políticos por manifestarse pacíficamente en las calles. Algunos celebran la noticia y otros se preguntan hasta cuándo el Gobierno seguirá encerrando impunemente a tantas personas por razones políticas sin que tengan consecuencias reales.
Alejandro González Raga, expreso político y director ejecutivo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), asegura que se trata de una declaración “demasiado genérica, que en este minuto deja varias dudas”. Y se pregunta cuántos presos por motivos políticos están incluidos en la lista a liberar. “El mundo no puede olvidar que los principales líderes opositores de Cuba están presos, entre ellos José Daniel Ferrer García, Félix Navarro, Sayli Navarro y Luis Manuel Otero Alcántara, además de casi un millar de personas que se manifestaron pacíficamente en 2021 y en años posteriores, y también una importante cantidad de enfermos y ancianos”, sostiene.
El abogado cubano Raudiel Peña Barrios, miembro del grupo de asesoría legal Cubalex, le dijo a EL PAÍS que, tras el anuncio, han estado en comunicación con varios familiares de presos políticos en la isla y hasta el momento no tienen noticias de que vayan a ser liberados. “No hay confirmación de que esos 553 vayan a ser presos políticos o del 11 de julio. Es perfectamente posible que sean personas cuyo motivo de detención no tenga relación con temas políticos. Lo que sí es indudable es que esto evidentemente es un dando y dando, y ratifica la práctica sostenida por las autoridades cubanas anteriormente de utilizar a los presos políticos como una moneda de cambio por determinados favores que recibe de Estados Unidos”.
Biden, que durante cuatro años no ha tenido a Cuba en su agenda de prioridades, hace este anuncio a unos días de dejar su mandato, tal como hizo Obama el 13 de enero de 2017, cuando anunció que ponía fin a la ley de “pies secos, pies mojados” con la que se beneficiaron legalmente por más de 20 años los cubanos que pisaban territorio estadounidense. También Trump esperó a último momento para anunciar en enero de 2021 que incluiría a Cuba en la lista como Estado patrocinador del terrorismo.
“Es difícil determinar por qué el presidente Biden tomó esta decisión simbólica a menos de una semana de realizarse la transición del poder en Washington”, asegura Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas y profesor de Antropología en el Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de la Universidad de la Florida. “Quizás la esperanza de que haya una mejoría en la situación de los presos políticos en la isla convenció a Biden y sus asesores de que valía la pena suavizar las restricciones existentes sobre Cuba”.
La pregunta que muchos se hacen es si con Trump a las puertas de tomar el control del país, dará marcha atrás a la decisión de sacar a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo como ya hizo antes. Duany considera que es probable que este cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba “se revierta una vez se instale la segunda administración Trump en la Casa Blanca”. “La influencia de Marco Rubio y otros políticos cubanoamericanos en la nueva presidencia de Trump seguramente llevará a restablecer la medida anterior. Es de esperar que se refuerce la política de línea dura de Estados Unidos hacia Cuba, resumida en la expresión de máxima presión para lograr cambios en el régimen cubano”, añade.