Todos los casos del presidente caen
Desde que Donald Trump ganó las elecciones, los procesos judiciales en su contra que estaban en marcha se han ido aplazando indefinidamente o retirando por completo
Eran cuatro casos y 96 cargos en total. Pero a medida que se acerca el 20 de enero, día en el que Donald Trump asumirá por segunda vez el cargo de presidente de Estados Unidos, los procesos judiciales que flotaban sobre el republicano y avanzaban a paso de tortuga se han ido aplazando indefinidamente o retirando por completo. La gran pregunta que nunca se saldaba a medida que las acusaciones seguían su camino era qué pasaría al respecto si Trump ganaba las elecciones y volvía a ser presidente. Si lo sentenciaban antes, ¿podría ser presidente cumpliendo una condena? Si el juicio continuaba mientras él ya estaba en el poder, ¿cómo se lleva un juicio a un presidente en activo? Pues todavía no ha vuelto a la Casa Blanca y la respuesta empieza a quedar cada vez más clara: todos los casos del presidente caen.
Ayer, el fiscal especial Jack Smith retiró las dos acusaciones por decenas de delitos que mantenía contra el ahora presidente electo, tanto por intentar robar las elecciones de 2020 como por el caso de los papeles clasificados de Mar-a-Lago. La doctrina del Departamento de Justicia de Estados Unidos señala como norma general que no se pueden seguir causas penales contra un presidente en ejercicio, así que cabía la posibilidad de una ofensiva exprés en las semanas que quedaban antes de la toma de posesión de Trump. Pero en realidad eso ya había quedado descartado desde unos días después de la elección, cuando la jueza que llevaba los casos, Tanya Chutkan, dejó en suspenso los plazos que había previstos para los trámites procesales en marcha a petición del fiscal Smith.
La decisión de este lunes del fiscal especial es el final de un culebrón que había tenido su último capítulo en el verano. Tras una sentencia del Tribunal Supremo que concedía una amplia inmunidad a Trump por los actos realizados cuando era presidente, Smith logró que un gran jurado imputase de nuevo al expresidente en el caso del intento de revertir las elecciones de 2020 valiéndose solo de aquellas pruebas que consideraba no cubiertas por la inmunidad presidencial. Pero ahora, con la victoria de Trump en las urnas, ese último intento, un tanto desesperado, no ha servido de nada.
Smith es también fiscal del caso de los documentos clasificados que Trump retenía ilegalmente en su mansión de Mar-a-Lago. En este caso, la jueza Aileen Cannon había archivado el proceso alegando que el nombramiento del fiscal era ilegal. Este había recurrido la resolución. Ahora, sin embargo, incluso si triunfase ese recurso, el caso entraría también en vía muerta después de que Smith invocara la doctrina del Departamento de Justicia destinada a proteger a los presidentes de cargos criminales mientras están en el cargo.
“Como resultado de las elecciones celebradas el 5 de noviembre de 2024, el acusado, Donald J. Trump, será investido presidente el 20 de enero de 2025. La posición del Departamento de Justicia ha sido durante mucho tiempo que la Constitución de Estados Unidos prohíbe la acusación federal y el posterior enjuiciamiento penal de un presidente en ejercicio. Pero el Departamento y el país nunca se han enfrentado a la circunstancia que nos ocupa, en la que una acusación federal contra un ciudadano privado ha sido presentada por un gran jurado y un proceso penal ya está en marcha cuando el acusado es elegido presidente”, señalaba en su escrito el fiscal, que ha determinado que a pesar de no existir precedentes para la exacta situación actual, la ley dice que seguir con las acusaciones iría en contra de la constitución.
Es muy posible que la decisión se haya tomado con la previsión de que ante cualquier recurso el Tribunal Supremo fallaría a favor del presidente electo Trump, especialmente con el precedente de la conclusión sobre la inmunidad presidencial. También es muy posible que la amenaza del republicano de despedir al fiscal especial, uno de los enemigos más públicos de Trump, haya sido un factor.
En cualquier caso, otro de los cuatro casos, el caso Stormy Daniels, quedó aplazado indefinidamente el pasado viernes y durante el futuro previsible no habrá sentencia por los 34 delitos de los que un jurado popular le halló culpable en mayo pasado. Inicialmente, la fecha de la sentencia era el 11 de julio. La sentencia del Supremo sobre la inmunidad presidencial provocó un primer retraso, hasta septiembre. El juez decidió después dejar la condena para después de las elecciones presidenciales y la nueva fecha era el 26 de noviembre. Ahora, ya no hay fecha para marcar en el calendario. El juez, además, ha accedido a la petición de la defensa de Trump de presentar una nueva moción para desestimar el caso, dando de plazo a los abogados del republicano para que presenten sus documentos antes del 2 de diciembre. Los fiscales deben responder antes del 9 de diciembre.
En el caso de Atlanta, el último que queda técnicamente vivo y en el que se acusa a Trump de conspiración para cambiar el resultado de las elecciones de 2020 en el Estado de Georgia, las cosas están en el aire, pero el destino de los otros casos augura un final similar. Aún está por ver si la fiscal, Fani Willis, queda descalificada por una relación romántica con otro fiscal, y eso no se sabrá hasta 2025. Pero parece bastante claro que si la sacan del caso, nadie se atreverá a terminar lo que ella empezó si Trump ya está instalado en la presidencia, entre otras cosas, porque tampoco parece posible que un fiscal estatal pueda perseguir a un presidente en el ejercicio de su cargo.
Más noticias postelectorales de Estados Unidos
Tras este pequeño resumen sobre el panorama judicial del presidente electo, aquí les dejo unas cuantas noticias de los últimos días para que no se pierdan de ningún avance en el camino hacia la confirmación y posesión de Donald Trump de su segundo mandato en la Casa Blanca:
- Trump amenaza a México y Canadá con aranceles del 25% desde el primer día. El presidente electo dice que gravará a esos dos socios si no frenan el tráfico de drogas y la entrada de inmigrantes y que castigará a China con una tarifa extra del 10%.
- La frontera de Estados Unidos se prepara para cuatro años de crueldad: “Si nos agarran, ¿qué va a pasar con la niña?”. Mientras las organizaciones toman fuerzas ante las anunciadas deportaciones masivas, los migrantes aguardan con incertidumbre y temor por los recuerdos del primer mandato de Trump, escribe Lorena Arroyo desde Ciudad Juárez.
- Dos pistolas en la cabeza de Efraím: más migrantes y más violencia en la frontera sur de México por el efecto Trump. Desde la victoria del magnate republicano en Estados Unidos, cada día cruzan el río desde Guatemala entre 800 y 1.200 migrantes, más del doble que fechas anteriores, acechados por el crimen organizado, escribe Bryan Avelar desde Tapachula.
- La extrema derecha estadounidense se envalentona con la llegada de Donald Trump. La victoria del candidato republicano impulsa la actividad de neonazis y supremacistas blancos, aunque muchos no se consideran parte del movimiento trumpista.
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